lunes, 22 de octubre de 2012

instilando-VIOLENCIA


Del 17 al 20 de octubre, participé en la primera edición del Festival Latinoamericano de Poesía de Nueva York, auspiciado por City University of New York y la Academia Norteamericana de la Lengua Española, y coordinado por el poeta Carlos Aguasaco. Como todo encuentro maratoniano de escritores, tuvo sus altibajos (me quedo con losalti) y sus momentos felices, de los cuales destaco haber conocido a la poeta nicaragüense Gema Santamaría, con quien coincidí en una lectura en la noche del viernes. Al término de la velada, le pedí para este blog uno de los poemas que leyó durante la tertulia. Y la poeta, que hace honor a su nombre, tuvo la gentileza de acceder. Sin más preámbulo, los dejo con Santamaría.
Entrevista a una experta en violencia
Así es que díganos,
¿de qué color es la herida que resulta de un golpe a puño cerrado
precedido por el enojo (también cerrado)
del otro que se avecina y se lanza contra el cuerpo de aquel que de ahora en adelante ocupa la categoría científica de “víctima”?
¿Cuál es el ritmo de la respiración?
¿A qué sabe la saliva cuando el cuerpo siente el miedo subírsele a la garganta como una fiera adolorida?
Será cierto que la boca se pone agria y un tanto seca y un poco tensa al punto de volverse un temblor involuntario.
¿Y los ojos?
¿Qué hacen los ojos ante el golpe?
Se cierran o más bien se dilatan, queriendo quedarse quietos y abiertos como para escapar la pesadilla que no puede ser abandonada puesto que no hubo ni habrá sueño.
Todo es un día que se muerde la cola y no inicia ni termina, pero solo da vueltas y vueltas y vueltas
y aquello que se revuelca en el centro más duro de esas volteretas es la persona misma diciendo para sí: abre los ojos.
¿Y las rodillas?
¿Cierto que pierden su firmeza
que el hueso deja de ser una piedra de complejo mecanismo para volverse suave, torpe y llenarse toda de agua,
que las piernas se convierten en cuatro músculos desesperados, extraviados:
el sostén del cuerpo vuelto una suave y líquida cobardía?
¿Y el estómago?
Cuánto tarda en revolverse,
en convertirse en un espasmo,
en una sola náusea.
¿Y cuál es el sonido que nace del dolor, físico e inescapable,
de aquel que ha sentido el calor de una herida en la cara, en las mejillas,
cuál, la urgencia que transmite?
Así es que díganos:
a qué huele la muerte
cuánto pesa la muerte
dónde se escribe muerte
dónde se entiende muerte
¿Cómo es que se llamará su próximo artículo?
Alexis Romay | octubre 22, 2012 at 6:30 am | Etiquetas: Gema Santamaría | Categorías: A granelLibrosMisceláneas | URL: http://wp.me/pwUDQ-11z

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