jueves, 20 de septiembre de 2012

instilando la palabra


Catecismo para adultos
16 lecciones sobre el Verbo Encarnado
LEONARDO CASTELLANI



EDICIONES DEL GRUPO PATRIA GRANDE
"La Doctrina de la Fe, que Dios reveló, no está propuesta como un invento de la filosofía, que se pueda perfeccionar por el ingenio humano, sino como un depósito divino entregado a la esposa de Cristo, y ha de ser fielmente custodiada e infaliblemente declaraba. Por esto, los dogmas sagrados han de ser mantenidos para siempre en el sentido declarado una vez por la Santa Madre Iglesia, y nunca hay que apartarse de ese sentido con el pretexto de hacerlos más inteligibles".
Primer Concilio Vaticano
"Afirmamos que la mayor parte de quienes se condenan, sufren para toda la eternidad esa desgracia a causa de su ignorancia de los misterios de la fe, que deberían necesariamente saber y creer para poder ser contados entre los elegidos".
Benedicto XIV
Semblanza del Autor:
LEONARDO LUIS CASTELLANI nació el 16 de noviembre de 1899. Sus padres fueron Luís Héctor Castellani, florentino naturalizado argentino, llegado al país a los cinco años de edad, y Catalina Contepomi, argentina nativa, mujer muy inteligente según su hijo y de familia friulana y condal. Es el mayor de cuatro hermanos. María Magdalena, Luís Oscar y Arnaldo Néstor le siguieron en este orden.
Su abuelo paterno, don Leonardo, fue un arquitecto italiano que arribó a la Argentina en 1872 en una de las inmigraciones sarmientinas. Se afincó en el norte santafesino. Fundó con otras trece familias la reducción de San Antonio de Obligado. Construyó en la zona once iglesias o capillas.
Su padre, maestro normal y periodista, fundó y dirigió "El Independiente", primer periódico del Chaco santafesino. Militó en el radicalismo de Além. Murió asesinado de un pistoletazo —en 1906— por la policía del régimen.
Leonardo nieto estudia las primeras letras y lo que es hoy el ciclo primario en la escuela particular de don José Parodi, en su pueblo natal. En 1913 ingresa como alumno pupilo en el célebre colegio "La Inmaculada", de los padres jesuitas, en la ciudad de Santa Fe. Durante su pupilaje anuda una amistad de por toda la vida con dos condiscípulos: el egregio poeta santafesino, Horacio Caillet Bois, y el político y hombre de pro de San Juan, Dr. Alberto L. Graffigna.
Bachiller en 1917, el 27 de julio de 1918 ingresa en el noviciado de la Compañía de Jesús, en Córdoba, donde rehace, además, sus estudios en letras. En 1924, y durante cuatro años en el ciclo secundario del Colegio del Salvador, de Buenos Aires, enseña castellano, literatura, historia e italiano. Por esa época aparecen en la revista del Colegio del Salvador, las fábulas que más tarde conformarán su primer libro. En 1928 inicia los estudios de teología en el Seminario Metropolitano de Villa Devoto. Al promediar sus estudios, lo envían a proseguirlos en la Universidad Gregoriana. Parte para Europa en la segunda mitad de 1929.
En Roma aprendió teología y filosofía con grandes maestros: el cardenal Luis Billot S. J. y el R. P. Charles Boyer S. J., entre otros. El 31 de julio de 1930 el cardenal Marchetti Selvaggiani lo ordena sacerdote en Roma.
El 8 de julio de 1932 parte para Francia, donde permanecerá tres años, el primero de ellos, en Amienssur Marne, en la Picardía. Pasa luego a París: allí vivirá los otros dos años franceses. Asiste a la Facultad de Filosofía de la Sorbona como alumno regular. Emile Brehier fue su profesor de Historia de la Filosofía. Concurre a cursos libres: al de George Dumas sobre examen clínico de enfermos mentales en "L'Asyle Sainte Anne" (años 1932/1933); al de George Wallon sobre la escuela nueva (años 1932/1933); y a los del R. P. Marcel Jousse S.J. —de cuyas ideas fue introductor en la Argentina en "L'Ecole d'Antropologie" (años 1932/1933) y en "L'Ecole Practique des Hautes Etudes" (años 1933/1934). Al finalizar el curso de 1934 se le otorga el diploma de "Etudes Superieurs en Philosophie, Section Psychologie".
En julio de 1934 va a Alemania y Austria con el patrocinio del embajador argentino en Francia, Dr. Tomás Le Breton, para profundizar sus estudios acerca de lo que juzgó su vocación en el primer tramo de su vida intelectual: psicología y problemas educacionales. Visita escuela de retardados y reformatorios infantiles en Milán, Munich, Innsbruck y Viena. A principios de 1935 pone fin a su formación intelectual y regresa a su patria. Durante su estadía en Europa había comenzado a colaborar en Criterio, lo cual sigue haciendo hasta 1942. Apareció, además, en Buenos Aires, la primera edición en libro de sus Camperas.
En la Argentina y durante 11 años lleva a cabo una ingente labor intelectual a través de la cátedra, el libro y el periodismo. Como escritor publicó 14 libros y la traducción al castellano, con notas y comentarios propios, de los primeros cinco tomos de la Suma Teológica. Como periodista escribió en todas las publicaciones católicas y nacionalistas del país; desde 1937 hasta 1941 colaboró en La Nación; en 1940 y hasta 1942, desempeñó la dirección de Estudios.
En 1943 se vincula con Lautaro Durañona y Vedia, de quien será grande y sincero amigo, director, junto con Santiago Díaz Vieyra, de Cabildo ; y el 13 de junio de ese mismo año aparece su primera colaboración en dicho diario: "La coordinación y los católicos".
En diciembre de 1946 parte hacia Roma en el "Naboland" con un pasaje obsequiado por el sacerdote salesiano José Silva; pretende hacer conocer al general de la Compañía de Jesús los hechos irregulares de que ha sido víctima y la situación insufrible que le ha sido creada. El 1 de enero de 1947 llega a Génova. Por fin es recibido por el P. Janssens. La audiencia dura cinco minutos. En ella el P. General lo conmina a salir de la Compañía de Jesús bajo condiciones que él determinaría posteriormente. No acepta. En junio de 1947 recibe orden por escrito de trasladarse en el término de cuatro días a Manresa, España. En Manresa pasa dos años de sufrimientos. Su confesor, el R. P. José Murall S. J., y sus amigos argentinos y españoles le aconsejaron que solicitase su traspaso al clero secular de su país, lo que hizo. Abandonó Manresa el 19 de julio de 1949 y llegó a Buenos Aires en avión el 22 del mismo mes. Se albergó en el Colegio del Salvador, dio cuenta de lo acaecido al R. P. Juan Castillejo S. J., rector del Colegio y, por escrito, por estar ausente en Córdoba, al R. P. Juan Moglia S. J. el 18 de octubre de ese año se le separa de la Compañía sin proceso.
Fue acogido con benevolencia y amistad por Monseñor Roberto Tavella, Arzobispo de Salta, quien lo alojó en su casa y lo honró cuanto pudo. En Salta, adonde llegó en 1950, fue poco a poco mejorando salud, aunque el clima no era el ideal para él. Desempeñó en la Escuela Normal de esa ciudad las cátedras de Metafísica y de Problemas Nacionales.
Pasa a Buenos Aires a consultar médicos. Estos le desaconsejan Salta y le recetan un descanso de un año en su pueblo natal. Decide a principios de 1952 establecerse en Buenos Aires y tratar de reasumir su cátedra en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, cosa que logra. Enseña en ese establecimiento hasta el año 1955, en que es cesanteado como todos los docentes sacerdotes por el sarampión anticlerical de Perón.
La rehabilitación sacerdotal salteña, aún con sus limitaciones, no es válida en Buenos Aires. Se da una situación curiosa: el mismísimo P. Castellani que podía celebrar el Santo Sacrificio de la Misa en la ciudad de Salta no lo podrá hacer en ningún altar de la dudad de Buenos Aires. Por lo que a él toca, cierra con un olvido caritativo el período de dolores que principió en 1946.
En 1952 y 1953 dictó cursos de filosofía en la Sociedad Científica Argentina; en 1954 y 1955, en el Teatro del Pueblo; en 1965 en el Colegio Champagnat; en 1968 y 1969 en el salón de actos de la parroquia Nuestra Señora del Socorro.
En 1955, tras su cesantía en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, se incorpora al cuerpo de redacción del diario Tribuna de San Juan, de Alberto L. Graffigna. A partir del 1° de febrero de 1956 y hasta el 31 de diciembre del mismo año, publica todos los domingos el comentario del evangelio del día. Reúne luego todas las dominicas y con ellas conforma dos de sus libros más leídos; "El Evangelio de Jesucristo" y "Las Parábolas de Cristo". Sigue colaborando en Tribuna hasta su cierre en 1957, provocado por un atropello de la Revolución Libertadora.
En 1952 viaja a Lourdes como penitente en corta peregrinación de pocos días.
En 1966 el nuevo Nuncio Apostólico, Monseñor Lino Zanini, "manu militari", arregló definitivamente la situación absurda y desdorosa para la Iglesia en que se encontraba el P. Castellani; se le restituyó plenamente, sin reservas ni condicionamientos, el ministerio sacerdotal.
En enero de 1967 apareció Jauja, revista mensual, que fundó y dirigió hasta el último de los 36 números durante tres años. En ella escribió siempre el editorial, que llamó directorial, y la crítica literaria y una sección de comentarios sobre temas de actualidad llamada Periscopio.
En 1974, 1975 y 1976 dicta en Patria Grande los siguientes cursos; "De Kirkegord a Tomás de Aquino", " 16 clases sobre el Verbo Encarnado" y "El Apokalypsis". Luego de haber sido nombrado Doctor "honoris causa" dela Universidad de Buenos Aires, el gobierno argentino le entregó el premio "Consagración Nacional", el 30 de diciembre de 1975.
El 16 de noviembre de 1979 cumplió 80 años de vida y 60 de escritor. Actualmente vive en el aprecio de sus amigos. Poco le importan ya las cosas de este mundo. Todo su tiempo lo tiene ocupado en preparar una buena muerte.
LEONARDO CASTELLANI
Doctor en Teología
Catecismo para adultos
16 CLASES SOBRE EL VERBO ENCARNADO
EDITADO POR EL GRUPO PATRIA GRANDE
BUENOS AIRES
PROLOGO.............................................................................................................................................
LA ENCARNACIÓN..........................................................................................................................
INTRODUCCIÓN...................................................................................................................................
En resumen:.........................................................................................................................................
CRISTO ES VERDADERO DIOS...............................................................................................................
Propiedades del cuerpo glorificado......................................................................................................
CRISTO ES VERDADERO DIOS SEGUNDA PARTE...................................................................................
CRISTO ES VERDADERO HOMBRE.........................................................................................................
CRISTO ES UNA PERSONA.....................................................................................................................
LA REDENCIÓN.................................................................................................................................
CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS.............................................................................................................
LA PRUEBA............................................................................................................................................
LAS DIFICULTADES...............................................................................................................................
CRISTO FUNDO UN REINO VISIBLE.......................................................................................................
LA PRUEBA...........................................................................................................................................
LAS OBJECIONES...................................................................................................................................
LA IGLESIA ES ESE REINO.....................................................................................................................
LA IGLESIA TERMINA EN EL PARAÍSO:................................................................................................
EL PARAISO:.........................................................................................................................................
ENTRA JESUCRISTO..............................................................................................................................
ENTRA SAN PABLO...............................................................................................................................
LA SANTIFICACIÓN..........................................................................................................................
EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS:.....................................................................................................................
LAS CINCO NOCIONES SON:....................................................................................................................
EN DIOS HAY TRES PERSONAS................................................................................................................
LOS FILÓSOFOS ADVERSARIOS DEL MISTERIO DE LA TRINIDAD SON PRINCIPALMENTE.
PRUEBA:.......................................................................................................................................
LA RAZÓN TEOLÓGICA.................................................................................................................
EL ESPÍRITU SANTO SANTIFICA...................................................................................................
LA GRACIA....................................................................................................................................
LOS COROLARIOS......................................................................................................................
HAY INFIERNO...............................................................................................................................
ADVERSARIOS –.............................................................................................................................
HAY PURGATORIO.......................................................................................................................
ADVERSARIOS:..............................................................................................................................
TRADICIÓN;...................................................................................................................................
LAS RAZONES DE LOS PROTESTANTES, SON:............................................................................
RAZÓN TEOLÓGICA O ARGUMENTOS DE CONGRUO O DE CONGRUENCIA:......................
HABRÁ UN FIN DEL SIGLO..............................................................................................................
HABRÁ UNA PARUSÍA.....................................................................................................................
PREGUNTAS:..................................................................................................................................
HABRÁ UN JUICIO FINAL...............................................................................................................
LA RESURRECCIÓN......................................................................................................................
LA CONCLUSION:.............................................................................................................................
APÉNDICE.........................................................................................
NOTA 1 MARTIN HEIDEGGER (18891976),...................................
NOTA 2 1. KANT Y SU ÉPOCA...........................................................
NOTA 3. EPÍLOGO DEL LIBRO CIEN AÑOS DE MODERNISMO .
PROLOGO
En el año 1975, un grupo de amigos propuso al Padre Castellani que dictara un curso de teología. El Padre se negó, con buenas razones para ello. La teología no puede enseñarse adujo en unas pocas clases y además requiere una base filosófica seria y el conocimiento previo del latín. Por fin accedió a dar un "Curso de Catecismo para Universitarios". Con lo que se quería decir para cristianos con una cierta preparación, ya que muchos de los asistentes no eran Universitarios.
¿Cuál fué la razón de que se insistiera tanto en que el curso se realizara? La angustiosa necesidad de que se explicara con seriedad, profundidad y claridad, las verdades eternas. "Una especie de niebla ofuscó entonces sus mentes, y ya no podían distinguir en medio de tanta confusión de ideas, cuál era el camino seguro que debían seguir. Solamente el verdadero y fiel discípulo de Cristo, que prefirió la antigua fe a la nueva perfidia no fué contaminado por aquella peste contagiosa" escribía San Vicente de Lerins. Y este pensamiento, después de tantos siglos, parece dado teniendo ,0 la vista la peste contagiosa, la nueva perfidia del progresismo.
Durante dieciséis sábados de aquel año, el Padre desarrolló su curso en el viejo local de Patria Grande.
La necesidad de doctrina clara no es hoy menos imperiosa que entonces. El modernismo ha seguido haciendo camino y existe el peligro que hayamos aprendido a convivir con el y que ya nos sea difícil distinguir entre la fe límpida de nuestros padres y el cieno de la novedad, como mandaba el Papa San Sixto. Por ello algunos amigos de Patria Grande decidieron publicar en forma de libro la grabación de aquellas clases. El lector deberá tener esto en cuenta, para comprender algunas repeticiones, algunas salidas de tema, algún aparente desorden. El lanzamiento de esta edición se hace como solitario homenaje al Padre, al cumplir sus ochenta años de vida dedicada al servicio de Dios y de la Patria. Solitario homenaje pues han callado sus colegas y hasta los mismos "castellanistas" y, ni que decir, la prensa "seria" y "libre".
Homenaje solitario con un libro solitario. En la barahúnda ponzoñosa de los "catecismos" holandeses, franceses, canadienses que inunda los escaparates de nuestras librerías "católicas", gozándose en las novedades profanas y sintiendo hastío de los dogmas de la verdadera Iglesia, un catecismo que trasmita en forma impoluta las enseñanzas de nuestra fe eterna será una estrella solitaria. Pero una estrella de esperanza.
Grupo Patria Grande
¿Qué cosa es Dios?
— Decid, ¿qué cosa es Dios, oh luces bellas?..
¡Orden! — me respondieron las estrellas.
— Decid, ¿qué cosa es Dios, flores hermosas?
— ¡Belleza! — respondiéronme las rosas.
— Decid, ¿qué cosa es Dios, oh Madre mía. Y Ella, mirando al Crucifijo:
— Amor es Dios — me dijo... Amor más puro que la luz del día.
LA ENCARNACIÓN
Introducción
Cristo es verdadero Dios
Cristo es verdadero Hombre
Cristo es una Persona
INTRODUCCIÓN
Yo di un Programa del Curso que tiene una serie de tesis, tesis que se deben probar. La Teología pretende ser una ciencia, una disciplina que prueba lo que afirma, que es la característica de las ciencias. Pero esa lista versa, sobre todo, sobre Jesucristo, la Trinidad y unos cuantos de los dogmas fundamentales como los novísimos. Es decir, una parte de la Teología, pero una parte fundamental sobre la cual las restantes tesis giran y dependen. De manera que voy a hacer un cursillo de Teología abreviado, porque toda la Teología no se puede enseñar aquí.
Los sacerdotes hacen cuatro años de Teología y antes tres de filosofía, encaminada a la Teología: Filosofía Escolástica, aunque sea una técnica que puede ser independiente y, antes aún, han estudiado cinco o seis años de latín. Porque toda la literatura de esta ciencia —o casi toda— está en latín. Así las obras fundamentales de los Santos Padres y también las obras modernas que deben estudiar los seminaristas. Los libros que hoy se publican en francés o alemán son derivaciones de la Teología antigua y se supone que se sabe ésta. De modo que con toda esa enorme cantidad de estudio no crean que sabemos mucho; pero sabemos...
De modo que yo voy a hacer un cursillo de Teología nuclear, el nudo o la clave de la Teología que es Cristo, pero no voy a poder dar algunos tratados que se dan en los cuatro años de Teología, en que se estudian diez tratados. Por ejemplo, el tratado "De Gratia Dei" no lo voy a dar. Pero ese tratado presupone la existencia de Jesucristo y la impartición de la gracia por medio de El en la Iglesia. Y así los Sacramentos también. Dependen de la autoridad de la Iglesia y la Iglesia depende de Jesucristo.
Cada año solíamos ver en el Seminario dos o tres tratados: p. ej., el tratado "De Verbo Incarnato" es el tratado sobre Jesucristo. "De Deo uno et trino" es el tratado sobre la Trinidad y "De Ecclesia"' es el tratado que sigue. Pero insisto en que no puedo dar todos, sino abarcar lo fundamental. Hoy tengo que hacer una disertación preliminar, para que se tenga la base de lo que vamos a ver en el año.
Me decían que si era muy difícil la Teología, cuando me pedían que fundase una Facultad de Teología, y yo respondía que no podía ser. Ni yo solo ni aunque contase con otros diez profesores. Tendría que comenzarse por una Facultad de Filosofía. Y también estudiar antes latín. Me decían: "bueno..., entonces enseñe catecismo". Y resulta que el catecismo es la Teología abreviada; es un resumen de la Teología, a veces para los niños chiquitos como el Catecismo Menor, o bien para la Segunda Enseñanza que es el Catecismo Mayor o de Perseverancia y otro para universitarios, que es el Catecismo más mayor todavía.
Entonces, hay Catecismos, como el que mandó publicar el Concilio de Trento por orden de Pío V, que es un catecismo grande, para los párrocos. Yo pensé que podría explicarles ese Catecismo, pero los salesianos que lo editaron hace unos 3 años, dicen que no queda un solo ejemplar. Pensé varias soluciones y no la encontré. Y me dijeron: ¿por qué no explica su Catecismo? Y resulta que mi Catecismo tiene muy poquito acerca de lo que tengo que decir. Sobre Jesucristo algo tiene, pero es muy poco para universitarios. Entonces decidí buscar mis cuadernos de Teología y sacar para el Curso todo lo que era acomodable. Y así fui preparando bastantes clases y completaré las restantes, que también son muchas.
Hay que decir lo que se presupone en las tesis de Teología. Se presupone, principalmente, la verdad divina de la Sagrada Escritura, porque las pruebas de las tesis teológicas comienzan por la prueba por la Escritura. Entoncesse toman los versículos que prueban una tesis y así se tiene la prueba principal.
Después viene la prueba por la Tradiciónla de los Santos Padres de la Iglesia, sobre todo los más antiguos. Y después viene la confirmación por la razón. Muchas tesis son conformes a la razón, y se puede dar el argumento congruo o de congruidad. Congruo significa conveniente, lo que conviene. Es decir, se demuestra que lo que la tesis quiso probar es conforme a la razón humana y congruo o conveniente con el bien de la humanidad. De manera que se supone que la Escritura dice la verdad y no cualquier verdad, sino la verdad de la Revelación. Esoya se supone en el primer curso de Teología, antes de entrar a la Teología propiamente dicha.
Hay un primer año —entero— en que se ve el tratado llamado "De Revelación", en el cual se estudia la autoridad de la Sagrada Escritura. Y después se trata de Jesucristo como Mesías, es decir, Jesucristo como hombre (hombre Dios, desde luego) pero no se prueba, en esa etapa, que es Dios, sino simplemente el Mesías esperado por los Judíos, Esos son presupuestos de la Teología propiamente dicha. Se presupone que la Escritura dice la verdad divina y revelada. Ahora, ¿cómo sabemos eso? Lo sabemos porque Jesucristo lo dijo. El aceptó la creencia de los antiguos judíos de que los libros del Antiguo Testamento venían de Dios. El hizo su predicación y sus discípulos escribieron sobre su predicación: hicieron crónicas sobre la vida de Jesucristo. ¿No hay un círculo vicioso en decir que la Escritura prueba que era Dios y que Jesucristo prueba que la Escritura es divina? No hay tal, porque Jesucristo probó por sus obras que El era Dios y luego en la Escritura se confirmó que El lo era, sobre todo en las profecías que se cumplieron. Y de los profetas surge que Cristo era Dios, aunque eso del Verbo Encarnado, hasta que Jesucristo lo reveló, no se tenía muy en claro. Se sabía como entre brumas. Se tenían algunas sospechas. Pero hasta que Jesucristo dijo "Yo soy igual que el Padre", "El Padre y Yo somos una misma cosa", no se supo con toda claridad y eso, precisamente, es el fundamento de toda la religión cristiana.
De manera que si sabemos que la Escritura es divina por Jesucristo, si sabemos, hasta este punto, que El era Dios o por lo menos un enviado de Dios que no podía mentir, por las obras que hizo. El lo dijo muchas veces:"Operibus creditus" (Creed a las obras) si no queréis creerme a mi. Creed a las obras que el Padre está haciendo por medio mío. Varias veces apeló a sus obras. Vale decir, que su divinidad se prueba por su palabra y por sus obras, por todos los milagros que el Padre hizo por su intermedio, como resurrección de muertos, curación de enfermos, la caminata milagrosa, los panes milagrosos y todos los relatados en los Evangelios.
El milagro es el sello de Dios para revelar. Cristo tenía el sello de Dios acerca de su filiación divina, que es un misterio inmenso, que sin una prueba muy rigurosa no spuede creer. Es un gran misterio que, Dios se haya hecho hombre. También profecías que se cumplieron. La profecía es también una muestra del sello de Dios. Sólo El puede conocer el futuro contingente, el que puede acontecer o no, el que depende del libre albedrío de los hombres. Ni el diablo ni los Ángeles pueden conocerlo. ¿Entonces, cómo sabemos que la Escritura dice verdad? Por Jesucristo. ¿Cómo sabemos que los Evangelios, que son la Escritura hecha por Jesucristo (dictada podríamos decir) son verdaderos? Hay que probar que lo que dicen los Evangelios es verdad, ya que las obras con las que Cristo probó su divinidad están contadas por los Evangelios. Si acudimos como prueba a las obras tenemos que probar, primero de todo, que los Evangelios son verdaderos. ¿Por qué son verdaderos los Evangelios? Son verdaderos porque son libros históricos. Después, sobre esos libros históricos los Apóstoles dijeron que eran libros inspirados por Dios.
Pero de momento, cuando nacieron, eran libros históricos, pero muy históricos, con una verdad histórica como no la tiene ningún otro libro. Ni Tácito, ni Suetonio, ni Tito Livio tienen tanto apoyo como la historicidad de los Evangelios, porque la historicidad de los Evangelios está garantizada por miles de testigos. Y sabemos que Tito Livio dijo verdad acerca de Roma porque escribió estando en medio de los romanos y podían desmentirlo, por lo menos en los sucesos más próximos. Nadie lo desmintió. El se documentó con los viejos que conocían los sucesos antiguos y con las crónicas antiguas sin que nadie lo refutara.
De manera que tenemos a Tito Livio como un historiador verdadero. Los Evangelios están atestiguados por todos los habitantes de Palestina que oyeron a Cristo, en medio de los cuales los Apóstoles comenzaron después a recitar, a repetir los Evangelios y nadie los desmintió. Los primeros que los trataron de desmentir fueron los herejes que aparecieron en el Siglo II, cuando ya no había ningún Apóstol ni tampoco ningún contemporáneo de Jesucristo. Recién entonces, estos herejes comenzaron a negar el valor de los Evangelios. Y eso de negar el valor de los Evangelios es actualísimo, porque hoy tratan de hacerlo hasta vulgarmente, por parte de gente que no tiene ciencia ni autoridad para decir nada. Pero empezaron los racionalistas, sobre todo en Alemania y también en Francia un poco. Para ello los estudiaron y trataron de encontrar contradicciones entre un Evangelio y otro y contradicciones en un mismo Evangelio, o contradicciones con la razón, es decir, una cosa imposible contada por un evangelista.
Hicieron una obra inmensa de erudición de literatura exegética los llamados críticos o hipercríticos alemanes y apareció una verdadera escuela, que viene del protestantismo, naturalmente. Los Evangelios no fueron desmentidos cuando el desmentido valía. Ello era válido cuando vivían los Apóstoles y vivían los testigos coetáneos a Cristo. Entonces no se hizo ningún desmentido. Nadie, por mucho que odiara a Cristo, se atrevió a desmentirlo. Incluso no lo hicieron romanos como el filósofo Marco Aurelio, a quien no se le ocurrió decir que lo que contaban esos hombres era falso. Y esa es la razón que tenemos para creer en los Evangelios, que como vemos, son una verdad filosófica y no teológica. También lo es, por supuesto, pero que los Evangelios son libros históricos es una verdad filosófica y de ahí viene la necesidad de estudiar filosofía antes que teología, porque hay muchas verdades filosóficas que se apoyan en la naturaleza humana. De manera que para negar que las obras históricas acreditadas digan la verdad, hay que renegar de la naturaleza humana. Y eso se ha hecho también. Los escépticos niegan que se pueda saber algo con certeza. Escépticos los hubo desde antes de Cristo hasta nuestros días.
Los Escépticos niegan todo. "La razón humana no puede saber nada". Hay un libro que me regaló mi amigo Gamallo hace unos días, que se llama "Que nada se sabe" y es un libro antiguo, de un filósofo español del siglo XVI. No lo he podido leer todavía, pero se que no es un escéptico total, pero que niega las cosas de la ciencia de su tiempo. No sé si niega la religión, supongo que no. En ese tiempo no existía el ataque a la religión. "Que nada se sabe": eso es ser escéptico o agnóstico. Estos dicen que no se sabe nada acerca de Dios, aunque se puede saber de la ciencia humana. Pero los escépticos verdaderos, a donde tienen que ir a parar los agnósticos si se empeñan en probar su sistema, dicen que no se sabe nada, que no se puede probar nada de nada.
Aristóteles dice que con ellos hay que argüir con un palo. Y también San Agustín dio el argumento con que se puede rebatir a los escépticos o hacerlos callar por lo menos, que es éste: "No puedes dudar de que existes". Eso lo dice San Agustín. En tiempo de Santo Tomás no había escépticos prácticamente, pero después aparecieron otros. San Agustín, anteriormente, tuvo que luchar con unos escépticos muy refinados que se llamaron académicos; pertenecientes a la segunda academia (la primera era la de Platón). Explayó San Agustín el argumento de Aristóteles de que nadie puede negar la propia existencia. Porque si la niega, al hablar la afirma. Si vives, piensas, y si piensas puedes saber cosas. Este argumento también lo usó Descartes; igualmente Kirkegord. A los escépticos hay que acorralarlos con un palo y ese palo es preguntarles si no saben que existen y si ellos contestan que no saben si existen o no, entonces se acabó, ahí viene el palo.
De manera que, como ven, la Teología debe buscar sus raíces en la misma naturaleza humana. El peor de los escépticos, que debemos sufrir aún ahora, fue Kant.
Kant era un escéptico, porque ahondando en él se llega al escepticismo y él mismo partió de un escéptico que fue Hume. Pero lo sistematizó y lo utilizó de tal manera, que se hizo la cabeza de toda la filosofía alemana moderna
. Todos admiten el raciocinio del "Tratado de la razón pura", que en el fondo llega a escepticismo, porque Kant dice que nuestro entendimiento no puedo conocer las cosas sino que puede conocer solamente las apariencias, lo que él llamó fenómenos. Pero no puedo conocer los,"números" que son las cosas mismas.
Así que negó la validez de todas las ciencias, menos de las matemáticas y de la física, porque ellas no se basan en las apariencias sensibles de las cosas. Toman la cantidad y trabajan con abstracciones de la cantidad, especialmente la física moderna, que está toda cimentada en las matemáticas. Todas sus demostraciones y deducciones son matemáticas.
Esas cosas que cuentan los astrónomos de los astros y que nos parecen rarísimas a nosotros, a veces puede ser que sean simplemente teoremas o deducciones matemáticas revestidas de figuras, como decía Bergson. Este decía que muchos de los descubrimientos modernos no eran más que deducciones matemáticas revestidas de un disfraz colorido. Por ejemplo: que tal nebulosa está a dieciocho mil millones de años luz... y cosas así, que no tienen comprobación posible por los sentidos, son abstracciones matemáticas revestidas de color. En fin, esas dos ciencias, la física y la matemática, las admitía Kant como veraces, pero todo lo demás, no es veraz. La historia es apariencia, la filosofía es apariencia, la teología es apariencia, todo lo demás es apariencia.
Después de él surgen tres grandes filosofías escépticas en Alemania, que son las de Fichte, Schelling y Hegel.
A los filósofos modernos los llamamos modernos, pero son derivados de Hegel casi todos.
Algunos vuelven atrás y se basan en Kant y tenemos el neokantismo, como el de Nikolai Hartmann.
Neofichteismo no hay. Retroceden y enseñan a Kant en otra forma, con otras palabras. Así creció la filosofía moderna que está impregnada de escepticismo.
Hegel dice que el ser es lo mismo que el no ser. Sólo existe el devenir, que es el punto de partida de la filosofía. Es un escepticismo porque no hay nada seguro, todo evoluciona. El devenir significa lo que va viniendo. Lo que se hace no puede quedar fijo, siempre evoluciona. Todos los sistemas evolucionistas parten de la filosofía de Hegel, Y así todos los filósofos modernos.
El otro día hice una lista de todos los filósofos modernos para un artículo que me pidieron en La Gaceta de Tucumán, sobre la actualidad de Sto. Tomás de Aquino. Yo nombré a casi todos los filósofos modernos que son todos discípulos y los existencialistas.
Los Existencialistas son también discípulos de la Filosofía de Hegel culminando en Heidegger, en el cual se basa Sartre, quien escribió un libro grandísimo que se llama "El Ser y la Nada" haciendo una parodia de Martín Heidegger, que en el fondo es un libro de burla, pero parece que no. El asimiló el lenguaje de Heidegger y compuso un libro que es una burla de él. Hay tres cosas en el libro ése que son contradictorias en sí mismas, como lo pongo en mi libro "De Kirkegord a Sto. Tomas" y de esas contradicciones ha hecho esquemas, teorías y todas esas cosas.
Los antiguos decían que con lo absurdo se puede probar todo. Los griegos habían inventado una cantidad de juegos filosóficos que consistían en poner un absurdo y sacar de él una conclusión disparatadísima. Para poner un absurdo hay que poner una cosa que lo sea sólo en apariencia. Hay una demostración matemática jocosa en la que se demuestra que 2 es igual a 3, con un razonamiento aparentemente riguroso, pero se ha puesto un concepto absurdo en dicha demostración.
De modo que el devenir de Hegel continúa esparciendo el escepticismo en el mundo, por medio de sus epígonos o por él mismo, aunque hoy día no se estudia mucho porque es sumamente difícil y ha sido refutado. Pero los que asimilan a Hegel en parte o en todo, como estos franceses que hay ahora, estos dos filósofos franceses Luis Lavelle y Rene Lesenne hoy vigentes, que son hegelianos en el fondo.
Yo he tenido la paciencia de leerlos, no todos, porque cuando encontré el sofisma en ellos, los dejé. Son hegelianos modernos.
En el artículo que escribí para La Gaceta de Tucumán, puse una cosa atrevida, que a mí se me ocurrió estudiando a Kirkegord; es la siguiente: Kirkegord refutó a Hegel de mil maneras. Refutó toda su obra con la burla, con el raciocinio, con el sentido común, porque él había sido educado en Hegel y tenía que libertarse de él, de lo que tenía adentro.
Hegel dijo de sí mismo que era seguidor de Aristóteles, un segundo Aristóteles. El historiador de la filosofía idealista, Fischer, dijo que en Hegel culminaba toda la filosofía y Hegel fue refutado por Kirkegord; no hay más filosofía, no va a haber más filosofía.
Va a haber epígonos o seguidores. Habrá seguidores de Sto. Tomás por un lado y de Hegel por otro. Hegel está echado a un lado y Sto. Tomás permanece, pero no lo estudian, aunque ahora empiezan a estudiarlo más. De manera que escribí que no iba a haber más filosofía en el mundo, lo que disgustó mucho a una estudiante de filosofía y letras que escribió un artículo en La Gaceta contra mí, diciendo que yo no podía decir eso. Es claro que esto hay que entenderlo, se puede estudiar filosofía, se puede estudiar la historia de la filosofía e incluso se puede estudiar a Hegel y refutarlo, como hacía el profesor Adolfo Muñoz Alonso en su revista "Crisis", que él dirigía, en la que continuamente está escribiendo sobre Hegel.
Profesores de filosofía van a existir siempre. Filósofos es otra cosa. El profesor expone a un filósofo o lo resume. Por eso Kirkegord tenía tanto odio a los profesores de filosofía; tenía un odio mortal a la misma palabra profesor. Los profesores en Dinamarca enseñaban solamente a Hegel y Lutero.
El primero en filosofía y el segundo en religión. Kirkegord absorbió todo eso y luego tuvo que liberarse y lo hizo escribiendo muchos libros que son pintorescos y hasta chuscos, pero está girando siempre sobre esos dos grandes enemigos, sobre esas dos grandes cargas que tiene el alma y que lo han oprimido.
En resumen:
He hablado de la extensión de la ciencia teológica, que es de una extensión enorme y por eso es difícil. La enseñan en 7 años en total, más 5 de latín enderezado a la filosofía, porque leen a Cicerón que era medio filósofo y a Virgilio que sabía mucho de filosofía. Por eso la Iglesia ha instituido esos estudios tan largos y tan difíciles, que ahora se están arruinando bastante. Porque se necesitan hombres muy doctos para enseñar esas cosas y se necesitan discípulos muy aplicados y capaces.
La base de lo expuesto es: ¿Por qué Jesucristo es Dios? Por la Escritura. ¿Por qué la Escritura es divina? Porque Cristo lo dijo. ¿Cómo tenía Cristo autoridad para decirlo? Porque El con sus obras probó que era Dios, sin contar con la Escritura.
La Escritura viene después, o al mismo tiempo, a corroborar lo que El decía. El, lo que decía lo basaba en la Escritura antigua, de manera que no hay un círculo vicioso. No lo hemos oído a El directamente, no hemos visto sus obras, somos los testigos vigésimos o
centésimos de El y los testigos directos no fueron más aventajados que nosotros, porque muchos no creyeron aun viendo sus obras e incluso los Apóstoles dudaron. "¡Dichosos los que vieron y creyeron!"
Las Escrituras son veraces porque son libros históricos, los más históricos de todos, probablemente. De los 4 evangelistas, 3 murieron mártires y San Juan casi lo fue también, pero se salvó.
Pascal, del que nos quedaron sus "Pensamientos" solamente, dijo: "Creo solamente en testigos que se dejan matar". Y esta es una prueba de la autenticidad de los Evangelios. Si los primeros apóstoles hubieran dudado que los Evangelios eran verdad, no hubieran tenido fuerza para mantener su fe aún a costa de dejarse matar. Creían con toda seguridad que esa era la palabra de Dios. Después viene la confianza en la naturaleza humana porque los escépticos no tienen confianza en la naturaleza humana, San Agustín dice: "Si existes, piensas y si piensas, puedes saber cosas". Este es el único argumento que hay.
Por lo tanto, es necesario confiar en la naturaleza humana, tener naturaleza humana, cosa que los escépticos parece que no la tuvieran. De modo que hoy día hay una gran cantidad de herejías, como veremos en las clases, porque antes de cada tesis, en Teología, se habla de los adversarios, se expone la tesis y luego se refuta a aquellos. Así se manejaba Sto. Tomás.
CRISTO ES VERDADERO DIOS
La tesis que puse en primer lugar se llama "Cristo es verdadero Dios", pero previamente debe estudiarse un tratado que se llama "De Revelación" donde se sientan las bases de todo lo que se afirma después en la dogmática. En esta se prueba cada tesis con tres fuentes: la Escriturala Tradición y la razón humana. La razón humana casi nunca tiene nada que decir más que no entiende las otras fuentes. La Escritura es divina porque Cristo mismo lo dijo: que es la palabra de Dios. La Tradición son los escritos de los Santos Padres, especialmente los más antiguos, que representan la tradición apostólica trasmitida de acuerdo con las definiciones de los Sumos Pontífices y los Concilios. ¿Quiere decir que todos los Santos Padres son infalibles y que todo lo que dijeron es absolutamente cierto? No. Y algunos se han equivocado; poco, pero lo han hecho.
Lo que es infalible es la unanimidad de los Santos Padres, cuando todos afirman una misma cosa. Será infalible lo que digan —según lo expresado por San Vicente de Lerins: "Lo que siempre, lo que en todas partes, lo que por todos fue creído". Así, hay cosas que no están en las Sagradas Escrituras y que han sido definidas como dogmas por los Papas, como, por ejemplo, la Asunción en cuerpo y alma a los cielos de la Santísima Virgen o su Inmaculada Concepción. Así tampoco el Reinado o Reyecía de Cristo definida por Pío XI, que no está explícitamente, aunque Cristo le dijo a Pilatos "Yo soy Rey", pero su Reyecía universal no está.
El dogma fundamental de nuestra fe es el desarrollado en el tratado "De Cristo", de esa verdad dependen todos los otros. De eso se desprende inmediatamente el de la Trinidad, por cuanto Cristo trató a su Padre como persona diferente; hablaba de El y de su Padre y luego habló también como persona diferente del Espíritu Santo.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia, surgió un verdadero enjambre de herejías sobre la divinidad de Cristo. Herejías son separación de la Iglesia en un dogma, no rechazo de todas las verdades de la Iglesia. Herejía suele ser negar un dogma, aferrándose a tal negación y aceptando, defendiendo o callando sobre los demás. Hereje quiere decir separado o desgarrado. Aquí, entre nosotros, la palabra "hereje" significa una cosa tremenda; una cosa atroz: un hombre cruel, feroz, peor que un ladrón o un asesino. Y tienen razón. Santo Tomás los compara a los monederos falsos y dice que se les puede dar muerte.
El fue el primero que justificó la muerte de los herejes, práctica que había comenzado mucho tiempo antes. El primer hereje que fue muerto por tal fue un tal Prisciliano y murió por orden de un rey de Francia: Augusto Máximo. Era un hereje español que justamente negaba la divinidad de Cristo y que había escapado de su país con dos mujeres bastante locas o locas del todo, que se decían profetisas. Santo Tomás fue el primero que razonó sobre la justicia de esa pena, pena que hoy naturalmente ha desaparecido. Pobres de nosotros si hoy estuviéramos amenazados por esa pena: la mitad de los argentinos se irían al cadalso.
Los herejes eran peor que los monederos falsos, ya que si éstos falsificaban moneda y no parecía mal que se los matase, los herejes falsificaban la verdadera doctrina. La cantidad de herejías cristológicas es inmensa y sería de nunca acabar el solo enumerarlas. Después vienen las herejías trinitarias, que son muchas también.
En la enseñanza actual de la Teología se comienza por explicar los "términos". A veces no necesitan explicación alguna sus palabras, como en la tesis de hoy "Cristo es verdadero Dios", no hay ninguna palabra desconocida en esto. Después viene la mención de los adversarios, luego viene la prueba de la Escritura y de la Tradición y después la respuesta a las objeciones, o sea la respuesta a los argumentos de los adversarios que se han mencionado al principio. Así, tenemos contra este misterio grandísimo una gran cantidad de herejías porque oprimía la razón humana, la cautivaba, como dice San Pablo: "Cautivos del intelecto en honor de Dios" y al mismo tiempo libertaba la razón humana porque le daba un campo vastísimo en qué moverse, que era el campo de las cosas divinas, reveladas por Dios. Muchísimos no se resignaron a creer lo que no entendían.
La primera herejía fue la de los nicolaítas, que no negaban la divinidad de Cristo, pero introducían prácticas paganas en el culto divino y se atribuyó al diácono Nicolás o Nicolao, elegido por San Pedro para ayudar a las viudas. "Nosotros no podemos estar en esto —dijo San Pedro— sino en predicar y bautizar" y nombró siete hombres llamados diáconos, de donde viene el diácono actual, que ha pasado a ser una orden mayor de la Iglesia. Las viudas judías se peleaban con las viudas gentiles. "Yo soy cristiana" —decía cada una de ellas— "pero soy cristiana especial" agregaban. Entonces los diáconos se encargaron de repartirles los socorros y estas viudas se peleaban por ellos.
A los viudos no se les daba nada. Era una especie de caridad hecha con el tesoro común de la Iglesia, en el que se acumularon, desde entonces, muchos bienes, y se los administraba haciendo caridad. Este Nicolao no se sabe bien lo que enseñó, pero es nombrado tres veces en la Escritura —en el Apokalypsis— como una herejía funesta que se había propinado por tres de las iglesias y menciona a los nicolaítas como hombres de mala moral y de mala doctrina también, pero no se dice en qué. Probablemente, lo que hacían era vaciar todos los dogmas, rebajándolos a un plano terreno. Es decir, falsificar en el espíritu todos los dogmas sin negar la letra de ninguno, que es precisamente la herejía que hay hoy día: el modernismo.
Los modernistas no niegan la letra de ninguno de los dogmas; dicen que Cristo es Dios, que la Iglesia es verdadera, que creen en la Gracia y que los Sacramentos son válidos, pero lo vacían todo dándoles un significado humano; son como signos de la grandeza del hombre, de la divinidad del hombre, es decir, una tentación de humanizarlo todo, que fue la tentación más grande en toda la vida de la Iglesia y que será también la gran herejía del Anticristo, que va a implantar la adoración del hombre, de las obras del hombre y se va a hacer adorar él mismo como Dios, según está revelado por San Pablo.
Después de ella vienen las herejías propiamente cristológicas: los Hebionitas, que fueron herejes judaicos que negaban la divinidad de Cristo de la misma manera que los judíos, que decían fue un impostor. Porque la manera de negar la divinidad de Cristo es de dos formas: unos dicen que simplemente mintió, que hizo comedias, y otros dicen que fue un gran hombre, el mejor y el mayor de todos ellos, mayor que los Ángeles inclusive, pero que fue una criatura creada por Dios. Esto es lo que dice Arrio y también muchísimos otros, como en nuestros días el apóstata Renán, quien hizo una vida de El, donde le prodiga toda clase de alabanzas con tal de negar que es Dios. Los hebionitas decían que Cristo era un impostor y preocupó muchísimo a la primitiva Iglesia.
San Juan escribió su Evangelio, precisamente para combatir a los Hebionistas. Hebionistas significa "los pobres" en hebreo. Por lo tanto, esta herejía trajo un gran bien, pues gracias a ella tenemos el Evangelio de San Juan, que es el mejor de todos los Evangelios y dicen que es el mejor de todos los libros que se han escrito en este mundo: hermosísimo por el estilo, la elocuencia, la gracia, el dramatismo con que cuenta la vida de Cristo. El principal de los hebionistas fue un judío llamado Cerintos o Kerintos, de origen griego, y después vienen otros muchos negadores de la divinidad de Cristo, de pequeño vuelo, diríamos, que son los precursores de Arrio, quien es el negador grande.
Esta herejía se extendió muchísimo durante cinco siglos y aún ahora hay arrianos, porque la mayor parte de los protestantes son arrianos o nestorianos, ya que niegan la divinidad de Cristo diciendo que fue un gran hombre y que llegó un momento en que el Espíritu Santo descendió y se aposentó sobre él y entonces fue un hombre asistido o consagrado o investido por Dios y eso es lo que dijo Nestorio, un arriano importante, que fue Arzobispo de Constantinopla, el cual renovó la herejía arriana cuando Arrio fue condenado por el Concilio de Nicea y cuya condenación rezamos nosotros en el Credo de Nicea: "Dios de Dios, luz verdadera de luz verdadera".
Arrio, lo mismo que Nestorio, era un cura de Alejandría que tenía una parroquia importante, que tenían una vida regular, austera, por lo menos en lo exterior, en lo que se veía, porque muchos herejes, la mayoría de ellos, fueron disolutos. Citan a Arrio Nestorio y Calvino como los tres herejes que tuvieron una vida sin escándalos —que sepamos— pero de Calvino no se puede decir que haya tenido una vida honrada porque fue tremendamente cruel; quería implantar un régimen implacable. Arrio dijo que Jesús era una criatura creada por Dios, superior a todos los hombres y a todos los Santos y a todo lo creado, pero criatura al fin y no una misma cosa con el Padre. Entonces propagó muchísimo su doctrina, hasta que los mahometanos la acabaron en el Africa y Asia, sufriendo muchas modificaciones a través de los siglos: los semiarrianos, que inventaron una palabra: homoiusius, que significa "semejante a Dios" Decían que Jesucristo era homoiusius y no homoisius, que significa de la misma naturaleza o substancia (usia = substancia) y estos herejes no dijeron de la misma substancia, sino de substancia semejante. También fueron condenados por diversos Concilios, hasta que el de Efeso condenó definitivamente a Nestorio, quien propagaba su error diciendo: "Jesucristo fue hijo de María pero no hijo de Dios".
María no era Madre de Dios, sino de Jesús. Eso era separar en Cristo las dos naturalezas, la humana y la divina, de manera que cayó en el arrianismo, lo mismo que los otros.
Esusebio de Nicomedia, escribió una gran Historia de la Iglesia (la primera), que es enteramente correcta, pero él era particularmente arriano y participó de varias reuniones o congresos arríanos. Arrio vivió 80 años y murió porque una vieja le tiró una teja desde una azotea y lo mató. Han contado diversas cosas degradantes sobre su muerte, pero la verdadera causa, que está en el martirologio romano, fue esa. Las vicisitudes de la herejía arriana están resumidas en un libro de Belloc "Las grandes herejías", donde estudia cinco herejías importantes, siendo la primera la arriana, que es la que duró más después del protestantismo que dura hasta ahora, o sea seis siglos, aunque no sé si ahora realmente existe porque está tremendamente dividido en sectas.
El hijo de Constantino, Constancio, protegió la herejía nombrando obispos arríanos y persiguiendo y martirizando a los católicos. Era un hombre débil y vanidoso, dicen las historias, y la propagó sobre todo en el ejército romano y este ejército la propagaba, a su vez, en las nuevas tierras conquistadas y era fácilmente aceptada por los bárbaros porque preferían el cristianismo a los disparates mitológicos de los celtas.
Es decir, que se convirtieron al catolicismo pero mal; eran cristianos nuevos, como dicen los españoles de los judíos recién convertidos al cristianismo. De manera que como el arrianismo era más fácil de creer (que Cristo era un hombre excelso pero no Dios) se convirtieron a él, como el rey de España Leovigilio, que tuvo un hijo católico a quien hizo decapitar: San Hermenegildo.
Y después Recaredo, su otro hijo, se convirtió a la fe verdadera y convirtió a toda España. Todavía se celebra en España con una fiesta la conversión de Recaredo. Incluso se dijo que un Papa, Liberio, había convenido con los arrianos, que se había hecho arriano, lo que fue falso; fue débil en reprimirlos y dijo palabras equívocas que lo comprometieron para la posteridad. Lo mismo se dijo del Papa Honorio, a quien se menciona tanto para negar la infalibilidad pontificia, de quien dicen que cayó en la herejía de los monoteletas, que es igualmente una herejía arriana. Monoteletas quiere decir: una sola voluntad; que en Cristo había una sola voluntad. Los monofisitas decían que en Cristo había una sola naturaleza, lo cual también era una manera oculta de negar su divinidad, para esquivar condenaciones de la Iglesia.
Los reinos arrianos tuvieron que ser convertidos uno por uno, con mucho trabajo.
San Jerónimo dice que en un momento dado el mundo se despertó y se espantó de verse arriano.
Fueron combatidos por el famoso obispo católico ortodoxo de Alejandría, San Atanasio, que pasó una vida notabilísima, llena de peripecias y de tretas para librarse de la persecución de los arrianos. El defendió la noción de Cristo como verdadero Dios durante muchísimo tiempo, hasta que vino el Concilio de Nicea y le dió la razón.
Después, el arrianismo muere en la Edad Media, manteniéndose oculto bajo otras denominaciones y resurge en el Renacimiento con el protestantismo, con los hermanos Socino, que negaban la divinidad de Cristo y tuvieron que huir de Italia y fueron a Suiza y Flandes y propagaron la herejía muy eficazmente, incluso en el sur de Alemania. Hoy día los racionalistas sostienen igual herejía, de los cuales el más conocido es Renán, pero que tuvo muchos precursores, sobre todo los racionalistas críticos en Alemania, que se apoyan especialmente en el Evangelio.
La mayoría de los protestantes, menos los anglicanos, son en realidad nestorianos, separando la persona de Cristo de la de Dios, diciendo que el primero fue un gran hombre, un hombre excelso, lleno del Espíritu Santo, pero no Dios.
Yo una vez entré en una iglesia del sur de Londres, que tenía confesionarios, imágenes de la Virgen y era igual que una iglesia católica e incluso vendían libros de Martindale, un jesuita inglés; pero luego me dijeron que era una iglesia anglicana. Un jefe anglicano, Lord Halifax, quiso unir el anglicanismo con la Iglesia Católica. Pero no pudo. Ellos tienen solamente dos cosas que los separan: una que no obedecen al Papa; un inglés no puede obedecer a un italiano. La otra es el celibato eclesiástico. De manera que el Cardenal Mercier se juntó con Lord Halifax y éste proponía que nombrase un patriarca inglés que fuese como un segundo Papa, como un VicePapa y que no estuviese muy sometido a Roma y segundo, que se suprimiese el celibato eclesiástico.
La Iglesia no quiso y supongo que no pudo acceder a ello. El anglicanismo es la iglesia oficial de Inglaterra cuyo papa es la Reina, porque es una iglesia nacional. Las dos cosas que pedía, Roma las podía hacer; de suyo son posibles. Nombrar un patriarca de Inglaterra es posible. Antes, todas las regiones de la cristiandad estaban gobernadas por patriarcas que podían casi tanto como el Papa. La Iglesia era federal entonces; ahora es unitaria o centralista, gobernada desde Roma. Todavía el patriarca de Toledo tiene el título de patriarca de las Indias, que si fuera de los indios sería patriarca nuestro. Y la otra petición también podía ser concedida, pero por ahora parece que no ha llegado el tiempo.
Se prueba que Jesucristo es Dios por la Escritura. Lo primero que hay que citar es el famoso prólogo del Evangelio de San Juan hecho contra los hebionitas, que proclama solemnemente la divinidad de Cristo de dos o tres maneras, en forma sublime. Esa prueba bastaría, pero hay muchísimos otros textos de la Escritura, tanto en los Evangelios como en San Pablo, donde se proclama la divinidad de Cristo.
"En el principio era el Verbo y el Verbo era cabe Dios y el Verbo era Dios. El estba en el principio en Dios y por El se han hecho todas las cosas y sin El no ha sido hecha cosa alguna de cuantas han sido hechas. En El estabala Vida y la Vida era la luz de los hombres. Y esta luz resplandece en medio de las tinieblas y las tinieblas no la han recibido. Hubo un hombre enviado de Dios que se llamaba Juan. Este vino como testigo para dar testimonio de la luz a fin de que por medio de él todos creyesen. No era él la luz, sino enviado para dar testimonio de la luz. El Verbo era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba y el mundo fue por El hecho y con todo el mundo no lo conoció. Vino a su propia casa y no fue recibido. Los suyos no lo recibieron. Pero todos los que lo recibieron, que son los que creen en su nombre, pueden llegar a ser hijos de Dios, los cuales no nacen de la sangre ni de la voluntad de la carne ni del querer del hombre, sino que nacen del poder de Dios por la gracia. Y por eso el Verbo se hizo carne".
Otra afirmación: "El Verbo de Dios, que es Dios, se hizo hombre y habitó entre nosotros y hemos visto su gloria, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad".
Es el prólogo del Evangelio de San Juan donde afirma solamente la divinidad de Cristo, contra los primeros herejes hebionitas.
En la Epístola a los Romanos (816) "El Evangelio —dice San Pablo— es virtud de Dios", San Marcos, (121) La parábola del hijo único. Los viñadores que mataban a los enviados del padre de familia, hasta que el padre dijo les enviaría a su hijo diciendo que a él no lo matarían y se los envió y lo mataron. Es una parábola que se refiere ala Encarnación de Cristo y a su Pasión. San Lucas: "¿Pero tú eres el hijo de Dios? —le preguntaban los judíos en el juicio que le hizo Caifás y El dijo: "Sí, soy el Hijo de Dios". En Mateo (11) "Nadie conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo". De manera que se refiere a un conocimiento especial, a un conocimiento consustancial; son los dos la misma sustancia; la misma naturaleza.
Mateo (2) El milagro del paralítico: "Perdonados te son tus pecados". Y los judíos le dicen ¿Quién puede perdonar los pecados sino solo Dios?". Y Cristo les respondió: "Para que veáis que Yo tengo en la tierra poder para perdonar los pecados: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa". Hizo el milagro para demostrar que tenía poder para perdonar pecados, sin negar que el único que tenía poder para perdonar pecados era Dios. San Juan: "Mi Padre obra y Yo obro juntamente con El". Es decir que la acción divina es común al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cuando obran "adextra", como dicen los teólogos. Y San Juan (10): "Somos una misma cosa". Esa es la afirmación más rotunda que hay en el Evangelio. En latín significa "UNO", más que "LA MISMA COSA". Filipenses II: "Jesucristo, teniendo la naturaleza de Dios, tomó la figura de un siervo".
Y hay que notar que Jesucristo en su vida no manifestó el poder que tenía como Hijo de Dios sino que todo lo que hizo: resucitar muertos, curar enfermos, calmar una tempestad y todos los demás milagros, son obras que han hecho los taumaturgos antes de Cristo; y después de Cristo los Apóstoles y Santos de la Iglesia, Elías resucitó a un muerto, San Pedro resucitó a una muerta. De manera que Cristo no demostró por los milagros que era Dios, sino que era un taumaturgo.
Los taumaturgos son santos que tienen el poder de hacer milagros. Se podría decir que una vez usó el poder divino, cuando dió a los Apóstoles la comunión, multiplicado su cuerpo en doce pedazos de pan. Esto no lo hizo ningún taumaturgo ni lo podrá hacer. Los taumaturgos; a veces se bilocan, aparecen en dos partes diferentes, pero no en doce. Pero tampoco fue el poder divino el que usó Cristo allí porque resulta que Dios está fuera del espacio, los ángeles también y el alma misma nuestra tampoco está en el espacio. De modo que lo que hizo Cristo en la primera comunión de los Apóstoles no sobrepasa el poder de los espíritus, no es el poder de Dios.
Por lo tanto, Cristo tomó la figura de siervo y se mantuvo dentro de ella durante toda la vida, hasta la Resurrección. La Resurrección fue una muestra del poder de Dios. Ningún taumaturgo puede resucitarse a sí mismo. Allí se mostró a los Apóstoles con cualidades divinas.
Propiedades del cuerpo glorificado.
Epístola a los Hebreos: todo el capítulo I es una afirmación de San Pablo de que Cristo es verdadero Dios. Romanos (9) "Los romanos tropezaron en Jesús, que se les volvió piedra de tropiezo, siendo así que era verdadero Dios". Estas serían las pruebas de la Escritura sobre la divinidad de Cristo.
Después viene la prueba de la Tradición. Todos los Padres de la Iglesia afirman la divinidad de Cristo. Los que valen más son los Padres antenicenos, porque después del Concilio de Nicea, que había definido la divinidad de Cristo no tenía gracia afirmarlo, porque debían sostener lo que el Concilio había dicho. Por ejemplo, San Ignacio Obispo y mártir, el Pastor Hermas, y en todos los demás documentos antiquísimos de la cristiandad de los siglos I y II, está sostenida la divinidad de Cristo sin ninguna duda y con enorme unanimidad.
Las objeciones que se pueden decir a estas tesis serían éstas: En Marcos (Cap. 1018) Cristo dice; "Nadie es bueno sino Dios". Un joven le dijo: "Maestro bueno; ¿que tengo que hacer para salvarme?" y El le contestó:"¿Por qué me llamas bueno? Nadie hay bueno sino Dios". De manera que parecería que ha negado que El era Dios. Si no, estaba bien lo que le había dicho el joven. Pero El lo hizo para corregir a uno que estaba equivocado, que lo tenía como un hombre bueno y para llevarlo a la verdad le dijo: "Nadie es bueno sino Dios". Es decir, "Yo soy bueno en cuanto soy Dios", pero el otro no creía todavía que El era Dios. En Juan (cap. 10) "En vuestra Ley tenéis —les dijo a los judíos— que sois dioses, entonces, por qué decís que Yo blasfemo porque digo que soy Hijo de Dios?'. Los judíos le achacaban esa palabra de "hijo de Dios" y entonces El esquivó el reproche y les dijo:"Acaso vosotros no os hacéis llamar en la Ley hijos de Dios?". Pero El no negó que fuera Hijo de Dios de una manera enteramente diferente a lo que somos nosotros.
Otra objeción la veremos en la tesis tercera. Es la siguiente: Cómo, de dos cosas completas pudo haberse hecho una. Muchísimos herejes tropezaron allí. Negaban que pudiera ser que dos cosas perfectas formasen una cosa en sí. Porque hay un principio escolástico que proviene de Aristóteles que dice: Que de dos cosas completas no se puede hacer una cosa en sí. Y es claro, eso salta a la vista. Una de las dos cosas tiene que perder algo para unirse a la otra. Se pueden yuxtaponer pero de ningún modo unir.
Esta objeción dio muchísimo que hacer. Los herejes decían, entonces, que no podía ser que la naturaleza humana de Cristo estuviera completa. Que ésta no había perdido nada, pero que la humana sí. Unos decían que había perdido el alma. Que Cristo tenía cuerpo pero no alma. Que su cuerpo era la apariencia en la cual andaba Dios metido. Una apariencia, porque un cuerpo sin alma no es un hombre. Incluso los teólogos en nuestros días —por ejemplo Suárez, se preguntan ¿Qué perdió la humanidad de Cristo para poder unirse a la divinidad en forma sustancial?; consustancial, como dijo San Atanasio, inventando esta palabra contra los arrianos.
También decían en griego que Cristo se unió hipostáticamente al Verbo. Hipóstasis significa "sustancia".
Es difícil encontrar qué es lo que perdió la humanidad de Cristo, si es que perdió algo, para unirse al Verbo, siendo que Cristo no se hizo hombre perdiendo algo como tal, sino manteniendo la humanidad completa. Y el Verbo no puede perder nada. De manera que ¿cómo se unieron esas dos cosas completas "per se", no accidentalmente, sino sustancialmente? Es una objeción difícil a la unión hipostática, que solventaremos en la tesis tercera.
CRISTO ES VERDADERO DIOS SEGUNDA PARTE
En esta clase voy a completar la anterior porque dejé dos cosas por decir: una es la tradición a favor de la divinidad de Cristo; es decir, yo nombré a unos cuantos de los Santos Padres; todos los Santos Padres han escrito sobre la divinidad de Cristo. Cómo no van a hablar si es el dogma central del cristianismo. También enumeré los adversarios de aquel tiempo: Arrio y Nestorio, pero no estamos en esos tiempos sino en los de Bernard Shaw, Renán y Albert Schwaitzer, que son los que vamos a encontrar en la vida, como yo los he encontrado. Estos modernos no hacen más que repetir las herejías antiguas, no dicen nada nuevo porque no puede decirse nada nuevo.
Los herejes fueron tantos que ni siquiera los historiadores conocen a todos.
En seguida que once rústicos pescadores se desparramaron por el mundo a decir lo mismo que estamos diciendo acá: Jesucristo es verdadero Dios, comenzaron a surgir las herejías, no tenían otra novedad para el mundo, contaban lo que habían visto. Entonces, como un incendio hubo en el mundo porque la gente no creía lo mismo que ellos, que era un misterio dificilísimo de creer, con predicadores a granel, se había extendido muchísimo y todo el Imperio Romano, que en ese entonces era todo el mundo conocido o por lo menos civilizado, había escuchado la palabra de algún Apóstol y se habían hecho muchísimos cristianos, de tal manera que Tertuliano decía: "Somos de ayer y ya llenamos el mundo". San Pablo dice a los romanos: "Nuestra fe ha sido anunciada al universo mundo". Para ellos, todo el mundo era el Imperio Romano, comprendiendo la España y la Inglaterra, hasta donde habían llegado también los Apóstoles.
De la prueba por la Escritura ya he leído varios textos. Los principales son: el texto de San Pablo y el prólogo de San Juan, donde tres veces dice que Cristo es el Hijo de Dios Encarnado.
Y San Pablo dice: "El cual siendo de condición divina no estimó ser fraude decir que era igual a Dios". Se anonadó a Sí mismo, tomando la condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres, apareciendo en su porte como hombre se humilló a Sí mismo. San Pablo dice que Jesucristo "se vació". Utilizó la palabra "kenosis" que ahora utilizan los teólogos; "vació la divinidad".
Porque como les dije en la otra clase no aparece el poder de Dios en Jesucristo, aparecen las propiedades de un taumaturgo, que habían aparecido antes en Elias y después en San Pedro y otros. Hubo varios taumaturgos que tuvieron el poder de hacer milagros. Pero el poder de Dios no lo mostró, la divinidad de Dios se esconde, dice San Ignacio de Loyola en los Ejercicios.
Y San Pablo dice más: que se vació de la divinidad, siendo hijo de Dios, que creyeran en las obras que El hacía, realizando milagros, pero no mostró el poder de Dios mientras fue hombre. Hasta después de su muerte no apareció el poder de Dios. Después de muerto, sí, en la Resurrección.
Todos los Santos Padres atestiguan la divinidad de Cristo.
Los santos que ha habido en los veinte siglos de la Cristiandad, que son innumerables, también lo atestiguan. Y todos nosotros lo atestiguamos; cerca de 1.200 millones de hombres, porque el que cree atestigua a Cristo; El que cree en la divinidad de Cristo atestigua de ello.
Fíjense que El dijo que era lo principal que tenía que hacer el hombre sobre la tierra: reconocerlo a El. "El que me reconozca delante de los hombres Yo lo reconoceré delante del Padre Celestial".
Es decir que la salvación del hombre está ligada a que reconozca a Cristo como Hijo de Dios. Aquella cifra es contando a los protestantes, los católicos solos somos 900 millones. Pero no hay que fiarse mucho de los números, porque sabemos que esos 900 millones de hombres llegará un día en que serán solamente un puñado de hombres, porque cuando vuelva el Hijo del Hombre ¿Creéis que encontrará fe sobre la tierra?", porque fe habrá, aunque sean pocos y perseguidos, en los últimos tiempos.
Pero la fe en este sentido, significa la fe organizada, es decir, la Iglesia. La Iglesia —dice el teólogo Domingo Sotó— "será quitada del medio". Ese tiempo no se si está cerca o lejos.
El más interesante testigo de la tradición fue San Ignacio, Obispo de Antioquía y Mártir, que lo llevaron desde Antioquía, a Roma en un viaje a pie durante muchísimos días, parándose en las principales ciudades del camino y ahí lo llevaban diez leopardos —dice él en una carta— es decir, atado a las muñecas de un soldado romano diferente cada día, como hacen hoy día con los presos.
Lo martirizó el "pío" Emperador Trajano, que dirigió la tercera persecución a los cristianos. "Aquí nació aquel rayo de la guerra, gran padre de la patria, honor de España, pío felice triunfador Trajano. Ante quien muda se postró la tierra que ve del sol la cuna y la que baña el mar también vencido lusitano . . .", etc. El poeta es un adulador, le llama pío a Trajano que fue uno de los emperadores más crueles que ha habido. Después de Nerón, creo que ha sido el emperador romano más cruel.
La tercera persecución fue terrible. Cuando subió a Emperador, cuando se recibió de Emperador como diríamos nosotros; ellos decían cuando lo levantaron sobre sus escudos los legionarios. . . Porque los legionarios, en aquel tiempo, eran los que hacían los emperadores, no los caudillejos políticos como entre nosotros. Los votos no eran, eran las armas las que elegían los emperadores; era un imperio militar y no civil.
El "pío" Trajano, cuando se recibió de emperador, hizo matar diez mil cristianos traídos de Dalmacia; limpió la Dalmacia de cristianos.
En los dientes de once mil fieras que hizo traer de los confines del Imperio: tigres, leones, osos, hienas, lobos. Hoy día no se podría hacer eso de traer en jaulas once mil fieras; no lo podría hacer ni Onassis pues supone un gasto enorme, lo que da idea del tremendo poderío del Imperio Romano en ese tiempo. Ya habían comenzado el "pan y circo". Eso había que darle al pueblo y él les dió el circo y el espectáculo principal era el de ver a cristianos destrozados por las fieras.
Ignacio de Antioquía fue uno de los mártires a quien martirizaron a principios del siglo II (año 106). Predicó —era muy viejo cuando lo mataron— durante el siglo I en Antioquía. En el camino iban parando los soldados para hacer noche en las ciudades principales y se amontonaban los cristianos para verlo porque tenía gran fama, a pedirle la bendición, que les dijese algo, que les curase los enfermos. Escribió siete cartas maravillosas. Leeré un trozo de la carta II a los magnesios:
"Por consiguiente, del modo como el Señor nada hizo sin contar con su Padre, hecho como estaba una cosa con El, nada ni por Sí mismo ni por sus Apóstoles, así tampoco vosotros nada haréis sin contar con vuestro Obispo y los Ancianos (o sea los presbíteros). Corred todos a uno como a un solo templo de Dios, como a un solo altar, como a un solo Jesucristo, que procede de un solo Padre." En todas las cartas da testimonio de la divinidad de Jesucristo. En la más larga (cuarta a los romanos) dice: "Digo a todas las Iglesias que yo estoy pronto a morir por Dios de buena gana. . ., yo os lo suplico, no muestren para conmigo una benevolencia malquista.
Permitidme ser pasto de las fieras para alcanzar a Dios. Trigo soy de Dios y en los dientes de los leones he de ser molido a fin de ser presentado como limpio pan a Jesucristo". "Halagad más bien a las fieras para que sean sepulcro mío y no dejen ni rastros de mi cuerpo; con lo cual, después de mi muerte, no seré molesto a nadie. Desde Siria a Roma yo vengo luchando con las fieras atado a diez leopardos; hago votos para que los leones del anfiteatro sean veloces conmigo. Yo mismo los azuzaré. (No es lícito azuzarlos, pero es una manera de decir el ansia que tenía de martirio).
Y no como a algunos que no osaron tocar".
A algunos cristianos no los mataron las fieras. Continuaba: "Que ninguno se me oponga por envidia a que yo alcance a Jesucristo. Fuego y cruz, manada de fieras, quebrantamiento de mis huesos, descoyuntamiento de mis miembros, trituración de todo el cuerpo, tormentos atroces del diablo, vengan todos sobre mí a condición de que yo alcance a Jesucristo".
Como ven, está enloquecido de amor a Jesucristo al igual que su tocayo del siglo XVI, San Ignacio de Loyola, que fue muy devoto de San Ignacio Mártir. Así prosigue toda la carta que escribió a los romanos desde Esmirna. . .
En nuestros tiempos el desconocimiento de la divinidad de Cristo se ha hecho la atmósfera misma.
El gran inglés Belloc escribió un libro eximio "Las grandes herejías", del cual les diré unas palabras.
La primera herejía, el arrianismo, es un trabajo histórico maravilloso, el mejor que yo conozco. Empieza a indicar el origen de todo este enjambre de herejías que comenzaron ni bien los Apóstoles empezaron a predicar. Dice Belloc con razón que esto se debe a la tendencia de la razón humana a racionalizar todo, porque esa es la misión del intelecto del hombre, entender las cosas, descifrar los misterios. Sin embargo, desde que nacemos hasta que morimos estamos rodeados de misterios, Misterios naturales o sobrenaturales, estamos rodeados de ellos, porque el entendimiento del hombre no quiere ser limitado, sino que quiere ser como Dios, porque es una semejanza de Dios el intelecto del hombre.
De manera que fácilmente es presa de la soberbia y quiere ser como Dios, que fue lo que hicieron los primeros intelectos que existieron, los diablos. Los herejes no quieren resignarse a creer una cosa que no pueden entender. De manera que buscan explicaciones para rebajar a Jesucristo a la categoría de simple hombre.
Hay dos grandes clases de herejías cristológicas: unos dicen que Cristo no fue Dios pero fue un hombre grandísimo, más que un hombre. Arrio dijo que fue una especie de ángel, la primera criatura que Dios hizo, pero no Dios.
Otros, en cambio, dicen que fue un mal hombre, un gran impostor. Esa es la idea que tienen los judíos hasta hoy, los judíos impíos, porque hay algunos que son nada, son indiferentes; y hay otros muchos que se convierten en estos tiempos. Y se han de convertir, no todos, pero gran parte de ellos algún día, dice San Pablo. No sabemos cuándo. De los tres herejes que nombré, no son herejes puros, sino heresiarcas, jefes de herejías.
Uno dijo que Jesucristo era una gran cosa (Renán); casi tuvo la misma idea de El que Arrio. Otro dijo que era un loco (Bernard Shaw).
Schwaitzer dijo algo peor, todavía; que no había existido. Es decir que lo suprimió del todo.
Teilhard de Chardin no es un heresiarca, es apenas un herejito. Por eso no lo nombré con todos estos. Hay un francés, un inglés y un alemán. España no ha tenido heresiarcas.
Ha habido muchos herejes, porque estos vinieron de afuera, dice Menéndez y Pelayo en la enorme obra "Historia de los heterodoxos españoles". Cita un versículo de San Juan que dice: "Estaban entre nosotros, pero no eran de nosotros". El único fue Prisciliano, que no paró en España sino que se escapó a Francia y fue decapitado por el rey Máximo Augusto.
Ernesto Renán no fue apóstata del sacerdocio como creen algunos sino de la fe, porque lo iban a ordenar diácono o lo habían ordenado ya y entonces salió del Seminario de Sari Sulpicio, se puso a enseñar y renegó de la fe. Fue escritor de libros y más tarde profesor del Colegio de Francia y miembro de la Academia Francesa. Fue muy halagado por sus coetáneos, como dijo en su libro [Recuerdos de mi infancia y mi juventud". El otro que tengo es"El Anticristo", pero desgraciadamente traducido al inglés, porque lo que realmente tiene de encantador Renán es su estilo francés.
No tiene ciencia teológica. Escribió una pentalogía, cinco libros.: "Historia de los orígenes del cristianismo"; el cuarto libro es del Anticristo y el quinto es "La vida de Jesucristo", un libro malísimo, de los malos que ha habido. Algunos dicen que hizo tantos incrédulos como letras tiene. Es exagerado.
Lo mismo se ha dicho de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, que hizo tantos cristianos como letras tiene. Pero "La Vida de Jesucristo" de Renán, ha hecho muchísimos incrédulos.
Sobre todo entre los bobos de esta América Latina que no es latina porque ni saben latín; es la América criolla. Cuando yo estaba en París en la agencia de La Nación (diario) que está en la Plaza de la Estrella, me encontraba con muchos argentinos que venían a leer La Nación. Me encontré con un gran jurista argentino, magistrado, que dijo que él se había convertido a la fe leyendo "La vida de Jesucristo" de Renán. Yo le dije, inspirado por el Ángel de la Guarda"Entonces, ahora es mucho más ateo que antes".
El gran Claudel lo comparó a Judas, porque él quiere matar a Jesucristo con caricias:
"Il n'est pas le Christ, Il n'est pas le Fils de l´homme, Il n'est pas Dieu / Son Evangile est menteur et son Pére n'est pas aux Cieux / C'est un fou, c'est un imposteur / Qu ´il parle, qu' il se taise / Le valet de Caifas le soufléte et Renán le baise . . .".
Es lo que dicen hoy. Es un loco, es un impostor qué habla, que se calle. El sirviente de Caifas lo abofetea y Renán lo besa. Para Renán, Jesús fue una gran cosa. El más grande moralista del mundo, un gran poeta y la esperanza más grande que ha pasado sobre la tierra.
Y no ha pasado en realidad, sigue vigente la esperanza en Cristo. Le da todos los atributos de la divinidad para quitarle divinidad, como hizo Arrio.
"La vida de Jesús" fue parada en seco por la aparición de otra vida de Cristo, ortodoxa y mejor escrita (por lo menos igualmente bien escrita) que es "La vida de Cristo" de Giovanni Papini. Ahora, yo no creo que queden ni tres ejemplares en la Argentina del libro de Renán. Dicen que hubo muchos antes. Fui a la Biblioteca Nacional y ala Alianza Francesa y no están los libros principales de Renán.
La última posición apostática de Renán está en una novela llamada "Patrice", que dejó inacabada al morir y dice lo siguiente: él se reprocha haber sido cristiano y como tal haber despreciado a Apolo, Diana, Minerva y Venus, es decir, a la naturaleza sana y tranquila. "Yo le anteponía la magra imagen de un Dios estirado por cuatro clavos; esto es enfermizo; esto es la ascética cristiana, las ideas que nos han perdido. Al contrario, el paganismo antiguo era lo verdadero, lo limpio, lo natural. El cristianismo ha invertido completamente la naturaleza con su sobre naturalismo predicando sin cesar la renuncia, la lucha contra la naturaleza. Todas las ideas desviadas que hay en el campo moral provienen del cristianismo; la Grecia, con su pacto con la naturaleza, había captado la perfecta medida".
La última posición de Renán es odiar al cristianismo. No pertenece a los herejes pasivos, sino a los activos, que odian al cristianismo y lo combaten.
Bernard Shaw fue un gran dramaturgo comediógrafo. Fue también un gran bufón. El bufón irlandés de Inglaterra, a quien arañó cariñosamente durante 80 años. Y la que lo pagó llenándolo de gloria y haciéndolo muy rico. Fue amigo de Chesterton, el cual escribió un libro sobre Bernard Shaw, hasta que comenzó a blasfemar y lo dejó. Shaw parece que critica los defectos de los ingleses.
Todas sus comedias parecen ser caricaturas de ingleses ridículos. En el fondo halagaba a los ingleses, porque criticaba los defectos pequeños y sacaba a luz las cualidades grandes de Inglaterra. De manera que por eso lo han querido muchísimo los ingleses a pesar que parece que se burla de ellos. Es un bufón, como dijo el judío André Suárez en un estudio que tiene sobre Bernard Shaw, buenísimo. . . Es gracioso y tiene un talento y una técnica teatral inmensa, pero no es serio, en el fondo no sabe nada o sabe poco.
Yo voy a leer acá lo que escribí en 1956 a Monseñor Tavella. En un viaje que hice de Salta a Buenos Aires leí el drama que hizo Bernard Shaw contra el cristianismo, que fue cuando Chesterton se mandó a mudar. Se llama"Andrócles y el león". Es una bufonada en que se burla de lo más sagrado que tiene el cristianismo, que es el martirio. Y hace un larguísimo prólogo, como acostumbra en todos sus dramas, y ese prólogo, en la edición que yo leí, tiene 138 páginas nada menos y se desata contra Jesucristo en una forma tremenda.
Le escribí a Monseñor Travella: "Bernard Shaw anuncia que se va a poner él mismo a estudiar a Jesucristo. Hay que leer por lo menos dos veces el singular estudio tragando los crasos errores de hecho, para sacar en limpio el resultado que es el siguiente:
1°—Jesús fue sincero y no fue un impostor.
2°— Fue un loco en cuanto pretendió ser Dios.
3°— Dejó, sin embargo, una doctrina extraordinaria; fue el primer economista político del mundo (Sarmiento dijo lo contrario, dijo que Jesucristo no sabía economía política).
4°— Sin embargo esa doctrina ha sido inútil hasta que él, Bernard Shaw, la completó, "Jesucristo dijo lo que había que hacer, pero no conocía el medio de hacerlo".
5°— Ese medio es Shaw, el socialismo fabiano como lo entendía él.
6°— Los cuatro Evangelios mienten cuando relatan milagros y, sobre todo, cuando narran la Resurrección.
Por último: los Evangelios son creíbles cuando relatan otras cosas, aunque no deben creerse sino como las interpreta B. Shaw. (El resultado del estudio no es muy original pero no puede negarse que es pintoresco).
Esto está en el largo prólogo del drama "Andrócles y el león" llamado "Perspectivas del Cristianismo". Shaw escribió este delirio inconmensurable después que Chesterton su lisonjero "Bernard Shaw". Yo no sé si el crítico de Shaw, Suárez, se convirtió o no. Hay dos grandes escritores franceses que son judíos españoles y que se llaman Suárez. Uno Jorge y el otro Andrés.
El gran bufón escribió este enorme libro para dejar constancia de que fue un necio badulaque de una crasa ignorancia y de una presunción inaudita. Pero Dios permitió o dispuso que saliera esto como castigo de su soberbia. Uno lee el libro ese y le tiene lástima a Shaw de lo ignorante que es en lo que pretende escribir.
El otro gran hereje de nuestros tiempos y que sí está en la Biblioteca Nacional, en ediciones de Paidós, es Albert Schwaitzer, que tiene un nombre impronunciable para nosotros.
De manera que yo le voy a decir "el suizo", simplemente, porque eso quiere decir su apellido. Schwaitzer es el más extremoso de los heresiarcas, Renán se había contentado de hacer de Cristo un ángel, pero no Dios. Shaw dijo que estaba loco, pero que era un loco con talento. "El suizo" dijo que no existió o que por lo menos no sabemos si existió.
Fue un pastor protestante que llegó a Jefe de la Iglesia Luterana Alemana, de la cual lo echaron por impío. Había empezado a escribir libros de la escuela llamada esjatológica. Es una escuela protestante, que defiende que Cristo fue un campesino muy talentoso e iluso, que creyó que el fin del mundo venía ya y que en el fin del mundo lo iban a adorar a él como Dios. Y cuando vió que no venía el fin del mundo y que lo agarraban y lo clavaban en una cruz por andar predicando, entonces pronunció desde la cruz las palabras del gran desengaño diciendo "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?"
Cuando empezó la guerra del 14, El Suizo huyó a Lambarené, que es una región del África Ecuatorial Francesa. No hay que confundirle con el dulce Lambaré. . . Se escapó de la guerra, pues si no lo hubieran reclutado los alemanes de los cuales era la Alsacia entonces.
Después salió de ahí y estuvo paseando por Europa juntando plata para su hospital y dando conciertos de violín y de órgano porque era muy buen músico; era un gran intérprete de la música de Bach, sobre el cual escribió un libro muy importante. En Norteamérica parece que sacó muchísimo dinero, pero él ya había escrito los libros impíos por los cuales lo habían echado de la Iglesia Luterana.
Los libros eran de la escuela esjatológica cuyos fundadores fueron Wrede y Weilhausen. Dice que todos los Evangelios son mentirosos menos el de San Marcos, quien dice la verdad pero no cuando narra milagros.
Esta es la doctrina de lo que también se llama la "alta crítica alemana". Recusan los Evangelios y hacen todo lo que pueden para probar que hay contradicciones, que hay cosas que no pueden ser. Pero respetan el de Marcos, por lo cual sabemos que ellos creían que Cristo había existido. Cuando fundó ese hospital, puso a su esposa como directora y a algún médico como subdirector, pero él no vendó un enfermo en su vida, según yo creo, porque no hacía más que ir por todas partes buscando dinero y mandarlo, aunque no todo. Visitó ocho veces su hospital y la tercera vez fue para librarse de la segunda guerra mundial.
En la séptima visita estuvo siete meses en el hospital pero no para curar los enfermos –
sino para estudiar la lepra. Todo el mundo se entusiasmó, especialmente los incrédulos y lo proclamaron "el ateo santo" o "el santo ateo", porque había fundado un hospital.
Lo comparan con el Padre Damián, el Apóstol de los leprosos, que fue a curar a sus enfermos a la Polinesia y murió víctima de la lepra. Pero éste no. No se asomaba a curar a los leprosos. Esto lo hacía la mujer, hasta que ésta se cansó y se volvió a Alemania. Este hospital ya no existe más, porque cuando la mujer de Schwaitzer lo dejó, él no lo continuó. Por eso le hicieron una propaganda tremenda que ahora se está acabando. Al lado de mi casa, a menos de media cuadra, hay una clínica que se llama Sanatorio Schwaitzer, que cada vez que paso por delante tengo ganas de agarrar una tiza y escribirle "Fulmine". Hay una obra de un amigo de él que se llama Feschotte, francés. La última obra de él y la más conocida se llama "Aportaciones al enigma histórico de Cristo".
Y es allí donde pierde la fe hasta en el Evangelio de San Marcos.
Antes había dicho que en San Marcos se podía creer, pero ahí dice que es algo falso también San Marcos. De manera que no tenemos ningún documento de la vida de Cristo, que no sabemos ni siquiera si existió. Pero tenemos que hacerla existir nosotros en nuestro corazón, practicando la moral de un hombre que no existió. Y cuando hayamos practicado esa moral la experiencia hará nacer a Cristo en nuestro corazón. Así termina la obra. Escribió muchas otras obras, entre ellas una sobre una religión que quiso él fundar: "La reverencia a la Vida".En ella dice que hay que empezar por amar a los animales y por ahí, amando a los animales, subir lentamente hasta llegar al amor de Dios. De manera que hay que empezar por el gato.
En 1948, después de su octava visita a Lambarené su fama se hizo inmensa. Sus libros se tradujeron en veinte lenguas. Le dieron el premio Nóbel y algunos premios más. Sus discípulos, desde EE.UU., le mandaron muchísimo dinero. La reina Isabel de Bélgica fue a visitarlo a Grünbach. Lo nombraron miembro de la Academia Francesa, etc., etc. Su panegirista lo llama en forma desaforada nada menos que "doctor, colonizador y apóstol". Es un hombre de gran poder, dice él, un soberano. Dice también que fue un santo y su mensaje fue más grande que el de Jesús.
Lo dicen en "La reverencia a la Vida", aunque sea la vida de un gato. Su fama de "santo ateo" se vino abajo cuando a un francés, Jean Madirán, se le ocurrió investigar su vida. Fue dos veces emboscado, en las dos guerras se emboscó. Los franceses creen que eso es un delito tremendo. Abominaban en la guerra de los que llamaban emboscados. Pero se olvidan que un gran santo de origen francés, se emboscó también: El cura de Ars.
El se escondió de los enroladores de Napoleón que estaban recorriendo Francia enrolando jóvenes por la fuerza, para mandarlos a Rusia a morirse de frío, porque en la quinta leva que hizo Napoleón ya no quedaba casi gente joven. El cura de Ars, que en ese entonces no era cura, ni seminarista, ni nada, se escondió en un granero, y yo hubiera hecho lo mismo. Hizo bien, aunque sea un "embusqué".
Volviendo a Schwaitzer, lo único que hizo fue fundar un hospital con plata ajena y fue un hombre avariento y orgulloso. Según él, el Evangelio de San Marcos fue el primero y nosotros lo tenemos por el segundo. Pero como ya dije, terminó negando la veracidad de este Evangelio también.
Los romanos le habían pedido a San Marcos que escribiera en griego lo que decía San Pedro en las misas. Iba contando el Evangelio, lo que él había visto y entonces San Marcos lo escribió en griego y después lo tradujeron al latín. A San Pedro no le gustó mucho que lo escribiera, pero no lo aprobó ni reprobó.
CRISTO ES VERDADERO HOMBRE
En la clase pasada dije que Renán había escrito una pentalogía en realidad una heptalogía: son siete obras, siete tomos.
Yo encontré en la Historia de la Literatura Francesa de Tribaudet un capitulo entero sobre Renán y allí nombré cinco obras componentes de la principal obra de Renán. Pero después, una amable señora me mandó las obras de Renán traducidas al castellano y editadas acá en la Argentina por una Editorial Anauta hace unos 40 años. Un libro todo amarillo ya.
Era la época del auge, de la fama de Renán acá. Después se apagó, como les dije el otro día. Entonces, hay dos obras más que yo no sabía y que las voy a leer poco a poco, cuando tenga tiempo. Empecé a leer la vida de Jesús. Es la historia de la persecución de Nerón en los primeros tiempos del cristianismo. La Vida de Jesús la leí durante mis estudios pero no entera porque llegó un momento en que me di cuenta qué era la Vida de Jesús de Renán.
Era una novela histórica, con los datos del Evangelio que él escogió, porque lo que no le convenía él no lo tomaba; y una gran imaginación é información de todo. De literatura antigua, de geografía de la Palestina, de todo. E hizo una novela histórica que se tiene en pie firmemente; de manera que es muy fácil que un hombre que no tenga versación en estas materias (de la exégesis del Evangelio) o bien no tenga mucha fe y lee eso, quede atrapado.
Hay que leer esto como obra de astucia, de insidia. Y ahora lo he vuelto a leer y veo que no me equivoqué. Es una novela histórica como la de "Doña Blanca de Navarra" de Navarro Villoslada, que tiene poquísimos datos acerca de la historia de Blanca de Navarra y hace sin embargo una novela en que uno la ve en vida a la desdichada princesa. Pero no era historia. Y así hay muchas novelas históricas que con pocos o muchos datos históricos del protagonista hacen obras que tienen una fuerza grandísima de persuasión porque parecen vivos los personajes.
Hemos visto la mitad del enjambre de herejías cristológicas que empiezan casi inmediatamente después de la muerte de Cristo, con los Ebionitas que eran judíos, y cuyo nombre significa "pobres", quienes negaban la divinidad de Cristo. Estos Ebionitas llegan —sin proponérselo— a un resultado excelente porque logran que —para combatirlos— San Juan escribiera su Evangelio que es el mejor de todos, tendiendo todo él a mostrar que Cristo era Dios.
Después de las herejías cristológicas que ya hemos visto, vienen las herejías trinitarias, puesto que la afirmación de que Cristo era Dios trae la pregunta: Bueno, ¿entonces Dios bajo del cielo y se hizo hombre? Resulta que una de estas corrientes heréticas que se llamó de los Petripasíanos afirmaba que quien murió en la cruz fue el mismo Padre. Que el mismo Dios que se llamaba Padre bajó y se llamó Hijo, padeciendo en la cruz en la figura de Simón Cireneo.
Las cosas más extrañas inventaron estos herejes. Hubo tantas herejías que ni los historiadores de la Iglesia las saben todas. No quedaron escritos de los herejes, salvo una que otra obra. Conocemos lo que decían por los escritos de los Santos Padres y por las refutaciones que en ellos les hacían.
De las herejías cristológicas, la mitad niega que haya sido verdadero Dios y la otra mitad niega que haya sido hombre. Existieron herejes que negaron la humanidad de Cristo. Unos decían que había tenido un cuerpo fantástico, ficticio, solo aparente. Se llamaron "doquetas" que significa aparentadores y había otros que se llamaban "apolinaristas" porque Apolinar, un obispo de Calcedonia, decía que Cristo no había tenido alma y que Dios, para unir al Verbo de Dios con el cuerpo de Cristo le quitó el alma y la sustituyó.
Esas son las dos maneras como negaban la humanidad de Cristo. Yo les dije en la primera clase que la razón humana no quiere aceptar cosas que no entiende, que le repugnan a su entendimiento, a su razonamiento.
Solamente la fe puede superar, vencer esa repulsión. Y en los primeros siglos que se hicieron cristianos a montones, sin mayor formación, cayeron fácilmente en la herejía, suprimiendo uno de los dos términos de la naturaleza de Cristo: o la divina o la humana y con esto suprimían el misterio. Porque que lo infinito se haya unido a lo finito esto ya es difícil de creer, aunque no es contradictorio. Pero decir en abstracto que lo infinito se hizo lo finito, no puede ser, es contradictorio. Lo infinito y lo finito son contradictorios entre sí. Los cristianos dicen que Dios se hizo hombre y eso no quiere decir que lo infinito se haya reducido a un hombre, se haya achicado, por decir así, sino que la Divinidad, sin ningún perjuicio ni menoscabo asumió a un hombre, a Jesús de Nazareth y la unió a la Divinidad, porque Dios puede todo; para Dios no hay nada imposible y eso no es imposible.
De manera que los "doquetas" se llamaron también "fantasistas" porque decían que el cuerpo de Cristo era fantástico o fantasmal. Los "apolinaristas" que siguieron a Apolinar, no se redujeron a la obediencia de la Iglesia, aunque éste sí se retractó. Aquellos siguieron diciendo que Cristo no tenía alma.
Apolinar el joven, escribió varios libros que se han perdido y juntó muchos prosélitos. Fue condenada su doctrina en el Concilio de Calcedonia (año 451) y en otros muchos concilios y él, repito, se sometió. La negación del alma de Cristo era muy tentadora porque resuelve enseguida la dificultad de la unión. No era un hombre, era un cuerpo humano. La dificultad mayor viene ahora y esta dificultad ha ocupado a los teólogos hasta nuestros días.
Los que negaron el cuerpo de Cristo se pueden dividir en tres herejías: los gnósticos, los doquetas y los maniqueos, que algunos estiman que son una misma, pero en rigor no lo son.
Los gnósticos tienen una cantidad de herejías bajo un solo nombre provenientes del paganismo, algunas de las cuales negaban la realidad del cuerpo de Cristo. Los "doquetas" negaban la humanidad y los "maniqueos" daban las razones por las cuales consideraban que había que negar esa humanidad. Fueron la causa, la raíz de esta negación y la causa era que creían que el cuerpo humano era malo. Por lo tanto Cristo no podía tener cuerpo humano.
La maniquea es una herejía sumamente curiosa que pone dos principios creadores de todo; uno bueno y otro malo. Viene de la Persia, donde creían en el dios del mal y el dios del bien. Un persa, Manes, hijo de reyes, entró en el cristianismo e introdujo esa idea del doble principio. Ellos constataban el mal en la tierra y no podían aceptar que ese mal viniera de Dios.
Ello resuelve el problema del mal en el mundo; aceptamos el mal pero no se lo atribuimos a Dios. Esta es la dificultad que pretenden superar. Piensan, pues, los maniqueos, que toda la parte visible del universo la creó el diablo y toda la parte invisible, o sea las almas, las creó Dios (y también los ángeles). Por eso en el Credo de Nicea, para combatirlo, se pone al referirse a Dios: "creador de todo lo visible e invisible".
Los doquetas tienen muchas variaciones, muchas escuelas diferentes, porque seguían el capricho de su imaginación, de manera que Basílides decía que Cristo no padeció; que el que fue azotado, coronado de espinas, crucificado fue Simón Cireneo con el aspecto de Cristo. Así como los patripasianos decían que el que sufrió y murió en la cruz fue el Padre Celestial, con el aspecto de Cristo.
La maniquea es una herejía singular porque ha llegado hasta nuestros días, como dando saltos en la Historia de la Iglesia. Primero, los maniqueos pelearon mucho tiempo, a –
los cuales perteneció San Agustín, quien después de convertido escribió nada menos que siete obras dedicadas a refutar a los maniqueos.
La más importante es "Contra Pautam maniqueum", que fue jefe en Roma cuando él era joven; un hombre de grandísima elocuencia que había propagado el maniqueísmo en Roma. Después saltamos a los albigenses en la Edad Media, que fueron exterminados por el Rey de Francia. Eran maniqueos también. Eran biprincipiantes. Y después esta herejía (la maniquea) saltó al calvinismo.
Calvino fue maniqueo de una manera especial. No dijo que existiera un dios del mal, pero puso el mal en la esencia del Dios cristiano, de manera que en el fondo incurría en el maniqueísmo porque dijo que Dios crea a algunos hombres con el fin de que se condenen y a otros con el fin de que se salven. Llaman a esto "la predestinación".
Y los que deben condenarse no tienen nada que hacer, es decir, pueden hacer lo que quieran, que de todos modos se condenarán. Están condenados antes de ser creados, de tal manera que esto es poner el mal en Dios. Esa doctrina es tremenda. Fue la que adoptaron los puritanos, los cuáqueros.
Una expedición de puritanos fue a Norteamérica y todavía hay muchos puritanos en Norteamérica, quizás más que en Inglaterra. Ahora bien esta herejía después saltó a los jansenistas. Y de éstos saltó a muchos escritores modernos, que los llaman pesimistas.
Creen más en el poder del diablo que en el poder de Dios. Hay un maniqueísmo más atenuado que el persa (que decía que hay un dios bueno que crea las cosas buenas y un dios malo que crea las malas) que dice que el mal es sustancial en la Creación. Hay otros más atenuados aún, que podrían llamarse semimaniqueístas, que simplemente dan demasiado valor a las cosas del mal en el mundo. De éstos hay una cantidad enorme, por ejemplo, muchísimos escritores ingleses.
Para los puritanos
�� la materia es mala,
�� el cuerpo del hombre es malo,
�� el matrimonio es malo,
�� el vino es malo,
�� las diversiones son malas,
�� la alegría es mala,
�� la belleza es mala,
�� las bellas artes son malas,
�� la autoridad y el estado es malo.
�� Incluso el viento es malo,
�� el lenguaje humano es malo, pero como es una especie de aliento del alma en parte es bueno y en parte es malo.
Los dos grandes apologistas ingleses, Chesterton y Belloc, se pasaron la vida combatiendo la idea pesimista.
En Inglaterra hay tres grandes novelistas pesimistas: Thomas Hardy, Galworsty y Beresford que fue un novelista estupendo. Es al mismo tiempo que maniqueo o pesimista, modernista —que es otra herejía moderna—. En Francia se han anotado como semimaniqueos tres novelistas católicos; Bemanós, Mauriac y Julien Green.
Bernanós es sumamente pesimista en una obra maravillosa que se llama "Bajo el sol de Satanás". Pero después, en el curso de la vida, se fue moderando en sus ideas pesimistas. Su última obra "Diario de un cura de campaña" es equilibrada o por lo menos no es pesi
mista exagerada.
Hillaire Belloc y San Pío X
Cuando empezó a novelar tenía una idea tétrica de la Creación. En Alemania debe haber muchos; yo no conozco la literatura alemana.
Schopenhauer y Niestche parecen maniqueos, tienen una idea de la sustancialidad del mal, pero no son cristianos; los dos son ateos.
Schopenhauer Nietzsche Heidegger Martin
Hay un dibujante, Huekeí, que hizo una novela en historietas, en que muestra la vida de una mujer que ya estaba condenada de antemano. Era un calvinista. Va cayendo ella de desastre en desastre, hasta una muerte miserable, hasta el suicidio.
Julien Green es un pesimista al máximo. Yanqui o Irlandés, educado en Francia, su especialidad son los problemas teológicos en ambientes sombríos. En su novela "Moira" (esta es la mejor de sus novelas, según dicen) el tema está dado en una frase de Green: "la religión en estado salvaje". El protagonista de la novela tiene la religión en ese estado. El héroe es un estudiante yanqui, que no tiene una religiosidad primitiva sino una religiosidad alocada y destornillada. En la novela da el retrato de una universidad yanqui de provincia; esquemático, pero verdadero. Dibuja con precisión sus tres o cuatro caracteres y da el clima; da también la sensación de "lo maligno impalpable". Escribió un panfleto en contra de los católicos de Francia.
Esta ha sido la posición de los que sostienen que Cristo no fue verdadero hombre. En la Escritura hay una gran cantidad de textos que hablan de la carne de Cristo o simplemente del hombre de Cristo. Todos los Evangelios prueban esa tesis porque los Evangelios son la historia de un hombre.
Son crónicas de un hombre no ficticio o aparente, sino de un hombre como todos, que nació como un hombre, vivió como un hombre, tuvo todas las etapas de un hombre: infancia, adolescencia, vida pública, predicación, tuvo dolor, alegría, se enojó, se entusiasmó.
Todas las cosas del hombre las mostró Cristo en su vida. No vale la pena que lea un montón de textos cuando todos los Evangelios muestran este aspecto. Desde que comenzó la Iglesia ha sido tenido por hombre. El otro día les leí una de las cartas de San Ignacio de Antioquía, en las que se ve el entusiasmo casi delirante que tenía por Jesucristo y todos los santos han tenido un amor a Jesucristo hombre. Como Dios lo adoran, pero como hombre le tienen un amor enorme.
Conocemos ya dos textos en los cuales Cristo está afirmado como hombre. Cuando los Evangelios dicen que el Verbo se hizo carne. De esto, los "apolinaristas" dicen que se hizo carne, pero no dicen que haya tenido alma. San Pablo dice: "A semejanza de la carne de pecado se hizo y fue reconocido hombre". De manera que la conducta de, Cristo hacía ver que era un hombre. Cuando San Pablo dice que tomó "carne de pecado" no quiere decir qué Cristo haya cometido pecados.
El dijo: ¿"Quién de ustedes podrá en Mí mostrar algún pecado?".
Otra cosa, aparte del pecado: que Cristo no tuvo como hombre, es la enfermedad. El no se enfermó, a no ser las quince horas de su Pasión; pero allí no se enfermó; lo enfermaron, lo deshicieron. Parece que no se rió nunca. Los Evangelio no lo dicen. Seguramente se sonrió muchas veces; hay muchas frases del Evangelio que requieren una sonrisa.
Cuando el joven rico se le presentó y el dijo: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para salvarme?" y El le contesto —"¿Por qué me llamas bueno? No más bueno que Dios"
Ahí parece que Cristo negó que fuera Dios, pero lo que quiso decir fue: "Si crees que Yo soy un hombre no me debes llamar bueno, porque los hombres no son buenos. Sólo Dios es bueno. De esa manera enigmática le dijo que El era Dios. Entonces Cristo le dijo que cumpliera los mandamientos y se los puso a enumerar salteados, como le iban saliendo.
Y el chico dijo: "Todo eso lo he cumplido desde mi niñez". Entonces Cristo lo miró con amor, dice la Vulgatalatina, pero el texto griego pone "Cristo le sonrió". Esta es la única vez que dice el Evangelio que Cristo sonrió. Y El añadió que si quería ser perfecto debía ir y vender todo y darlo a los pobres y así tendría un tesoro en el cielo. El joven no quiso porque tenía muchas posesiones, dice el Evangelista. Entonces Cristo se entristeció. Allí les dijo a los Apóstoles: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre en el Reino de los Cielos".
San Pedro dijo en seguida: "Entonces nadie se puede salvar". Pero nada hay imposible para Dios. Este es el episodio de la sonrisa de Cristo.
La principal objeción contra la idea de que Cristo fue humano es el problema del mal, como he dicho. Los maniqueos y todos los que de ellos derivaron hasta hoy día. Santo Tomás resolvió el problema. San Agustín ya había dado la solución en una fórmula un poco obscura. Dijo: "Si Dios no fuera tan poderoso y tan bueno qué puede convertir el mal en bien, no lo hubiera dejado existir": Santo Tomás, con mucho trabajo, dio la solución completa a la teoría del mal, que es muy larga, pero voy a decir tres conceptos principales.
Estaba comiendo en la mesa del Rey de Francia (San Luis de Francia); estaba muy pensativo en la mesa; hasta que de pronto dio un puñetazo y dijo: "esto es decisivo contra los maniqueos".
Las proposiciones de Sto. Tomás son las siguientes:
1. el mal no es una sustancia, sino una privación. Es la privación de algo debido en alguna cosa. Por ejemplo un ciego no tiene una cosa que debe tener, que es la vista. Una piedra, por ejemplo, no tiene una privación sino una negación de la vista. Hay tres cosas diferentes que son: la sustancia, la privación y la negación.
2. La segunda proposición es: por lo tanto, el mal no tiene causa eficiente, sino causa deficiente. Es decir, que si Dios no causa el mal ¿quién lo causa? Lo causa la deficiencia de los ángeles y de los hombres. Igualmente el pecado es deficiencia del recto orden de la Creación. El desencaminamiento recto de las acciones es el pecado. El mal no lo puede causar Dios. Ha permitido que el hombre fuera libre. Y así vino el pecado de los ángeles que desviaron el camino para el cual habían sido creados y se desviaron de la razón misma y quisieron ser lo que nunca podían ser. Así cayeron. De manera que no tiene causa el mal; es una deficiencia en una acción de una criatura. También es una deficiencia en las cosas, como la enfermedad, que es una deficiencia de la salud.
3. El mal está en el ser como en un sujeto. El mal no puede existir solo; debe existir algo que lo soporte, que lo sostenga. Es decir que el mal está siempre en alguna naturaleza o en alguna sustancia, inerte o viviente. Esa es la solución del problema del mal de Sto. Tomás, de manera que no se puede achacarle a Dios el origen del mal.
CRISTO ES UNA PERSONA
La tesis de hoy es difícil porque dice: Cristo es una persona. Trataré de hacerlo lo más fácil posible, pero insisto en que es una cuestión dificilísima de enseñar y de aprender. Mi profesor de Teología no me la enseñó; dijo que era una tesis difícil y que no era práctica. En realidad es una tesis sutil y más filosófica que teológica. Toda la teología es especulativa, no es práctica. No da nada, ni siquiera la fe. Hay que tener ya fe. Da una razón filosófica o una razón científica que se aplican a los dogmas de la fe en que ya se cree. ¿Para qué se hace teología? En primer lugar para defender la fe propia de los herejes y eso ha pasado en toda la historia de la teología, en que se ha discutido con herejes. Otra puede ser para robustecer e ilustrar la fe que se tiene y encaminar al hombre a la contemplación de Dios. Porque por el entendimiento el hombre puede llegar a la contemplación divina.
Establecimos que Cristo era Dios. Es contra los que lo negaban casi desde el principio, por ejemplo Arrio y Nestorio.
Arrio afirmó descaradamente, por así decir, aceptando que era una criatura excelente, la primera y mejor criatura de Dios. El segundo dijo que en Jesús había dos personas; más cautelosamente dijo que la Virgen Maríano era Madre de Dios sino de Jesús, lo cual era separar dos naturalezas: la de Dios y la de Jesús. El Concilio de Efeso que condenó a Nestorio, declaró que la Sma. Virgen era "Teótokos", que significa Madre de Dios, como en el latín "Deípara". Por otro lado vinieron los que negaron la naturaleza humana de Cristo que, como dijimos, son los "doquetas", que son muchísimas variedades de herejías que coinciden en que el Cuerpo de Cristo era ficticio, solamente una apariencia, no era un cuerpo real.
Esta tesis también fue condenada en muchísimos concilios y por fin no hubo ningún escritor eclesiástico que negara que Cristo fuera Dios y también era hombre. La discusión terrible que se armó entonces y dura aún ahora, era de cómo dos naturalezas completas hayan formado una sola sustancia, una sola persona: tendrían que ser dos personas.
Dos naturalezas completas son dos personas. Y entonces empezaron los Santos Padres a discurrir cómo fue posible eso, porque si es posible Dios lo puede hacer, pero si es imposible ni Dios lo puede hacer. De modo que al principio, Apolinar el Joven dijo tajantemente que Cristo no tenía alma, que su alma estaba suplida con la divinidad, con el Verbo. De manera que Cristo no tenía alma para éstos y así se disolvía una dificultad pero traían una dificultad peor aún, porque entonces el Verbo de Dios se habría unido a un cadáver, que eso es un cuerpo sin alma, o una marioneta que la hacía marchar él pero que no tenía animación alguna.
De manera que Apolinar no superó la dificultad y fue a parar a lo mismo que combatía que era a los "doquetas", pues decir que el cuerpo de Cristo era aparente y decir que era un cadáver es casi lo mismo.
La dificultad es tratada todo el tiempo hasta la Edad Media, en la que aparecen tres soluciones al problema, que Sto Tomás comentó y tomó una de ellas como verdadera y la expuso.
Veamos cuál fué: para que las dos naturalezas de Cristo puedan formar una sola subsistencia, como decían entonces, es decir una sola persona, es necesario que una de las dos pierda algo, o las dos, en virtud de un principio que les parecería inconcuso y que es un principio evidente: que dos cosas completas no pueden dar otra completa uniéndose. El Verbo de Dios no puede perder nada; entonces la naturaleza de Cristo tiene que haber perdido algo. ¿Y qué es lo que se le quita a la naturaleza de Cristo para que pueda unirse al Verbo de Dios?
Porque la Iglesia siempre definió que la naturaleza de Cristo era completa, no había sido mutilada como había pensado Apolinar.
Efectivamente, Uds. buscan ejemplos de que dos naturalezas completas formen otra y no lo encuentran; se pueden superponer pero no se funden, p. ej.: el antimonio y el plomo se funden y forman un material utilizado en tipos de imprenta. ¿No rompen ese axioma? No.
Lo que pasa es que el antimonio se pierde y el plomo se hace más duro, lo mismo que el cobre y el estaño que usan para las monedas: un metal mejora las condiciones del otro. Y un vaso de agua y vino no son dos sustancias que hacen una. No.
Las dos se quedan tan tranquilas, el agua coloreada y el vino aguado, pero no le ocurre ninguna perturbación a ninguna de las dos sustancias. Y el oxígeno y el hidrógeno que se unen para hacer agua, se convierten en agua. El agua no tiene ninguna de las cualidades que tenían los gases por sí solos, tiene otras cualidades diferentes. De manera que no es la unión de dos sustancias en una sino que es la desaparición de dos "formas", como decían antiguamente, y el surgimiento de otra forma.
Cristo mismo, cuando habla, habla como una sola persona que es hombreDios. Hay muchísimos textos en la Escritura. Por ejemplo, cuando Cristo dice: Antes que Abrahan fuese. Yo soy". Acá habla como Dios y dice "Yo" y el Cristo que hablaba era la persona visible que todos tenían delante de sí. "Salí del Padre y vine al mundo" y el que hablaba era Jesús.
Están llenos los Evangelios de locuciones de Cristo como una sola persona con dos naturalezas. A veces afirma una cosa propia de la naturaleza humana y a veces una cosa propia de la divinidad, pero siempre como una persona. Incluso alguna vez dice cosas del alma, se admira de las cosas. La admiración no es propia de Dios ni tampoco es propia del ser sensible del hombre. Es del alma.
De manera que cuando El se admiró, dice una cosa que pertenece al alma de Cristo, que no puede pertenecer ni a Dios ni a la naturaleza sensible, "Clarifícame, Padre, con la claridad que Yo tuve en Ti antes que existiese el mundo". Son todas afirmaciones de Jesús hombre, que suponen la divinidad y suponen una sola persona.
¿Qué se le quitó a la divinidad de Cristo para que pudiera unirse sustancialmente a Dios hijo?. La unión que se llama "unión hipostática" (hipóstasis significa sustancia en griego) que inventó San Atanasio contra los arríanos, a los cuales acabó por derrotar después de unos ochenta años de lucha, los que nunca declinaron y que se unieron contra él a los hijos del Emperador.
San Atanasio fue perseguido y condenado a muerte; tuvo que vagar por todo el imperio hasta que llegó a convocar al Concilio de Nicea y en él fue condenado Arrio y él inventó la fórmula de la "unión hipostática", que los latinos tradujeron en unión sustancial o consustancial.
¿Qué falta en la unidad de Cristo para que pueda unirse a Dios?
Sto.Tomás dio la solución justa. No hay otra posible: al hombre Jesús le falta el ser humano que es suplido por el ser divino. O sea: tiene esencia humana y existencia divina. Esta es la respuesta.
La esencia de Cristo no ha sido tocada para nada, de manera que Cristo está completo como hombre, animado por la existencia divina y no tiene la existencia humana que hubiera debido tener si el Verbo no se hubiera unido a El en el mismo momento de su concepción.
Desde el mismo momento que existió Cristo, el Verbo fue su existencia. Esto supone una tesis importante, sutil y bastante difícil. La esencia y la existencia se distinguen entre sí.
Según la doctrina tomista no son aquellas la misma cosa. Eso lo encontró ya Sto. Tomás en la Edad Media en el Maestro de las Sentencias y después él lo perfeccionó y hasta escribió un libro sobre la distinción real entre esencia y existencia.
Pero, así como encontró dos sentencias falsas en el Padre Lombardo, el Maestro de las Sentencias, así esas dos sentencias falsas son admitidas hasta nuestros días, porque hoy existen aún las escuelas suarezianas, el cual negó la distinción real de la esencia y la existencia. Dijo que son la misma cosa. Se distinguen solamente en la mente,se distinguen con distinción virtual, dijo Suárez.
Scoto dijo lo mismo y hay escuelas escotistas hoy en día. Los franciscanos son escotistas y los jesuitas son suarezianos o suaristas.
Esas dos sentencias existieron al tiempo en que se escribió el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo.
Al principio del siglo XII o fines del XI, un italiano llamado Pedro Lombardo, hizo una especie de recopilación de todas las sentencias de los Santos Padres que pudo encontrar sobre todos los dogmas de la fe. No hizo ninguna selección, ni crítica, ni refutación, ni nada. Hizo solamente una especie de gran catálogo de sentencias de los Santos Padres. Eso servía de texto de Teología en la Edad Media. Los doctores tomaban las sentencias del libro de Lombardo y las comentaban suprimiendo las que creían falsas y las contradictorias, porque también había contradictorias. De esa manera se escribieron "centenares de comentarios" al Pedro Lombardo, dice Tonnard. Yo creo que exagera cuando habla de "centenares", pero muchísimos debieron ser.
Los profesores de Teología comentaban como les parecía esas sentencias. Los últimos que escribieron fueron San Buenaventura y Sto. Tomás de Aquino.
Este último escribió el comentario más famoso que hay al Libro de las Sentencias.
Fue escrito en plena juventud porque a los 22 o 23 años fue doctor en Teología por París y empezó a enseñar teología. Inmediatamente comenzó a escribir luego la Summa Teológica porque no le parecía bueno aquel método de enseñar. La escribió como texto para los muchachos que estudiaban teología, no muy muchachos algunos, pero para los estudiantes en fin, pero hoy ni para los maestros de teología les es obvia y les da un gran trabajo para entenderlo y a veces no lo entienden. La tercera parte de la Summa quedó incompleta. Fue terminada por un alumno suyo, tomando justamente textos del Comentario a las Sentencias.
Sto. Tomás se cansó un poco de esa vida, como le dijo a Fray Reginaldo, su compañero, que lo instaba para que concluyera la Summa.
El había escrito la Summa contra Gentes a instancias de Raymundo Lulio, que quería ir a evangelizar a los musulmanes y judíos de España y sabía mucha teología —hubo grandes filósofos mahometanos en España—; entonces pidió que se le escribiese la Summa para evangelizarlos. Lulio terminó por no ir al África, como pensaba.
Escribió la Summa contra Gentiles rápidamente (mucho antes que la Summa Teológica) y cuando San Reginaldo lo apuraba para que la terminara, le respondió: "Reginaldo, todo lo que he escrito me parece paja". Al estar demasiado cerca de Dios ya no le interesaban las cosas de este mundo.
Vamos a ver la cuestión y la respuesta de Sto. Tomas a nuestro problema: Al hombre Jesús le falta el ser humano que es suplido por el ser divino. O sea que es de esencia humana pero de existencia divina.
Toda cosa consta de esencia y existencia. Esa es la respuesta. De manera que esta respuesta supone una de las tesis centrales de la metafísica de Sto. Tomas, que sostiene que
todas las cosas constan de esencia y existencia. Lo cual se puede probar pero es muy difícil, muy sutil. Pero la prueba directa y fácil es que han existido separadas, pueden existir separadas.
Por ejemplo: la esencia es el conjunto de rasgos o notas —como dicen los filósofos— que integran una sustancia. Por ejemplo una persona. Yo no existía siempre y ya existía como posible, con una cantidad de notas que se constituirían en mi cuando Dios me hiciera. Pero podría haberme dejado Dios como posible siempre y no haberme criado. Pero la esencia, que debe ser como el plan, ya existía en la mente de Dios. La mente de Dios está llena de posibles; muchos se transformarán en reales y muchos no se transformarán jamás. No tendrán nunca existencia, tendrán solamente esencia.
Y la esencia no es más que el esquema, el plano, dibujo, proyecto de todas las cosas, que aunque no existan tienen ya algo.
¿Por que son algo los posibles? Porque se diferencian de los imposibles. Algo tiene que ser lo que se diferencia de lo imposible.
Si es posible, es algo. Es algo en el mundo ideal, pues no es aún algo en el mundo real.
Pueden no llegar nunca al mundo real sea por la causa primera que es Dios, sea por la causa segunda que son los hombres. P. ej.: tenemos el plano de una casa. Eso es algo. En el plano ideal, el plano de la casa es algo. Diferente va a ser la casa. La esencia es aquello por lo cual una cosa va a ser diferente a las otras.
Una cosa es esto o lo otro, es una cosa determinada que no se confunda con las otras. Vienen los albañiles con sus herramientas y con la argamasa y levantan la casa. Esa es la existencia de la casa. Hasta entonces era un posible, una esencia, y la han convertido en realidad. Son causas creadas, causas parciales. Así creó Dios las cosas, dando existencia a una cantidad de posibles y dejando que otros posibles no sean nunca existencia.
Esa es la teoría de la distinción real entre la esencia y la existencia, según Sto. Tomás. La prueba está en que pueden existir separadas. Puede existir la esencia y existe realmente, por lo menos en el conocimiento de Dios y no todo lo posible existe, sino que hay una cantidad mínima de posibles que están pasados a la existencia, que han sido creados.
Hay una cantidad inmensa, infinita o casi infinita de cosas que están en la mente de Dios como posibles imitaciones de la esencia divina. Se llaman los posibles. Los posibles son imitaciones posibles de la esencia divina. Pueden ser realizados. Si no se realizan quedan en el plano ideal, en el conocimiento de Dios. Por ejemplo; las personas de la mitología griega: las ninfas, los centauros, los faunos, los sátiros. Los griegos creían que existían. Para nosotros no existen, son posibles.
Ahora, ¿qué es lo que contesta Sto. Tomás en el Libro de las Sentencias de Pedro Lombardo?
Encontró esta pregunta con tres respuestas. Lo que prueba que durante todo el tiempo de la primitiva Iglesia, desde Apolinar hasta Pedro Lombardo, toda la Edad Media había estado discutiendo eso. El sabía ya tres soluciones.
1. Una solución era: ¿qué falta en Cristo para que pueda unirse al Verbo de Dios? Falta la personalidad, decían unos, lo cual es una cosa negativa. La personalidad consiste en que un ser viviente sea independiente, no unido a otro. Esa era una posibilidad, una cosa negativa: el no estar unido a otro. Esta opinión pondría dos personas en Cristo (Escoto). La segunda es la que tomó Sto. Tomás. Falta la existencia humana.
2. La tercera era falsa también según Sto. Tomás. Hay una cosa que se llama el modo sustancial que ha sido quitado en Cristo y ha sido sustituido por otro modo sustancial. Se le quitó el modo sustancial de la subsistencia propia y vino el modo sustancial de la Unión. Ahora bien, eso del modo sustancial, Francisco Suárez lo puso de moda y es una de las piezas principales de su sistema, con la cual él arregla una cantidad enorme de problemas y dificultades. El modo sustancial no existe. ¿Por qué es contradictorio un modo sustancial? Modo es accidente y sustancial es sustancia. Son dos cosas que no tienen medio ni se pueden mezclar.
Porque o se es sustancia y en ese caso se es en si o se es accidente y es ser en otro. Y entre ser en sí y ser en otro no hay medio.
De manera que la tesis de Suárez, que la tomó de un desconocido filósofo de la Edad Media, en una cosa imposible. Y Sto. Tomás se contenta con decir "no puede haber medio entre sustancia y accidente". El accidente está radicado en una sustancia, vive en otro, existe en otro. La sustancia existe en sí misma. Son dos cosas contradictorias. El Cardenal Billot, discípulo de Sto Tomás, gasta sin embargo medio libro en tratar de refutar la tesis de Suárez.
Entonces Sto. Tomás sacó su respuesta de que Jesucristo tiene esencia humana y no existencia humana.
La existencia de Cristo es divina. De manera que son dos naturalezas, humana y divina, con una sola persona. Subsiste una sola persona. Y esa persona es divina.
La tercera opinión es que la unión se hace por un "modo sustancial". Opinión que comienza en Cayetano y tiene muchos seguidores hasta Suárez. Comienza después de haber estado depositada, digamos así, en el Libro de las Sentencias del Pedro Lombardo.
El accidente está radicado en una sustancia. Por ejemplo, la blancura de una cara subsiste en una cara. El accidente, la blancura, subsiste en una sustancia, la cara. El accidente no puede existir en sí mismo.
La solución segunda supone una tesis de Sto. Tomás y Aristóteles que es la distinción real de la esencia y la existencia. Aristóteles tiene ya esa tesis. En todas las criaturas hay distinción entre la esencia y la existencia. Incluso en los ángeles que no tienen materia. En Dios no la hay. Existe solamente el ser o la existencia, infinita, sin ninguna circunscripción o límite, sin apretura, digamos, porque lo que limita al ser es la esencia.
Ese plano que limita a la existencia es la esencia y en Dios no hay limitación alguna.
No hay géneros, no hay diferencias específicas, no hay especies. De manera que todo es puro ser. Y esa es la distinción única que se puede encontrar entre el ser de Dios y el ser de las criaturas. Los filósofos alemanes perdieron esa distinción por obra de Suárez.
Suárez es un filósofo español, de la época de Carlos V, y su filosofía se convirtió en la filosofía del Imperio. De manera que toda Italia, Alemania y por supuesto España, se volvieron suaristas. Aplicaron la filosofía y la teología de Suárez. Ahora bien, dijeron en aquel tiempo y también ahora, que Suárez es un comentador de Sto. Tomás, que es el mayor de sus comentadores. Esto es falso. Es un cismático de Sto. Tomás. Se apartó de Sto. Tomás y fundó una filosofía nueva. Toma algunas tesis de Sto. Tomás y las mezcla con otras de Ockam y Escoto.
Hizo una mezcolanza y fue un ecléctico, como dicen ahora. Un ecléctico significa un mezclador. P. ej.: Víctor Cousin hizo una filosofía ecléctica. Tomó un poco de Hegel, de Kant, (ver nota de Kant al final del artículo) de los escolásticos y resultó una filosofía que no se sostiene en pie.
Todas las grandes filosofías parten de una intuición del ser que ha tenido un filósofo y que después la ha planteado y explicitado en un sistema coherente que puede ser mas o menos bueno, que pude ser mas o menos obvio, pero no es una mezcla de varios sistemas.
La filosofía alemana heredó de Suárez la negación de la escisión que hay entre esencia y existencia.
La filosofía de Suárez se expandió por todas partes, Dominó, como dije, donde dominaba Carlos V. Quizá por orgullo nacional impusieron en todas partes la filosofía española y llegó hasta Descartes lo que se llama escolástica decadente.
Da el paso a Leibnitz y de este a los grandes idealistas alemanes que por eso cayeron en el panteísmo. Por no tener un criterio bastante seguro para diferenciar al hombre de Dios, salieron con el cuento bastante ridículo de que todo es Dios. Dios es todo. Es una de las cosas más barrocas o grotescas que se pueden pensar. Es imposible de defender de ninguna manera. Y por eso cayeron en tantos disparates los idealistas alemanes. Ver nota de Kant al final del artículo
Disimuladamente al menos, son panteístas.
Kant dice que no había intuición intelectual en el hombre. Que el conocimiento del hombre partía de los sentidos y se encausaba en una especie de moldes que son las categorías del entendimiento. El entendimiento encausaba esa masa de conocimientos directos, inmediatos; estos son los sentidos, porque nuestros sentidos conocen inmediatamente las cosas sensibles, materiales. Se encausaban en el entendimiento del hombre y salían las ideas abstractas y todo lo que sabe el hombre, en el fondo, no son más que fenómenos. Las cosas verdaderamente no las sabe. Kant decía que las cosas reales no las conocemos.
Conocemos solamente las cosas sensibles a las cuales imponemos una especie de molde y creemos conocerlas. Además, son solamente verdaderas las matemáticas y la física. Esas sí, porque dependen de los fenómenos.
Kant negó que hubiera una intuición intelectual. Si el hombre conoce con su entendimiento directamente alguna cosa, entonces puede conocer por abstracción todas las otras cosas como creemos nosotros. Pero si no, no. Los tres que siguieron a Kant dijeron: Sí, hay una intuición intelectual en el hombre. Fichte decía que existía la intuición del yo, Schelling dijo que existía la intuición del mundo exterior y Hegel dijo que existía la intuición del devenir.
Eso por no tener la distinción infalible entre el Criador y las criaturas. Que es que las criaturas están compuestas de esencia y existencia y el Creador es solo existencia. Solemos decir que la esencia de Dios es el ser. Pero es una manera de decir. Es lo mismo que decir que no tiene esencia limitada, que es puro ser.
Hoy subsiste la filosofía suarista en Alemania, Italia y España, pero en forma pobre y perdiendo terreno ante el tomismo. El suarismo inició la decadencia de la escolástica y derivó en Descartes, luego en Leibnitz y en toda la filosofía alemana. En Alemania hay muchos tomistas y grandes algunos. Pero esto ya es otra historia.
La distinción real entre la esencia y la existencia, repito, es una de las bases de la metafísica de Sto Tomás. Es muy sutil pero se puede probar. Negada, surge otra metafísica que ya no es tomista. La esencia y la existencia de hecho existen separadas o existieron; en nosotros, por ejemplo.
Contra esto Bergson sostiene que los posibles, antes de existir, son nada. Abstraemos de las cosas que existen un concepto que llamamos posible o esencia, que de si es nada, salvo en nuestra mente. Es la única manera posible de escaparse de la tesis de Sto. Tomás. Pero lo que nuestra mente abstrae de las cosas es realidad en las cosas, porque no podemos extraer de la nada un concepto. No podríamos sacar ninguna abstracción si fueran pura nada los posibles. Pero si puede ser pensada no es pura nada, es algo. De manera tal que se distinguen de los imposibles.
Algo tienen que ser si hay cosas posibles y cosas imposibles. Brunner (suarista) dice: "Es claro que no hay existencia sin esencia. Lo que es, es esto y no un otro. Lo mismo, no hay esencia real sin existencia. Antes de ser una cosa existe en el sujeto que la piensa y en él tiene una existencia pensada... "Pero si puede ser pensada no es pura nada, es algo. Suárez dice que hay una distinción virtual en las cosas, que no existe en las cosas sino solamente en nuestra mente.
Si uno quisiera seguir la discusión de Escotisas y Suaristas contra Sto. Tomás ("tomistas viejos", dicen ellos) debía parar en eso, si no toda la vida, el mejor año de su vida. Porque han escrito tantos libros discutiendo... El mismo Billiot es pesadísimo. Tiene un enorme volumen llamado "De Verbo Incarnato", donde la mayor parte está destinado a probar que es distinta la esencia de la existencia. De manera que la solución es buena. Pero por suerte un francés muy inteligente, Gilson, las ha leído y nos ha dado el resumen en su "L'etre et l'essence".
Y ahora, para acabar, voy a contar la anécdota del estudiante jesuita y su mamá:
A un mozo francés que se había hecho jesuita, que estaba ya en lo que llamamos los "júniores" o sea los más jóvenes, lo fue a ver a su mamá y le contaba a ésta la clase que había recibido sobre la esencia y la existencia y que el no entendía bien.
Entonces le dijo a su madre: Mamá, tu siempre has tenido sentido común. ¿Son diversas en ti la esencia y la existencia o son una misma cosa? La esencia es lo que eres tú, que te diferencia de ser otra persona cualquiera y la existencia es el hecho de que estés en el mundo real, aquí, ahora y no solamente en la mente de Dios. Entonces la madre cambió de conversación y después que se acabó la visita se fué a ver al Rector y le dijo: Padre, por favor, ¡cuídemelo a mi hijo que está enfermo! ¡Uds. con esas cosas que le han enseñado lo han vuelto loco!
LA REDENCIÓN
Cristo murió por nosotros.
Cristo fundó un Reino Visible.
La Iglesia es ese Reino.
La Iglesia termina en el Paraíso.
CRISTO MURIÓ POR NOSOTROS
Hemos visto someramente el misterio de la Encarnación en tres tesis: Jesús es verdadero Dios — Jesús es verdadero hombre — Esas dos naturas se unen en una sola persona. En la Encamación surgen varios misterios, que pueden condensarse en realidad en uno solo que es el de la unión hipostática, el cual ha traído muchas dificultades. Si se suprime a Dios o se suprime al hombre, como dijeron en un principio los herejes, no hay ninguna dificultad. Pero si se admite que hay verdadero Dios y verdadero hombre, con sus naturalezas enteras que se han unido, la cosa es complicada y ha dado lugar a muchas discusiones. Más o menos lo zanjó Sto. Tomás hace mucho tiempo pero su solución más o menos ya estaba en la tradición de la Iglesia.
Hemos visto también el enjambre de opositores a esas tesis, o sea la resistencia de la razón humana ensoberbecida a cautivarse a Dios. Ahora pasamos al fin de esa Encarnación, que es la Redención, un misterio más grande si cabe. "Una religión sin misterios, no puede ser una religión verdadera", dijo Pascal.
Lo que pide la fe es que se cautive el entendimiento del hombre, es decir, que en algunos casos renuncie a él y eso le cuesta mucho a la razón humana, sobre todo cuando es soberbia. Es obvio que tiene que ser así pues si la inventa el hombre sabe poco de Dios, si la revelación se limita a lo que el hombre puede saber de Dios. Quedamos en que el hombre no puede saber nada de Dios y nos ocurriría lo que le pasó al deísmo inglés, que quería amoldarse a la consigna de Kant: "La religión dentro de los confines de la razón pura".
Así salió el deísmo que es una religión apagada, que no sabe nada, que en el fondo acaba en el ateísmo, porque un Dios que cabe en la cabeza del hombre no es Dios.
El misterio no es ni contradicción ni oscuridad: es no entender. La contradicción es absurda; el trabajo de los teólogos ha sido liberar del absurdo a los misterios de la fe. Tampoco es oscuridad solamente porque no son oscuros los términos de los misterios que creemos, son enteramente obvios o vulgares; no hay oscuridad, lo que ocurre es que no entendemos, no podemos entender. Por ejemplo, con respecto a mí, el binomio de Newton. Entiendo los términos (a + b)2 = a2 + 2 a b + b2, pero no entiendo la demostración del mismo hasta que alguien me la enseñe.
Pero en la Revelación creemos a Dios y no a otros hombres. Pero pasa como en "La Prensa" diario del 29875, donde creen o quieren creamos a un inglés Lovell que con un telescopio electrónico pudo captar la explosión que dio origen al Universo —dice él—. Una cosa pasadísima, una gran masa que explotó y dio origen nada menos que al Universo.
En la Redención podemos notar tres misterios
1° el Pecado Original por el cual se hizo —
2° la inmensidad de los dolores de la Pasión de Cristo —
3° por qué ha de seguir siendo castigado en nosotros el Pecado Original, después de haber sido redimidos y bautizados.
La respuesta a estas tres objeciones es una sola: la inmensidad del pecado que es "en alguna manera infinito", porque es una relación en uno de cuyos extremos está el hombre, en el otro la infinitud de Dios. Sto. Tomás dijo que todas las cosas que tienen algún contacto con Dios son en alguna manera infinitas. Pone como ejemplo justamente al pecado. También pone el ejemplo de la humanidad de Cristo, la persona de la Sma. Virgen, el Infierno, el Cielo. Dice que son cosas en cierta manera infinitas porque se relacionan con Dios.
Adversarios: los principales de la Redención uno por carta de más y otro por carta de
menos son: Lutero y su hijo Freud, y Pelagio y su hijo Ruso (o Roseau).
Lutero (y otros muchos) consideró la Redención como ineficaz porque el pecado corrompe de manera irremediable la natura humana, de modo que para que Dios Padre nos acepte. Cristo echa sobre nosotros como un manto sus méritos, lo mismo que Jacob se puso guantes velludos de cabrito para hacerse pasar por hermano de Esaú. El Padre Celestial nos hace entrar en el Cielo con suciedad y engañado con el capote de los propios méritos de Cristo. Estaría, según Lutero, más ciego que Isaac cuando fue engañado por Jacob.
Es curioso que esta idea de los luteranos de la perversión absoluta e irremediable de la natura humana haya rebotado en nuestros días en la Cosmovisión o "WeltAnschaung" del ateo Freud.
Para Freud nuestra natura está afectada irremediablemente por la "concupiscencia" (en sentido más restringido que San Agustín) y de eso no la redime ni Mongo. La concupiscencia, hoy día, se refiere a la lujuria, a lo sexual, pero no era así en los Santos Padres. San Agustín dijo que por el Pecado Original se soltó la concupiscencia, pero él entiende por concupiscencia a todos los deseos malos contra cualquiera de los siete pecados capitales: la soberbia, la lujuria, etc.
Para Freud, la concupiscencia es la líbido que llama él (o libido como dicen aquí). Por supuesto que Freud no dice ni Pecado original ni Redención, sino que habla de los tres estratos que hay en el hombre el Ello, el Yo y el SuperYo.
El ello o sea el inconsciente es una especie de animal fiero e inmundo cuyos atributos son: escondido, insaciable, sexual, indomable e incorregible.
En el otro extremo está la sempiterna herejía de Pelagio Angélico que niega el Pecado Original y por tanto la necesidad de la Redención: el hombre se salva o se condena por su libre albedrío. La gracia de Dios y la Pasión de Cristo que la mereció sirven pero no "ad esse" sino solo "ad bene esse" (no para ser sino para ser bien) es decir son como añadiduras muy útiles pero no necesarias, porque la gracia para Pelagio no era nada más que el espléndido don que Dios hizo a la naturaleza humana dándole el libre albedrío.
Pelagio fue un monje inglés cuando los Anglos eran la raza más recia y hermosa del mundo (non Angli sed Angueli). El Papa Gregorio I el Grande, que mandó misioneros a Inglaterra, los mandó porque le trajeron dos prisioneros ingleses jóvenes y él se quedó espantado de la belleza de los dos ingleses y entonces dijo aquella frase: "No anglos sino ángeles".
Entonces mandó a San Agustín de Cantorbery a misionar a Inglaterra. El mismo quiso ser misionero e ir a la Ultima Thule, como le decían a Inglaterra. Esto ocurrió antes de que fuera Papa.
Pelagio no era sacerdote, sino lo que llamaban entonces "asceta" o "cenobita". Una especie de monje laico o doctor laico. Era elocuentísimo, muy diserto, con gran don de gentes y muy austero; más aún, rigorista.
Fue a Roma e hizo muchos prosélitos, el principal el Obispo Juliano de Enclasum y otros 17 Obispos (no todos de golpe sino durante el curso de su predicación). La herejía que él predicaba era en el fondo nada más que naturalismo. Naturalismo que ha rebotado hasta hoy, que dice el historiador de las herejías, el Canónigo Cristiani que es la última de las herejías porque después de ella no puede haber nada más malo. Pero se equivoca porque hay todavía un paso que dar en la línea de la maldad, que lo va a dar el Anticristo. El paso es hacer adorar al hombre como si fuera Dios.
También tuvo como discípulo al Papa Zózimo y hasta al mismo San Agustín cuando –
se encontró con él en Cartago como refugiado de la gran catástrofe de los visigodos y Alarico, que saquearon a Roma.
Allí lo "engatusó" a San Agustín. Quedó muy entusiasmado con Pelagio porque su vida era enteramente correcta y edificante. Luego viajó a Efeso y se hizo ordenar sacerdote. Algunos creen que predicaba de buena fe que la gracia no era más que el espléndido don divino del libre albedrío. Pero cuando San Agustín se dio cuenta que los pelagianos predicaban en realidad la inutilidad de Cristo, reaccionó con violencia, quizá demasiada, y escribió 4 libros “De natura et gracia" el principal— e hizo condenar a Pelagio en el Concilio de Cartago, en el año 411.
Pelagio había nacido en el año 354, el mismo que su acérrimo enemigo San Agustín.
Cuando fue condenado tenía 57 años. El pelagianismo se propagó mucho y repentinamente, pero también se acabó pronto al golpe de varios concilios locales. Sin embargo dejó su huella: el semipelagianismo, al cual se adscribió el gran Padre de la Iglesia o escritor eclesiástico Casiano. Este famosísimo Abad Casiano de Marsella, autor de las "Collatíones" (en el que relataba la vida de los padres del desierto o eremitas) fue llamado la atención varias veces, pero no hacía caso. Defendió tan sólo que "el inicio de la fe parte de nosotros, lo mismo que la perseverancia final".
Los teólogos ortodoxos dicen que el comienzo de la fe es de Dios. Dios manda una moción para que tengamos la fe y la perseverancia final, es decir, perseverar toda la vida hasta la hora de la muerte es un don de Dios que hay que pedir.
Pelagio, a los 14 siglos, tuvo un hijo no parecido a su padre en hermosura y austeridad, sino feo, inmoral y demente: Juan Jacobo Ruso o Roseau, que sabía escribir en francés (es lo único bueno que tenía) y con sus obras propagó como quemazón, en la corrompida aristocracia francesa del siglo XVIII, el "naturalismo", que es pelagismo agravado y que ha llegado hasta nuestros días, cuya peor variedad es el modernismo, que en el fondo es naturalismo.
LA PRUEBA
Escogeremos a Jesús mismo, a la Carta a los Hebreos y al Sacrificio de la Misa. Se puede decir, además, que todos los Santos Padres enseñan concordantemente la tesis de la redención por Cristo.
Jesús, en la Consagración del Cáliz dijo: "Hic est calix sanguinis meí. . ."Este es el Cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna que será derramada en remisión de los pecados". Esta fórmula está compuesta con la de Lucas XXII y 1 Corintios XI y el Concilio de Trento le agregó "misterio de la fe".
Cristo indicó que Su Sangre era una especie de precio por los pecados de todos los hombres. Hay una palabra cambiada en la traducción castellana que dice "que por vosotros y por todos" y Cristo dijo: "Que por vosotros y por muchos".
No se anula con esto la validez de la fórmula, pero no es muy agradable que cambien la fórmula del Sacramento. Es decir que Cristo dijo o dio a entender que no todos se iban a aprovechar de Su Sangre para la remisión de los pecados. Pero su intención en cuanto a El tocaba era que todos se salvaran.
San Pablo, en la Epístola a los Hebreos, poco leída, escrita por un secretario en hebreo, con estilo mucho más hebraico que todas las otras por lo que es difícil de leer, con muchísimos textos de la Escritura y con una manera de escribir que no es la empleada por San Pablo en las otras cartas, que las hizo el mismo en griego. Por lo tanto, es admitido hoy día que esa carta la escribió un secretario. Recuerda a los judíos convertidos lo siguiente;
1° La Encamación o sea la Divinidad de Cristo.
2° El Sacerdocio de Cristo "según el orden de Melquisedec".
3° El Sumo Pontificado de Cristo.
4° El Sacrificio en la Cruz, Sacerdote y víctima a la vez.
5° El resultado: la Redención.
6° La necesidad de la fe.
7° La Nueva Alianza. Digamos "el Nuevo Plan de Dios".
LAS DIFICULTADES
1° — "El Pecado Original es oscuro pero suprimido él se vuelve todo lo demás oscuro" (Pascal)
¿Por qué tengo que pagar yo el delito de un lejanísimo tatarabuelísimo mío? Es injusto, se objeta, y es una dificultad realmente.
Respóndase: Dios no fue injusto con Adán pues le había puesto un precepto con la promesa del castigo si no lo cumplían. El castigo fue quitarles los dones gratuítos que les había otorgado, a saber: la Justicia Originalla Integridad Corporal y la Comunicación íntima con El.
En una palabra: "la Elevación Sobrenatural". Elevó a la naturaleza humana a un plano que no le tocaba de suyo, como un don gratuito. Ahora se nos devuelve uno de los dones: la gracia. Pero no la Integridad Corporal.Quedaron las enfermedades, quedó la muerte, quedaron los demás males. Ya veremos por qué.
La natura humana puede hallarse en 5 estadios diferentes:
1° Natural,
2° Elevada y no caída,
3° Elevada y caída,
4° Caída y no redimida y
5° Caída y redimida.
Dios podría habernos creado en estado natural. Con naturaleza elevada y no caída estuvieron nuestros primeros padres en el Paraíso no sabemos por cuánto tiempo. Elevada y caída es nuestra condición actual. Hay dos estados en los cuales el hombre nunca ha existido que son irreales: el natural y con su naturaleza caída y no redimida. Los otros tres son reales. Dios, en el mismo momento de castigar a Adán y Eva les prometió la Redención y la esperanza en esa Redención se mantuvo en el pueblo judío; la fidelidad a Dios, la fidelidad a la Leyde Moisés, toda la vida espiritual que se acabó por arruinar al final pero no del todo, cuando vino Cristo.
2° El abuelo Adán me transmite a mí a través de millones de intermediarios la natura humana tal como la tiene: averiada, porque nadie da lo que no tiene. "En él todos pecamos". No pecamos con la voluntad pero pecamos con la naturaleza. Dios hizo otro nuevo plan. Le falló el plan de salvar al hombre por medio de delicias y favores en el Paraíso; pero cuando en realidad le fallaron los hombres hizo otro plan que es salvarlos por el rigor.
Primero de todo por el rigor con Cristo. El misterio de por qué el Padre Celestial hizo sufrir tanto a Cristo es simplemente para mostrar el rigor de la justicia divina que merecíamos todos. Mostró en alguien que era hombre al mismo tiempo que Dios lo enorme e infinito que es el pecado. Lo que padeció Cristo es lo máximo que puede padecer un hombre, dicen los Santos Padres. Que no hubo nadie que haya padecido lo que padeció Cristo.
3° En el dicho teológico que el pecado de Adán dejó la natura humana "spoliata gratuitis vulnerata naturalibus", "lastimada en lo natural" se ha de entender "lastimada en el hecho de tener que existir ahora en tierra que da abrojos y espinas" como le dijo Dios a Adán y no en un Jardín de Delicias, o sea el Paraíso.
Según Billot la naturaleza nuestra actual no es diferente de lo que habría sido si Dios nos hubiera dejado en el estado natural. Que no lastimó más de lo que la naturaleza trae de consigo. Lo que pasa es que ha perdido su residencia gratuita, es decir, el Paraíso. Dice que por ejemplo el enfermarse y el morir le hubiere pasado en su estado natural como a todos los animales les pasa.
La naturaleza animal del hombre no hubiese tenido privilegio alguno sobre los puramente animales. De manera que los grandes pecados actuales del mundo aumentan las calamidades del mundo y, en segundo lugar, la residencia natural y gratuita que el hombre había recibido de Dios ya no la tiene, lo que hace que nos sea más pesado nuestro vivir.
Alguien me decía que Dios se equivocó en la creación. Que la hizo mal. Lo que pasa es que los que la echamos a perder somos nosotros porque si no hubiese pecados actuales, si Adán y Eva hubieran perseverado en la gracia, sus hijos hubieran tenido también sus dones pero no se hubiesen librado de la tentación de ofender a Dios y entonces podían pecar y condenarse, pero cada uno en particular y no a sus descendientes.
No pasó así. Adán fue echado del Paraíso, perdió sus privilegios y los que le seguimos tenemos su misma condición porque no podría ser de otra manera. Dios no puede hacer un milagro para libramos de la condición que nos dan nuestros padres que descienden de Adán y no nos pueden dar una naturaleza sana y santa. Así que Billot, en su teoría del Pecado Original, nos da esta comparación: Supongamos que hay un Rey que es destronado con toda su familia y su hijo mayor, el príncipe heredero, tiene que trabajar como obrero. No lo han lastimado en nada. Pero la vida que a los otros obreros es como si nada, en él es como una lastimadura porque no lo habían criado para eso. Eso nos pasa a nosotros que estamos hechos para el Paraíso.
La teoría de Billot fue contradecida fuertemente por Arintero y Marín Sola (dos teólogos españoles) que lo hallaron casi pelagiano.
4° No olvidemos que los males que soportamos no todos vienen del Pecado Original sino además de muchísimos pecados actuales que le han sucedido en el mundo. Simplemente el primer pecado abrió la puerta a las siete concupiscencias. Al salir del Paraíso ya Caín mata a Abel y es castigado por Dios.
5° A Dios le fracasó el primer plan que hizo para el hombre y formó un segundo plan que no le va a fracasar. En el primer plan quería salvar al hombre y llevarlo al cielo por medio de delicias. En el segundo lo lleva por el rigor. Pero antes de aplicar el rigor de la justicia al hombre se la aplicó a Sí mismo haciéndose hombre. "Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo Unigénito no para juzgar al mundo sino para salvar al mundo", dice San Juan Evangelista.
6° El segundo plan es mejor que el primero, digan lo que digan. . . "Oh feliz culpa que mereció tener tal y tan grade Redentor" como se canta en Pascua—. Allí repite dos o tres veces que el pecado de Adán ha redituado un mayor bien para nosotros. Parece que no pero así es.
7° Los que hoy se van al Infierno por su voluntad se hubieran ido lo mismo si Adán no hubiera pecado. Se hubieran ido si hubieran desobedecido a Dios como desobedeció Adán. Los teólogos piensan que en definitiva Adán y Eva se salvaron y están en el Cielo y la Iglesia oriental los venera como santos. Ni siquiera los chicos que mueren sin Bautismo se van al Infierno. Ni tampoco aquellos que no se han bautizado sino a un lugar delicioso, donde según los teólogos antiguos, el Dante por ejemplo, están todos los paganos que fueron íntegros pero que no adoraron a Dios. Como Virgilio que lo acompaña a Dante y lo lleva a una especie de limbo, donde se encuentran con todos los paganos antiguos famosos. Como Aristóteles, Platón, Séneca, que no llegaron a hacer un acto de fe sobrenatural. Lo cual está al alcance de todo hombre.
Entonces no se salvaron, no se regeneraron. Ahora, quien no ha tenido conocimiento de Cristo ¿puede haber un acto de fe sobrenatural con sus propias facultades? Sí. Esto viene a ser el Bautismo de deseo según los teólogos, por el cual irían al Cielo, pero de ésos no sé si hay muchos.
Billot tiene un libro precioso que no se ha vuelto a editar y que se llama "La Providencia de Dios y el gran número de hombres fuera del camino de la salvación". Lo publicó la revista francesa "Estudios". No lo quiso imprimir en libro por la gritería que se levantó en contra.
Allí dice que no sólo los salvajes no tienen conocimiento de Dios sino que entre la plebe de las grandes ciudades hay muchos que son como salvajes, que no han llegado a conocer a Dios y sí no han cometido pecados graves no se condenan y tiene que haber un limbo para ellos.
Billot anduvo investigando en todos los etnógrafos, lingüistas y exploradores y comprobó que existen salvajes que no tienen conocimiento alguno de Dios. Los antiguos decían que no, que todo hombre cuando llega al uso de la razón puede tener conocimiento de Dios y cometer pecados mortales. Hay muchísimos que quedan en el estado de niños. Dice él que si falla la educación, en el misino estado de esos salvajes tiene que estar muchísima gente de las grandes ciudades. El novelista Jean Luis Philipe escribió uha novela que se llama "Bubú de Montparnasse", la cual parece hecha a propósito para confirmar la teoría de Billot, en la cual aparecen varios personajes (de mala vida incluso) que no tienen la menor idea de la existencia de Dios.
Sin embargo, entran a veces a la Iglesia, se arrodillan, pero no tienen la menor idea de la existencia "justa" de Dios. Adorarán a Hitler o a Mussolini o a quien sea, pero no tienen idea alguna del Dios verdadero.
Para las dificultades segunda y tercera quedan patentes las respuestas:
Para la 2a.: Cristo padeció más que hombre alguno en el mundo (Billot) ¿Para qué? Baudelaire ha hecho un poema blasfemo sobre eso:
"Ah, Jesús, souviens tu du Jardins des Olives!
Dans ta simplicité tu priais á genoux
Celui qui dans son ciel riait au bruit des clous
Que d'ignobles bourreaux plantarent dans tes chairs vives
Y termina diciendo
Saint Pierre a renie Jésus. ..Ha bien fait.
Ah. Jesús, del Jardín Oliveto acuérdate
en tu simplicidad rezabas de rodillas
al que reía en su cielo al ruido de los clavos
que verdugos infames plantaban en tus carnes
San Pedro ha renegado a Jesús. . . ha hecho bien.
Es una de las piezas condenadas de Baudelaire que era católico pero escribió una especie de parodia de las blasfemias que los tribunales franceses le obligaron a quitar. Pero él mismo dijo que eso era una ironía de lo que dicen los impíos.
Una sola oración del HombreDios hubiera bastado para redimir al humano, porque tenía un valor infinito por la persona divina de Cristo. Pero el Padre quería que desencadenara la Justicia Divina, como si Cristo fuese Adán. A Adán lo perdonó por los méritos infinitos de la Pasión, pero a Cristo no le perdonó. Leemos en la oración del Huerto que le pidió al Padre que si era posible no lo hiciera padecer a El. Así tuvo que decir "Hágase Tu Voluntad y no la mía".
Así que la Pasión de Cristo fue por la Voluntad del Padre. Esto pertenece al segundo plan. Lo otro hubiera sido una gracia. Dios tenía que enseñamos, en cuanto es posible, el trascendente mal del pecado y el amor suyo. Sto. Tomás dice que Dios nos podría haber salvado por gracia, pero que nos salvó por justicia, que cayó sobre Cristo.
¿Por qué tenemos que llevar nosotros, ya bautizados, el peso del castigo de Adán?
Porque parecería que si el Bautismo nos vuelve a la gracia de Dios tendrían que desaparecer todas las consecuencias del Pecado Original y, sin embargo, no desaparecen. Lo mismo para aprender por las malas la cuasi infinitud del pecado. Ver por ejemplo la "Meditación sobre los Tres Pecados" de San Ignacio.
Este, al comienzo de los Ejercicios Espirituales, pone una cosa que no es meditación sino consideración —dice él— que es el último fin del hombre. El hombre ha sido creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios Nuestro Señor.
Una vez que el ejercitante se ha preparado con esa consideración que es puramente filosófica y no teológica, hace la meditación de los tres pecados para hacemos ver la importancia del pecado. Hace considerar primeramente el pecado de los ángeles, que los hizo demonios y las consecuencias de ese pecado.
Pondera mucho cómo eran seres purísimos, bellísimos y amados por Dios y por un pecado se convirtieron en horrores, en los diablos.
En segundo lugar trata del pecado de nuestros primeros padres que atrajeron sobre la humanidad una cantidad enorme de males. Un solo pecado trajo consecuencias tan malas y por esas consecuencias podemos conocer nosotros la íntima maldad del pecado, por ser desobediencia al Ser infinito.
En tercer lugar, considera el pecado de cualquier hombre en particular que con un solo pecado esté en el Infierno ahora. Esto no lo sabemos seguro, pero bien puede ser, pues entre tantos hombres que pecan bien puede ser que alguno muera después del primer pecado y esté en el Infierno. Es una cosa tremenda pensar que un hombre se haya perdido para siempre por un solo pecado mortal.
El segundo plan es mejor que el primero porque por él Dios mismo se incorporó a la Humanidad y fuimos hechos hermanos del Verbo en carne y hueso, en cuerpo y alma.
Ave, verum Corpus natum Ex Maria Virgine Vere passum, inmolatum In Cruce pro homines Cujus latus perforatum Fluxit unda et sanguine Esto nobis proegustatum Mortis in discrimine
Ave, vero cuerpo nacido
de María Santísima
Veramente deshecho y tundido
En la Cruz por los hombres
Cuyo lado perforado
Manó agua con sangre
Sé para mí pregustado
De la muerte en el discrimen
(Se atribuye a Sto. Tomás y está en el mismo metro que los dos himnos al Santísimo Sacramento de Sto, Tomás sin duda.
La rima había entrado en la poesía latina; y los versos esdrújulos que se conservan en la poesía italiana actual). En suma, el mundo cristiano ha creído esos tres increíbles:
1° que ha caído sobre él un "pecado hereditario" lo cual parece contradictorio.
2° que un ser humano que era Dios al mismo tiempo ha sufrido lo que no hay idea
3° que con todas nuestras miserias nosotros estamos mejor que Adán y Eva.
CRISTO FUNDO UN REINO VISIBLE
Hay dos tesis que son gemelas: Cristo fundó bien deliberadamente una Sociedad Visible; y esa Sociedad ha llegado hasta nosotros con el nombre de Iglesia Católica y con las notas esenciales de la fundada por Cristo.
A inicios del siglo XVI aconteció en esta sociedad una catástrofe que quiso llamarse "la Reforma" y quedó con el nombre de Protestantismo. Esta Reforma o Protesta inventó la "Iglesia Invisible", de la cual durante 1615 años nadie supo nada. Grosso modo, pueden distinguirse en ella tres matices:
�� Lutero y Calvino: ninguna sociedad
�� Restantes sectas en general: sociedad invisible
�� Anglicanos "Hight Church": reciente: una sociedad con tres ramas, por tanto bastante indeterminada: Anglocatólicos, Romancatólicos y Rusocatólicos.
Los adversarios de estas dos tesis, que comenzaron por la segunda son todas las "iglesias protestantes" en general, que ahora las llaman "denominaciones" y cuyo nombre verdadero es "sectas". ¿Cuántas son? Nadie lo sabe. Hace unos 30 años se hizo un catálogo de "Iglesias" en Yanquilandia que dio la existencia de 263 sectas de las cuales 10 con más de un millón de adictos pero divididas dentro de sí en 5, 10 y hasta 20 sectas; y después una verdadera nube de sectitas, hasta llegár a la "Iglesia de Dios vivo" que contaba 120 miembros, divididos en 6 "asambleas" que dicen ellos. Este es el resultado del "Libro Examen" que fue predicho por Bossuet en 1688, 171 años despues de la catástrofe protestante, como inevitable, en su libro "Historia de las Variaciones de las Iglesias protestantes".
Esta no fue una herejía como las otras, sino una verdadera revolución religiosa que se convirtió en poco tiempo en una verdadera catástrofe; de la cual Lutero no fue la causa sino la chispa. Por diversas causas el terreno religioso estaba cargado de pólvora, y no la única ni mucho menos fue la "corrupción" de la Iglesia Romana (o el Papismo) como pretenden ellos.
La cuestión es que se propagó como un incendio por toda Europa menos España, la cual gracias a la Santa Inquisición se salvó de las tremendas guerras de religión que asolaron el resto; de las cuales la última duró 30 años y dejó diezmadas a las Germanias, acabando en la Paz de Westfalia (1648) a más de un siglo de matanzas, que no fue paz sino un empate por cansancio. Esta guerra fue de Austria o sea el Sacro Romano Imperio Germánico contra diversas coaliciones de Príncipes Protestantes ayudados por el ciego Cardenal Richelieu.
Los resultados fueron, como dije, catastróficos: la mitad de Europa separada de la Iglesia Católica con un odio inextinguible; la formación de una cultura disidente, en donde nació el capitalismo, el liberalismo y al fin la Revolución Permanente y el Comunismo; la extinción total del catolicismo en varias naciones, Inglaterra, Escandinavia, Dinamarca y Suiza por ejemplo; la guerra intermitente de esas naciones con las católicas, la salvación parcial de Francia por medio de las armas y la violencia, y el estado actual de nuestro mundo lleno de guerras y rumores de guerras; en medio de las cuales el Papa coreado por todos nosotros gritamos: "paz, paz" y no hay paz.
LA PRUEBA
Es tan evidente que Cristo quiso fundar y fundó un "Reino" visible, que casi es superfluo probarlo: desde ser concebido en la anunciación del Ángel: "y le dará Dios el trono de David su padre, y su Reino no tendrá fin";hasta antes de morir, en que aprueba la petición del Buen Ladrón: "Acuérdate de mí cuando estés en tu Reino". La primera palabra de su prédica es la misma de su Anunciador el Bautista: "Convertíos, porque está cerca el Reino".
Convertíos, es decir, cambiad de mente.
Metanóete es el cambio de mente hacia arriba. Cambio de mente o sea la conversión; no se trata de cualquier penitencia, sino de la penitencia que consiste en cambiar la mente del estado deficiente o deteriorado en que está y entrar en un estado nuevo o mayor, más alto. Todos los Profetas que al llamarlo "Mesías" lo llamaban Rey porque eso significa "Mesías"; Daniel, que contrapone su Reino a las Cuatro Bestias o sea los cuatro imperios históricos que precedieron al Cristianismo, y así sucesivamente.
Lo que dijo lo hizo: "cepit Jésus faceré et docere": empezó Cristo "a hacer y a predicar" dice el Evangelio.
O sea,
1° reunió multitud,
2° formuló una legislación,
3° estableció autoridad.
Los tres elementos que forman una sociedad.
1° Mt. IV 17. "Desde entonces (o sea después de su bautismo) comenzó Jesús a predicar y decir: "Convertíos (metanóete) porque está cerca el Reino de los cielos".
Mt 28 18. "Id y enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, haciéndolas observar todas las cosas que Yo os he mandado...
2° Una nueva Ley. no contraria a la de Moisés, pero por encima de ella; es decir, todas las cosas que Yo os he mandado. Habéis oído que se dijo a vuestros padres. . . Yo empero os digo... Mt 28 18. Interiorizó la ley de Moisés y la perfeccionó y El declaró expresamente: "Yo no he venido a quitar la Ley sino a cumplirla".
3° Autoridad: "Y a ti te daré las llaves del Reino; y todo lo que atares sobre la tierra. . ." —Jo 20 21— "Como mi Padre me envió así os envío. . ." —Jo 21 15— "Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas. . ."—. Dos veces lo nombra jefe a San Pedro que ya naturalmente era tenido como jefe por los Apóstoles que instintivamente lo seguían y hacían lo que él decía.
Todo esto lo confirman ocho Parábolas en Mateo: el Sembrador (XIII 3) el grano de Mostaza (XIII 34) la Cizaña(XIII 24) la red (XIII 47) la viña (XXI 33) las vírgenes (XXV 1), etc. Todas tratan del Reino de Cristo.
LAS OBJECIONES
Parece increíble que una cosa que "revienta los ojos" (eréve les yeux) sea negada por millares y millanares de gentes, algunos muy doctos, que son los que siguen al inventor de la "iglesia invisible" y rehúsan admitir que Cristo fundó una sociedad como las otras.
Los tres hombres que han odiado más la religión después de Voltaire, a saber, el pagano Celso, el ateo Gibbons E. y el hipócrita Renán E, han admitido tranquilamente la Iglesia Visible.
E. Renán
Pero la razón de los protestantes es lógica pura; Cristo no vino a fundarlos a ellos en 1517; luego no fundó a nadie. El haber comenzado 16 siglos después de Cristo, si realmente Cristo fundó realmente una sociedad visible, y pretender que ellos representan a Cristo, los revienta inevitablemente. ¿Dónde está la fundación de Cristo dicha por ellos y que comenzó por ellos?
La alternativa es pretender que Jesucristo fue un gran filósofo, corno Platón, un gran moralista como Marco Aurelio, o un gran poeta como Virgilio; y no un Mesías, o sea un rey.
Sobre ese filo de cuchillo tienen que bailar y hacer equilibrios. Pero no solamente bailan sino que vienen a Sud América, con dólares en el bolsillo a enseñarnos a bailar. Oigan por Radio "La voz de la Profecía", "Los vistazos sobre nuestro siglo" y las "Meditaciones cristianas" de Sanguinetti, la "Cruzada" de Luis Palau, Cas. Correo 4949, o vean uno de los sesenta templos metodistas que hay en nuestro país —según dicen—; aunque aquí se llaman "evangélicos".
Cuando vienen a evangelizar a Sudamérica disimulan la división de sectas y a veces la enemistad de unas sectas con otras y todos se ponen el nombre de "evangélicos". Por ejemplo al lado de mi casa hay una Iglesia que, según mi sobrino arquitecto, es muy fea, pero según lo que ven los ojos es muy lujosa y tiene el título de "Iglesia Nueva Apostólica de Sudamérica" y son Christian Science. Se llama Christian Science a una secta que hay en Norteamérica, que cura las enfermedades con oraciones, porque dicen que todas las enfermedades son pecados, entonces hay que arrepentirse y hacer oración. La cuestión es que a veces curan porque algunas enfermedades se curan por sugestión. La Christian Science es una de las sectas más ricas de N.América. La fundó Mary Baker, una curandera, y son propietarios del diario más grande que existe allí. Aquí se han puesto el nombre de Iglesia Nueva Apostólica de Sudamérica. Pero si es nueva no es apostólica y si es apostólica no es nueva. Los Apóstoles no son nada nuevo. –
Pero a esa fundación de un Reino Visible de hace 19 siglos, hay un hecho que la hace patente en este siglo, y disipa esa fantasmagoría de la "Iglesia Invisible"; y es la dinastía de Monarcas seguidos que llamamos Pontífices Romanos.
Es una cadena asombrosa que no se había roto cuando los Protestadores decidían arrancarse della el siglo XVI; ni tampoco en los 3 siglos hasta nosotros, ni parece que haya de romperse nunca. Esa dinastía de Obispos de Roma investidos del poder supremo viene desde San Pedro ¿qué digo? desde Cristo mismo (que solemnemente proclamó a Pedro dos veces) hasta nosotros en 260 Pontífices; nunca se rompió: hubo alguna vez dos Papas (Papa y Antipapa) y hasta tres en una ocasión, pero vacío nunca; y Roma pasó dos saqueos y una destrucción y los Papas pasaron destierros muchas veces; y ni por esas. Los diez primeros fueron mártires.
Lord Tomás B. Macaulay, gran crítico y pensador, una de las devociones de Menéndez Pelayo, escribió dos o tres páginas maravillosas sobre la dinastía de Roma, la más perdurable del mundo, más larga que otra cualquiera del mundo, adjudicándole una comparación poética, que es asombrosa por ser él protestante. La traduciré para la clase próxima.
LA IGLESIA ES ESE REINO
El reino fundado por Cristo ha durado hasta nosotros y su nombre es la Una Santa Católica y Apostólica Iglesia Romana, o sea el Papismo.
Aunque el alabarse a sí mismo sea poco elegante, gracias a la gran fantasma protestante de la Iglesia Invisibletenemos que probar ahora que el Reino Visible de Cristo somos nosotros ni más ni menos, o sea la Una SantaCatólica y Apostólica Iglesia que nombramos en el Credo de Nicea, que según los Santos Padres, antes de Nicea y después de Nicea son las cuatro "notas" (o propiedades "distintivas") de la verdadera Iglesia.
Esas cuatro notas las incluyeron los Padres Nicenos en su Credo que rezamos ahora; fueron usadas por San Agustín contra Donatistas y Montañistas y explicadas por el Cardenal Bellarmino y después de él por muchos, Billot el principal. En lengua moderna podemos decir que la Iglesia es intolerante, heroica, comprehensiva y jerárquica. Ver Isaías II 2.
Sucederá en días futuros Que el monte de la casa de Yaveh Será asentado en la cima de los montes
Y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones
Y acudirán numerosos pueblos
Dirán: Venid, subamos al monte de Yaveh
A la casa del Dios de Jacob
Para que él nos enseñe sus caminos
Y nosotros sigamos sus senderos
Pues de Dios saldrá la Ley
De Jerusalén la palabra de Yaveh.
Esta profecía se cumplió manifiestamente, porque no se puede ocultar una ciudad puesta sobre un monte, dió Jesucristo aludiendo a esta profecía. Y así la Iglesia no se ha podido ocultar nunca en el mundo sino que ha ido creciendo por todas partes, hasta ahora. Ahora no sé qué va a pasar, porque ha parado el acrecentamiento continuo. Pero probar que nosotros somos unos, santos, católicos y apostólicos es embrollado, porque eso es un hecho y necesita historia; o bien llamar de testigo a Mistress Elizabeth Ann Seton, la santa yanqui que han canonizado estos días; o los santos Nobbe y Contardo Ferrini del año pasado; o bien llamar a declarar a los tres santos argentinos, Mamerto Esquiú, Gabriel Brochero y Ceferino Namuncurá; los cuales no son ni serán nimca canonizados, porque no tienen plata y una canonización pide plata; por lo cual los que tienen chance de canonizarse son los fundadores o fundadoras de Ordenes Femeninas; y el P. Bustamante, fundador de las Esclavas Argentinas tiene más chance de llegar a lo que llaman "el honor de los altares" que el indiecito Namuncurá.
Una. Jo XVII 20 — "Pero no ruego solamente por estos sino también por todos los que han de creer en Mí por medio de ellos". De nianeía que Cristo ya preveía el crecimiento de la Iglesia y la unidad de la Iglesia detrás de la doctrina apostólica.
Santa. "Observad todo lo que Yo os he mandado. Sed perfectos como mi Padre del cielo es perfecto. La voluntad de Dios es vuestra santificación."
Católica. Jo XXVIII "Instruid a todas las gentes, bautizándolas, . . y enseñándoles a obseivar todo lo que Yo os he mandado. . ."
Apostólica. ROM. X 18 Han oído: "Cierto, su voz ha resonado por toda la tiena y hemos oído su palabra hasta los extremos del mundo." Esto dice San Pablo hablando a los romanos. Ya en tiempos de él en todas partes del mundo, es decir, del Imperio Romano que era el mundo conocido y civilizado, había llegado la noticia de la doctrina apostólica.
De estas cuatro notas, que San Agustín manejaba ferozmente contra Donatistas y Montañistas, la más fácil es la Apostolicidad y la más difícil la Santidad. Para la Apostolicidad basta tomar el "Dictionary of the Popes" de Donald Arwater con las vidas de los 260 Papas hasta Paulo VI; o mirar los medallones de los Papas (algunos conjeturales por supuesto) en la cornisa de la Iglesia de San Pablo Extramuros. (Entre paréntesis, los romanos dicen que en Roma hay solamente una catedral, una iglesia y un altar, a saber, San Pablo, la iglesia de San Ignacio en Via del Seminario, y el altar de San Ignacio en el Gesú de Piazza Gesú, porque San Pedro dicen es un circo, no una catedral.
Un gran crítico italiano, Silvio D'Amico, dijo que la iglesia de San Pedro no le ha dado ninguna devoción porque era una especie de una gran sala de espectáculos y no propiamente una catedral).
La Santidad. Yo no soy muy santo y en toda mi vida no he topado un solo santo verdadero e indudable. Cierto, he encontrado gente que tenía fama de santa pero santos indudables para mí no he encontrado. He encontrado muchísima gente buena, por supuesto, o gente que estaba en el camino de la santidad o casi en la santidad, pero propiamente en la santidad no he encontrado. Pero no quiere decir nada. Que la Iglesia Papista o Romana es una pura corrupción es el argumentó apologético de los "Hermanos Separados" desde Lutero hasta nuestros días.
Si entran en la Tate Gallery o Pinacoteca Moderna de Londres hallarán este único argumento protestante puesto en pintura en tres, cuadros, (uno de ellos de John Sargent nada menos) que representan a frailes españoles o italianos en plena juerga y en mala compañía; y lo mismo pintó con palabras el gran Kipling, el mayor cuentista del mundo después de Selma Lagerlof, en una colección que ahora no encuentro. Pero los italianos y españoles se han contentado con hacer chistes sobre los curas concubinarios o simoníacos. Por ejemplo aquel chiste de "a duro, el perdón para un alma del purgatorio": dicen en España que había en una aldea un cura párroco que puso una mesita fuera de la Iglesia y se sentó al lado con un gran letrero que decía: "A duro el perdón para un alma del purgatorio", y abajo decía; "Duro entrado, alma salida".
Entonces apareció un baturro y le dijo: Pá mi padre —y pone un duro—. ¿Salió mi –
padre? Sí, claro —dice el cura ya salió. Entonces el baturro agarró el duro y le dijo —Bueno, si ya salió que no sea tan estúpido que vuelva a entrar.
Justifican lo que dijo Chesterton del Protestantismo, que sus dos raíces son el "nacionalismo" (o sea el patrioterismo) y el anticlericalismo (o sea el odio al sacerdocio). Sin embargo algunos dellos pretendían tener su sacerdocio propio —presbiteriano y anglicano—; hasta que León XIII hizo hacer una investigación sobre la "validez de las ordenaciones anglicanas"; y con los resultados proclamó solemnemente que a los protestantes no les queda ya un solo sacerdote válido.
No hemos de gastar como en Cardenal Billot 200 páginas para acabar de probar que las cuatro notas que Cristo mismo asignó a la Iglesia por El fundada pertenecen a la Iglesia Romana; porque no hay lugar y él ya lo ha hecho. Baste decir que en la página 184 de su Tractatus De Ecclesia dice que de sus propios principios esa Iglesia fluye honradez; y que los héroes de virtud que ostensiblemente existen ella los vindica como hijos suyos a la faz del mundo, (tesis V) y que los malos hijos que también existen, pertenecen a la Cizaña que anunció Jesucristo, que no anulan al Trigo; y que si algún día la Cizaña crece tanto que tape y haga desaparecer casi al Trigo, ese será el día que marque el fin esperado de la Iglesia Militante y el surgimiento eterno de la Iglesia Triunfante. Como saben la Iglesia tiene como tres estratos; uno el terreno que es la Iglesia Militante, otro el del Purgatorio que esla Iglesia Purgante y el tercero que es la Iglesia Triunfante, que es la Iglesia del cielo, a la cual están destinadas estas dos.
O sea, que los que dentro de la Iglesia han sido malos y aún malísimos, no lo han sido por seguir a la Iglesia sino por no seguirla. Y encima hay que saber que algunos de los malísimos, no era para tanto como cuentan los historiadores. Alejandro VI por ejemplo (o sea Rodrigo Borja, español viudo) después de elegido Papa fue un excelente gobernante, aunque demasiado guerrero; pero hay que ver si la culpa no la tuvo Carlos VIII de Francia, que era más guerrero que él. Sobre él existen horripilantes novelas, como sobre su hija natural Lucrecia (tuvo cuatro hijos naturales antes, no adulterinos y un hijo malísimo César). Y es posible que haya subido a Papa con coimas —es decir, simonía.
Pero la Lucrecia la Envenenadora, que fue su secretaria, lo único criminoso que tuvo fue casarse 3 veces por política, muerto el otro marido; pero después del tercer matrimonio con el Duque de Ferrara fue una mujer recogida y muy respetable y respetada, menos por los enemigos de su padre y su familia, los Róvere, quienes han escrito biografías venenosas de Lucrecia y Alejandro Borgia porque fueron siempre vencidos por estos dos. Por lo menos Alejandro Borgia los venció siempre. Eran una facción o un Partido Peronista Auténtico que había en Roma. Hoy día esas críticas no tienen valor histórico alguno. Al contrario, la biografía que tengo yo que es de hace unos veinticinco años; después de esa biografía de At Water han progresado muchísimo los estudios sobre la familia Borgia y ellos han sido más justificados todavía, hasta que un diplomático centroamericano escribió un libro sobre los Borgia que casi, casi, los hace santos; los limpia tanto que casi los deja sin ninguna acusación.
Las otras dos notas de unidad y catolicidad no dan mucha dificultad. Que la Iglesia Romana es una y no se ha desmigajado en sectas como todas las otras Pseudos que han existido, es obvio.
Que ella es Católica y está esparcida por todo el mundo; y San Agustín en una carta a un donatista le dice simplemente que cuando un extranjero llega preguntando por la Iglesia Católica, todos le señalan hacia la Iglesiade Roma y ninguno hacia las "partes Donati" o sea la fracción de Obispo de Numidia Donato, que enseñó que solo eran válidos los sacramentos hechos por un justo; y dio mucho que hacer tanto al Estado Romano (pues al fin se dedicaron al bandolerismo) como a San Agustín, pues cayó en él el gran Tertuliano,eminentísimo escritor cristiano, y le obligó a escribir innúmeros folletos, "Contra Petilianum Donatistam", "Contra Cresconium Donatistam", etc.; y entre ellos, uno muy curioso en verso con rimas, para que lo aprendieran de memoria los chicos del Catecismo "Psaimus contra partes Donati".
Para terminar, copiaré lo que dice el diario de hoy (sábado 20) acerca de Paulo VI, un Papa que se lo merienda cada día el Abate Jorge de Nantes y del cual Lutero hubiera hecho un banquete, porque es un Papa que tiene la esperanza de llegar a ser un Papa malo si gobiernan los diarios; la historia se hace a base de diarios y los diarios dicen lo que quieren. Si llegan a hacer la biografía de Paulo VI sobre todo si se guían por Jorge de Nantes lo van a hacer un Papa malo. Dice así el "Clarín":
"El Papa ha explicado a altos dignatarios de su amistad que no acepta rendirse a las enfermedades. Tengo una misión que cumplir y la cumpliré ha dicho—. Lo está haciendo en una de las épocas más turbulentas que ha vivido la Iglesia en sus veinte siglos de existencia, por el vértigo de cambios que afecta al mundo". (20975)
LA IGLESIA TERMINA EN EL PARAÍSO:
Es muy notable que en una sociedad tan admirable como la Iglesia, según hemos visto, cuando llega el momento de la salvación desaparece y se convierte en un instrumento. Porque la Iglesia no tiene misión fuera de la tierra. Las almas se salvan individualmente, una tras otra y la vieja institución permanece como instrumento de la salvación.
Estas dos tesis son las dos fases de una misma cosa, el "ULTIMO FIN" del hombre, o adquirido o perdido; de modo que es lo mismo pero al revés, como dijo Perogrullo. Pero la Sagrada Escritura trata diferente las dos cosas: el Paraíso en forma indirecta y apagada, el Infierno en forma abrupta y muy explícita. Jesucristo en su predicación explica poco del Paraíso; en cambio habló del Infierno explícitamente y cuando lo hizo, lo hizo fieramente.
Quizá la razón sea la que observó el gran teólogo belga Leonardo Lesio: "Cuatro misterios hay dificilísimos para nuestra mente: Trinidad de Dios Eucaristía Encarnación Infierno. Por eso, innumero de herejías existen acerca de ellos. Por eso también Dios se cuidó de confirmarlos tan fuertemente. Por eso trataré ambos seguidos pero separadamente, en esta clase uno y en la siguiente el restante.
EL PARAISO:
Jesucristo habló de él con alusiones, no de propósito, aunque está siempre presente en su predicación con el nombre de "Reino de los Cielos" que expresa que su Reino Terrenal ("Y le dará Dios el Trono de David, su padre") no es un final sino un principio, y que su Reino completo está después ("Y su reino no tendrá fin").
Por eso decimos que hay dos Iglesias —la Militante y la Triunfante— y que respecto de la segunda la primera es sólo un comienzo, menos aún, un instrumento. Es decir que la salvación de un alma individual es más importante que esa creación admirable que es la Iglesia Militante, ya que para eso se hizo. Si no hubiera más que una sola alma que salvar, hubiera hecho lo mismo.
Lo que hoy sabemos y enseñamos acerca de "la Gloria" (ver el tremendo discurso de Fray Luís de Granada en "La Guía de Pecadores", muy retórico pero muy completo) es una serie de fragmentos ensamblados. Para hacer ese ensamble el teólogo debe recurrir a la Filosofía Antigua, a la Filosofía Medieval, a los Cuatro Evangelios, a San Pablo, a San Juan y a todos los Santos Padres, o sea los Intérpretes, De ahí sacó Fray Luis de Granada su largo estudio sobre la gloria.
1° Pitágoras, Platón y Aristóteles sostenían que el alma es inmortal. La fiiosofía griega llegó a esta conclusión. Platón expuso esta tesis en el diálogo Fedón que narra la muerte de Sócrates, en la última conversación de éste con sus discípulos.
2° El hombre tiene un último Fin, un Bien Supremo, que es amado por sí y no por otro. Esto es de Aristóteles.
3° El Ultimo Fin del hombre, subjetivo, es la felicidad; objetivo, es Dios. Esto es de Sto. Tomás.
4° La felicidad la da la contemplación: que es el conocimiento de Dios intuitivo o cuasi intuitivo, o sea el conocimiento mejor, del objeto mejor, de la manera mejor. Ese es el fin del hombre y lo que da la felicidad, según Aristóteles. Pero él no sabía muchas cosas acerca de la contemplación, que trajo la Revelación de Cristo.
Porque la contemplación que Aristóteles propone como último fin del hombre es muy pobre y crea muchísimas dificultades. Porque uno se dice "Bueno —¿y ésta va a ser la contemplación mía?. Prefiero ir a China antes que hacer esa contemplación". Pero Aristóteles creía que poquísimos eran capaces de la contemplación en esta vida; pero en la otra vida, no sabía nada.
La Iglesia, hablando de la gracia de Dios que es un Don de Dios especial y de la contemplación sobrenatural, que es la contemplación de Cristo a la luz de la fe, amplió enormemente el círculo de la gente que es capaz de contemplación. Incluso Aristóteles niega terminantemente que los esclavos sean capaces de la contemplación porque él estaba pensando en la contemplación que tenia él, es decir, en la contemplación filosófica, contemplaba a Dios con los dones que le daba la filosofía y nada más.
5° — Por lo dicho más arriba sostenía Aristóteles que no todos los hombre eran capaces de contemplación.
6° — Tremenda aporía en Aristóteles (aporía significa dificultad, obstáculo que no se puede salvar). Esta aporía era pensar que aquello para lo cual fue creado el hombre no puede ser conseguido por todos los hombres. Esto es una especie de contradicción.
Entra Sto. Tomás — Primero recibe y confirma todos los aportes de la Filosofía Antigua, en el principio de la Segunda Parte de la Summa Teológica (la Summa tiene dos partes: segunda primera y segunda) a saber:
1° De si es propio del hombre obrar por un fin.
2° De si esto es propio de toda natura racional.
3° De si todos los actos del hombre reciben su especie del fin.
4° De si hay algún último fin de toda la vida humana. A todas estas cuestiones responde que sí y las razona.
5° De si puede haber varios últimos fines de un solo hombre. Lo niega.
6° De si el hombre lo ordena todo al último fin. Esto lo afirma.
7° De si hay un solo Ultimo Fin de todos los hombres. Dice que sí.
8° De si a este solo Ultimo Fin convengan todas las criaturas. También lo afirma.
Esto lo saca de la Filosofía Antigua. Luego él añade:
1° Sólo Dios puede ser el Ultimo Fin del hombre; y todos deben poder alcanzarlo (la. Has.).
2° Eliminación de todos los falsos fines últimos. Se pone a eliminar todo lo que los hombres tienen como bien supremo, todo lo que los hombres siguen aquí en la vida, equivocadamente muchas veces. P. ej.:
a No son las riquezas
b No son los honores
c No es la fama o renombre
d No es el poder
e No es la salud o algún bien del cuerpo
f No es el deleite
g No es algún bien del alma (como la ciencia por ejemplo).
h No es ningún bien creado
Termina allí la cuestión segunda antes de entrar al fin verdadero en particular, que es Dios alcanzado imperfectamente en esta vida y perfectamente en la otra.
Después se pregunta en qué consiste la felicidad (Ultimo Fin subjetivo). Si le preguntan a un hombre por qué hace todo lo que hace, diré que para ser feliz. Este es el último fin subjetivo pues hay una tendencia invencible en el hombre a la felicidad.
El niño, dice Aristóteles, hace todo en vistas al placer, a la mayor felicidad posible. Llega Sto. Tomás a la conclusión rigurosa de que debe haber una operación. 1° — no puede ser un hábito sino un acto. 2° — del intelecto. 3° — especulativo, no práctico. No de todas las ciencias, ni de alguna ciencia y tampoco de los ángeles (contemplar los. ángeles como decían los mahometanos. Algunos filósofos musulmanes habían dicho que la contemplación de un ángel era el último fin del hombre).
Debe ser la visión de Dios por esencia. Hasta aquí dice "Conforme" el filósofo.
Después dice lo que se requiere para la felicidad en esta vida, que son ocho cosas. Se requiere el deleite, el cuerpo, algunos bienes exteriores, la sociedad de amigos, etc. Está pensando en la felicidad comenzada en esta vida, porque sostiene que en ella existe una felicidad imperfecta o incoada. Esta felicidad hay que definirla y estudiarla. No tiene el pesimismo de muchísimos modernos que piensan que no puede haber felicidad en esta vida.
Continúa el Angélico poniendo con su análisis meticuloso, sólido y completo las bases psicológicas y metafísicas de su maravillosa Moral. Después que tiene definido el Ultimo Fin, empieza a ocuparse de los medios por los que se llega al Ultimo Fin y así llega a su Moral, de la cual vive hasta hoy el mundo occidental, incluso algunos que se creen o dicen antitomistas. Pero nosotros, debemos saltar a la ''Contra Gentiles", libro III, Cap. 48, donde dice:"Que la última felicidad del hombre no es en esta vida. . ." donde el hombre no puede ver la esencia divina. Pero el hombre está elevado a un estado sobrenatural por la gracia, la cual trae o suscita al morir los agraciados o salvados, el "lumen gloris" que los habilita a ver a Dios cara a cara, a todos, incluso a los esclavos —a los cuales el Filósofo (Aristóteles) negaba capacidad para la contemplación, o sea la Felicidad. Porque no vemos a Dios en esta vida sino por medio de conceptos. Como dice San Pablo: lo vemos como por espejos y adivinanzas. Porque los conceptos no pueden dar la visión directa de Dios. Cuando en la muerte el alma queda libre de sus ligaduras y se enfrenta con Dios tiene la visión directa de EL
Cae entonces la tesis de Aristóteles de que no todos los hombres pueden alcanzar la contemplación y por ende la felicidad, porque todos los hombres son capaces, con la ayuda de la gracia, del "lumen gloriae", que según dicen los teólogos es una especie de añadidura o luz especial que necesitamos para ver a Dios cara a cara, lo cual es una cosa sobreañadida a la naturaleza humana. Esta por sí sola no podría hacerlo, entonces la gracia suscita un auxilio especial que llama la luz de la gloria. ¡Caput la aporía de Aristóteles!
La visión beatífica no puede tenerse en esta vida si no es por una fugaz e imperfecta participación en algunos santos. Es una discusión larguísima entre los teólogos saber si
algunos santos pueden tener en esta vida la visión beatífica. Algunos santos hablan como si la hubiesen tenido. Muy pocos. Sta. Teresa en la "Séptima Morada" y en las "Bodas Espirituales". Santa Catalina de Siena en la "Muerte Mística". La visión beatífica llena por ella misma todo deseo posible del hombre, no se puede perder y tiene diversos grados. Hasta aquí Sto. Tomás.
ENTRA JESUCRISTO
Solamente hace escasas alusiones: "Tendrá un tesoro en el cielo", al muchacho que quiere convertir. "El ciento por uno en esta vida y después la vida eterna", a los Apóstoles. "Hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso", al Buen Ladrón. "Venid benditos de mi Padre al Reino que os tiene preparado", en la Parábola del Juicio Final. "Mejor te es entrar manco en el Reino de los Cielos..."
Después vienen las alusiones al cielo en varias Parábolas, bajo la metáfora de un convite de bodas, como en día de los Invitados, y en la de las Vírgenes Prudentes... Finalmente, la continua referencia en la denominación del "Reino de los Cielos" y la Vida Eterna —sobre todo en las Bienaventuranzas—. Multitud de menciones también de la Resurrección. "Entonces serán como ángeles del cielo". Cuando hablaba de la Resurrección, hablaba de la propia y de la nuestra. Solamente en San Juan hay 15 alusiones al Paraíso:
III 5 — "Para que no perezca sino que tenga vida eterna".
III 36 — "El que cree en el Hijo tiene la vida eterna".
IV 14 — "Se hará en él una fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna".
IV 36 "Y junta fruto de vida"
V 24 — "El que cree en el que me mandó tiene vida eterna"
V 40 — "Si queréis venir a Mí para tener la vida eterna".
VI 27 33 40 — "Buscad no tanto el manjar que se consume sino el que dura hasta la vida eterna". . . (y repite dos veces más en el recitado de la Eucaristía en Cafamaún)
VI 54 — "Si no coméis Mi cuerpo no tendréis vida en vosotros",
X 10 — "Vine para que tengan vida y vida más abundante"
X 28 — "Y Yo les doy la vida eterna y no perecerán".
XVII — "Y la vida eterna consiste en conocerte a Ti, Dios solo verdadero y a quien enviaste".
XX 37 "Para que creyendo tengáis la vida en su nombre. . ."
Ninguna alusión al amor humano ni cita vez alguna al Cantar de los Cantares, que es un epitalamio bien atrevido, que según los intérpretes significa de la manera más eficaz y aproximada posible la unión de Dios y el alma. El Cantar de los Cantares los hebreos lo prohibían a los jóvenes, para los menores de 30 años y también las profecías de Daniel hasta esa edad estaba vedado leer; yo no sé bien ésta por qué. Quizá porque habla del Anticristo de una manera muy fuerte que podía traer desesperación si la leyeran los jóvenes.
ENTRA SAN PABLO
"Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni mente humana pudo saber lo que Dios tiene preparado para los que le sirven".
II Corintios XII, 4 — "Si elegimos gloriamos (aunque no conviene) vendré a las visiones y revelaciones del Señor. Conozco en Cristo a un hombre, (se refiere a él mismo) que hace menos 14 años (si estaba en su cuerpo no sé, si fuera de él no lo sé. Dios lo sabe) que fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y sé que tal hombre (si en el cuerpo o fuera de él no lo sé, Dios lo sabe) que fue arrebatado hasta el Paraíso, oyó allí palabras arcanas, que no es permitido decir al hombre. . .". También Sta. Teresa, refiriéndose a la séptima morada, afirma que no se puede describir, que es inefable.
En el mismo San Pablo es frecuentadísima la mención de la Resurrección de Cristo "en quien todos hemos resucitado". Es el centro de la Revelación de Cristo y provoca en el apóstol un entusiasmo delirante (si me es lícito decirlo así). En nuestro bautismo, según él, hemos sido sumergidos en la muerte y en la Resurrección del Salvador, que hace a nuestro cuerpo superior no sólo al mineral, a la planta y al animal, sino también a los cuerpos no bautizados; es una semilla de la Resurrección que el Apóstol no vacila en llamar "cuerpo celestial".
Veintidós veces nombra San Pablo la Resurrección en sus Epístolas, conectando la nuestra con la de Cristo y la de Cristo con la Parusía o "resurrección de la carne", la cual el Apóstol no llama como nosotros "segunda venida" o Retorno de Cristo.
Un teólogo actual, un filósofo más bien, Adolfo Muñoz Alonso, en un libro que escribió sobre el Infierno que se llama "La cloaca de la Historia", toma de San Agustín esa idea; dice que no debemos decir "retorno de Cristo"porque Cristo no retorna; somos nosotros los que subimos a Cristo. Cristo no baja a la tierra por segunda vez. Somos arrebatados hacia El.
Copiaré uno de los textos principales (I Cor. XV 35). Todo el final de la I Epístola a los Corintios cap. XV— trata de la Resurrección; desde el versículo 35 dice acerca del MODO: "Dirá alguien ¿cómo resurgen los muertos y con qué cuerpo vendrán? "Ignorante, lo que tú siembras no revive sin morir pri mero. Y lo que siembras no es el cuerpo que vendrá sino un desnudo grano, como de trigo o de otros cereales. Dios le da a ello un cuerpo como le place, y a cada semilla su propio cuerpo.
"No toda carne es igual; una de los hombres, otra de los animales, otra de las aves, otra de los peces. Y cuerpos celestes y cuerpos terrestres, y una es la gloria de los celestes, otra de los terrestres. Pues una es la claridad del sol, otra de la luna y otra la de las estrellas; pues de una estrella a otra difiere la claridad; así en la resurrección de los cuerpos".
"Se siembran en corrupción (griego Fthora, podre) resurgirán en incorrupción. Se siembran en ignominia, resurgen en nobleza. Se siembran en debilidad, resurgen en virtud. Se siembra cuerpo animal, resurgirá cuerpo espiritual".
"Si hay cuerpo animal hay también espiritual, como está escrito: "Y fue hecho Adán .en psiquis viviente, mas el nuevo Adán en espíritu vivifica. Pero no primero lo que es espiritual, sino lo animal y después lo espiritual. El primer hombre de la tierra, terrestre; el segundo hombre, del cielo, celeste. Así pues, como hemos llevado la imagen del terrenal, llevemos también la imagen del celestial..." y sigue el arrebato y la gloriosa transformación de los resucitados.
Hay un pasaje difícil acá que no es necesario tomar literalmente o como una manera de decir de San Pablo. Dice que al venir Cristo resucitarán los muertos, no todos juntos, sino que los primeros que resucitarán será una tanda de muertos que son los martirizados por el Anticristo y que han sido constantes en la persecución al mismo tiempo, dice San Pablo, los que vivimos, los que estemos en la tierra, saldremos al encuentro de Cristo Glorificado en el aire. Ahora qué quiere decir eso, no lo sabemos. San Pablo creía que la Parusía estaba cerca, como lo creían todos los primitivos cristianos. Entonces creía que iba a vivir cuando se produjese la venida de Jesucristo. Entonces dice que resucitaremos después de morir un instante, porq;ue nadie se escapa de la muerte. Para resucitar es necesario morir primero. Y saldremos al encuentro de Cristo por los aires. Algunos dicen que eso es una manera de decir, en tanto otros sostienen que es literal.
La filosofía griega, desde Pitágoras hasta Plotino, había deducido la inmortalidad del alma, de que ella era inmaterial y simple, como ella se manifestaba a la conciencia. Analizando el acto intelectual del hombre veían que era simple e inmaterial, que no estaba sujeto al espacio y que no estaba compuesto de partes. Por lo que decían que el alma que lo produce no podía descomponerse porque para descomponerse hay que tener partes. Pero los hebreos no hablaban nunca del alma; siempre hablaban del hombre entero, hablaban de la resurrección de la carne, como decimos nosotros. No creían que el cuerpo, solo, materialmente, iba a resucitar. Naturalmente, el hombre solo no podía hacerlo. Por eso Jesucristo les dijo a los saduceos cuando vinieron y le pusieron una dificultad referente a quién pertenecía la mujer viuda que había casado con varios hermanos sucesivamente:"Insensatos, erráis porque ignoráis la Escritura y el Poder de Dios..." La secta de los saduceos negaba la resurrección como los incrédulos actuales que son ambos los adversarios deste dogma, el final y la cúspide del Credo.
Después de San Pablo remata nuestra tesis la Epístola I de San Juan (III 2)
"Carísimos, nosotros somos ya ahora
Hijos de Dios;
Pero lo que seremos algún día
No aparece todavía
Sabemos sí que cuando se manifieste
Seremos semejantes a El
Porque lo veremos como El es..."
Por la visión beatífica seremos unidos al Ser de Dios y seremos como dioses, es decir semejantes a El. Esta es la promesa falsa que hizo el diablo a Eva. No se puede decir cosa mayor que esa. Seremos unidos íntimamente porque los espíritus se unen por el intelecto y el nuestro, confortado con una ayuda especial llamada el "lumen gloriae" o luz de la gloria, se fusionará con el Creador con una fusión espiritual que no solamente no hemos visto nunca, sino que no podemos imaginar siquiera, como dice San Pablo. San Pablo dice que no se puede contar lo que le pasó cuando estuvo en el tercer cielo. Sta. Teresa habla de seis o siete maneras de oración extraordinaria. Hubo muchos místicos que no supieron explicar el grado de oración extraordinaria, pero Sta. Teresa lo explicó magníficamente. Primero de recogimiento, después de quietud, tercero de unión (que tiene tres o cuatro grados, el arrobamiento, el desposorio espiritual, el matrimonio espiritual). La sétima morada renuncia a explicarla como imposible, pero tiene una comparación: que hay tres maneras de unión con Dios, como por ejemplo dos velas que se pueden unir por las llamas, después hay otra unión más nítida que es juntando las dos velas y la tercera es la más subida, es decir, fundiendo las dos velas sin que desaparezcan las dos llamitas, sin que la personalidad humana sea aniquilada o deshecha por la personalidad de Dios, sino que las dos personas permanecen cada una ella misma, pero lo que se siente y lo que se ve se funde en Dios de tal manera que no se puede separar.
¿Pero, me ha dado Dios vestigios o ejemplos de ese sublime y divino estado a que estamos destinados? Sí, en el mismo San Pablo, cuando fue arrebatado al tercer cielo. Una antiquísima tradición o doctrina teológica enseña que Moisés (como está escrito en el Antiguo Testamento) y San Pablo, (como este mismo dice) vieron a Dios cara a cara, o sea en su propio ser y no por espejos o enigmas como nosotros. A esto se oponía lo que dijo el mismo Dios: "Nadie puede ver a Dios en esta vida y seguir viviendo". Se abrió una discusión interminable sobre este punto, desde San Agustín, cuya opinión varía desde la juvenil a la de la madurez. Habían aparecido dos nuevos candidatos a la visión de Dios en esta vida, San Benito y ¡abajo los sombreros! la Santísima Virgen María. Sto. Tomás instituye un análisis profundo y minucioso en varias obras, sobre todo las dos Summas, cuyas conclusiones últimas parecen ser:
1 —Milagrosamente. Dios puede conceder un cachito de la visión beatífica en esta: vida, como sin duda concedió a San Pablo.
2 — Esta visión es fugaz como un relámpago, imperfecta y rarísima.
3 — Solamente puede darse en un rapto, o sea medio fuera de la vida ("si estaba en mi cuerpo no lo sé, si fuera de mi cuerpo no lo sé, Dios lo sabe"). De María Santísima no dijo nada Sto. Tomás, no quiso meterla en cuestiones a la Reina de Cielos y Tierra, pero antes había dicho en la Summa (III qu, 27, a, 5) que Ella recibió toda la plenitud de gracias que pueden caber en una criatura, lo cual ya había indicado el Ángel ("llena de gracia").
Pero después surgieron otros candidatos: Adán, los fundadores de las órdenes religiosas como San Ignacio (que dicen tuvo en Manresa un rapto de siete días) es dudoso esto; un rapto debe haber tenido, pero de siete días ya es mucho decir. Y como no tenemos más testimonios que los de los vecinos de Manresa que lo dieron por muerto, no es tan seguro como el testimonio de Sta. Catalina de Siena, que estuvo tres días como muerta, de tal manera que la iban a enterrar y cuando despertó se encontró con que le habían puesto ya la cera en los ojos para enterrarla.
Dijo que había tenido un rapto y dictó —porque no sabía escribir— su obra principal que se llama "El diálogo". Este rapto sí lo creo. También tuvieron raptos San Juan de la Cruz y la postrera pero no la última (last but not least) Sta. Teresa de Ávila, la que también habla de un rapto y dice que incluso el cuerpo pierde calor y queda como muerto.
Dios hizo para nosotros un milagro que debe faltar poco para no ser igual a la creación del mundo. Una santa que era a la vez una gran escritora, capaz de analizar su interior mejor que Sto. Tomás, la cual hizo el análisis de la "oración extraordinaria", como ya he dicho, hasta llegar a la Séptima Morada o Cumbre de Contemplación (o Muerte Mística para Sta. Catalina de Siena).
Y desta cumiare Sta. Teresa dice lo mismo que San Pablo, que no es posible decirla ni describirla, ni explicarla, ni entenderla, y que ella cree que es descubrir en un relámpago fugitivo alguito de lo que ha de ser nuestro destino eternal. En cuanto a la excelencia deste favor extraordinario y momentáneo no tiene palabras para ponderarlo, ni yo tengo palabras para recordar lo que han dicho de él algunos demoníacos contemporáneos, como Pierre Janet, Leuba y los argentinos Ingenieros y el Dr. Ombra Bella, que desprecian todos los fenómenos místicos de los santos y lo atribuyen a cualquier cosa, como Freud a la sexualidad.
Sin embaído, por grande y pasmosa que sea esta rarísima y excepcional experiencia que se da solamente "per modus actus, no per modus habitus", es decir que se da en un acto momentáneo y no queda luego como hábito, es mayor lo que dice San Juan que seremos "semejantes a Dios" y fundidos y asimilados a El como si fuésemos El mismo.
Y llegamos por fin al Apokalypsis, que al fin y al cabo tiene por asunto la resurrección de los muertos y todo lo que la precede. Y todo lo que nos describe del cielo son los cuatro animales, los veinticuatro ancianos y millares de ángeles que están rodeando el trono de Dios con cítaras canta que te canta; que nos hacen acordar lo que dijo el chico a la madre que le explicaba la gloria del cielo; "mamá, y si nos portamos bien toda la semana; ¿el domingo podemos ir al infierno a divertirnos un poco?".
En efecto, cuando llega el momento de mostrarnos el mundo de los resucitados, el Vidente no describe gran cosa, describe una gran casa o palacio que baja del cielo y asienta en el Monte Sión, edificada "ex vivis et electis lapídibus" que dijo San Pedro, de electos y vivientes sillares. Cada una de las almas en su lugar, componiendo una armonía perfecta. Pero la ve como una casa o palacio, que no dice nada. Si va a bajar realmente del cielo una ciudad de 16.000 millas cuadradas, de medidas inverosímiles, 12.000 estadios de anchura, longura y altura —o sea en forma de cubo— no lo sé ni me importa mucho. En realidad es un símbolo que a algunos no les gusta mucho por ser "una ciudad mineral, una ciudad fría y metálica", como dijo el Canónigo Viñas; un símbolo del mundo nuevo de los resucitados, pues dice la Voz Magna —Velay la morada— De Dios con los hombres — y ellos serán su pueblo — Y El con ellos su Dios. Y los ladrillos desa casa son todos piedras preciosas y oro.
Las basas, que son doce, son de jaspe, zafiro, jalcedón, esmeralda, cornalina, sardón, crisólito, berilo, topacio, crisópaso, jacinto, amatista. Y las 12 puertas ¡cada una perla! Menos mal que hay también un río de Aguas de vida, y del río aquende y allende el Árbol de la Vida que da doce frutos, cada mes un fruto y las hijas del árbol medicina para las gentes.
Pero lo que a mí más me contenta es que "no entrará nada manchado en ella" —en la Nueva Jerusalén— ni los que hacen asquerosidad y mentira y lo que es más, en esta "morada de Dios con los hombres" no habrá más enfermedades, "pues la muerte ya no será". Y secará Dios las lágrimas de sus ojos. Ni el grito ni el luto ni la pena, ya no serán. Porque lo de antes pasó. Con esto, aunque sea negativo, a mí me basta. Si hay más ya lo veremos.
El gaucho uruguayo Salaberry —mi maestro de filosofía de quinto año— decía que lo que más le contentaba era el dote de agilidad.
La agilidad es la posibilidad de moverse instantáneamente de un lado a otro. También los resucitados tendremos las cuatro dotes que mostró Cristo Resucitado a saber: impasibilidad (no poder sufrir, ni enfermarse, ni morir) agilidad, que ya lo dije, sutileza, poder pasar por los cuerpos sólidos como pasaba Cristo en el Cenáculo, y claridad o belleza. Con el don de agilidad podremos viajar por todos los astros desta galaxia y las demás y comprar un lotecito, digamos en Júpiter, con una casita para recibir visitas de compinches; pues en todo el Universo sí que habrá espacio para los miles de millonadas de salvados.
Mark Twain hace una sátira bastante estúpida de la Resurrección, diciendo que no cabrán todos los resucitados en esta tierra. Pero quién le dice a él que vamos a estar todos en esta tierra. Podremos estar en todas partes, donde queramos. Este escritor, con ese cuento que se llama "La Visión del Capitán Ringless" o algo así, cree postrar a la Iglesia diciendo estupideces. Lo cierto es que en la Nueva Jerusalén del Apolaketa, simplemente no cabe ni la millonésima parte de los resucitados, dicho con todo respeto. La Resurrección es más verdadera que el triste, hecho que todos habernos de morir. De modo que podemos morir tranquilos.
LA SANTIFICACIÓN
El Espíritu Santo es Vero Dios.
En Dios hay tres Personas.
El Espíritu Santo Santifica.
EL espíritu santo ES VERO DIOS.
El Espíritu Santo es Dios:
Hay que probarlo, pues ha sido un desconocido durante mucho tiempo. Recién al final de su vida Cristo comenzó a afirmar que el Espíritu Santo era Dios, y que provenía de El y del Padre, lo cual trajo después un tremendo cisma, el cisma griego, que no quería saber nada con que el Espíritu Santo procediera también del Hijo: tenía que proceder solamente del Padre.
Que Jesucristo es Dios ("el Hijo de Dios") lo hemos probado en la primera tesis. Que el Padre es Dios nadie lo duda, ni los judíos con su estrictísimo monoteísmo, ni Jesús que lo llama Dios de continuo, ni hereje ninguno, sino sólo los ateos.
Los adversarios de esta tesis son Macedonia (año 360) que fue un arzobispo usurpador de Constantinopla, puesto fraudulentamente por el Emperador arriano Constancio, hijo de Constantino, el último de los hijos que sobrevivió. Fue precedido por Arrio y seguido por muchos arríanos y semiarrianos a quienes San Atanasio llamó "Pneumatómajos" que significa los que matan el espíritu. Arrio había dicho que el Espíritu Santo había sido creado de la nada por el Hijo, siendo así que Dios no puede delegar el poder de creación en nadie. Dios no puede comunicar a una criatura el poder de crear y el Hijo, según Arrio, era una criatura del Padre.
Por supuesto, todos los que niegan la Trinidad niegan el Espíritu Santo. Estos son: 1°) los monarquianos (que dicen que hay una sola persona); los racionahstas (que también niegan la Trinidad) y los sabellianos (Salebio dijo que las tres personas eran tres modos de Dios, como tres nombres y eso lo dijo entre nosotros Leopoldo Lugones mucho tiempo; casi hasta el fin de su vida afirmaba que en Dios había tres cualidades que eran Verdad, Bondad y Beldad.
Yo lo visité mucho al hermano mayor Santiago Lugones antes de morir, porque la señora me llamaba y al final terminé por confesarlo dificultosamente y después la familia hizo venir el viático. Había hecho una poesía en que decía que Dios era, como he dicho. Verdad, Bondad y Beldad. Pese al error la poesía era hermosa). 2°) Los que niegan la divinidad del Espíritu Santo (Pneumatómajos) y 3°) Los que niegan la unidad (los triteistas que creen que hay como tres dioses).
Y en nuestra imaginación todos los somos un poco, pues en nuestra imaginación los representamos no sólo como tres personas distintas sino también como tres sustancias diferentes. Y no podemos hacerlo de otro modo, es imposible para nosotros imaginamos una sustancia o naturaleza con tres personas. No podemos ni siquiera tragarlo eso. Más aún los que nos hemos formado en la filosofía griega. Se enumera al Gran Rosmini Serbate, como uno de los adversarios del Espíritu Santo, pero es una calumnia.
El misterio de la Unidad y Trinidad de Dios ha sido objeto de una especulación complicadísima, mayor que ningún otro. Hay que leer los libros que he conservado yo de mis estudios, para ver lo" difícil que son, aún hoy, después de haberlos estudiado y releído. Toda esta complicación se debe 1°) Al enjambre de herejías de los cinco primeros siglos; 2°) Al cisma griego del siglo IX; 3°) Al racionalismo y al modernismo actual. Yo, si me preguntan cuál es el esquema o quisicosa diría: En Dios hay UNA natura, DOS procesiones, TRES personas, CUATRO relaciones y CINCO nociones y podría explicarlas mal que bien, pero si me preguntan qué es la "Circumincesión" o la "perijosis" no lo sé; y nunca lo he sabido, salvo dos horas antes del examen.
LAS CINCO NOCIONES SON:
1°) la inmacibilidad que es propia del Padre,
2°) la paternidad,
3°) la filiación, que son propias del Padre y del Hijo respectivamente,
4°) la expiración común, que es la relación del Padre y el Hijo con el Espíritu Santo y
5°) La procesión que es la aparición del Espíritu Santo, su nacimiento o como quieran llamarlo, aunque propiamente no es eso pero lo conciben como una expiración, como si fuere soplado.
La prueba de que el Espíritu Santo es Dios, es que, después de aparecerse dos veces visiblemente, en el Bautismo de Cristo y en Pentecostés, (lo cual no probaría que es Dios) Cristo habla del Espíritu del Padre y suyo como una persona distinta a la que atribuye atributos divinos. Los Apóstoles lo llaman Dios explícitamente. Cristo le atribuye al Espíritu Santo, poco a poco, especialmente en sus últimos sermones, en la Ultima Cena, atributos divinos: que inspiró a los profetas, que inspiró también a los libros sagrados; el Ángel le atribuyó el nacimiento del Hijo de Dios. Hablaremos más tarde de una cosa curiosa que es la apropiación. Todos dicen que las obras de Dios "ad extra", hacia el exterior, es decir hacia nosotros, proceden de las tres divinas personas a la vez, sin embarco se ha hecho la costumbre en la Iglesia, de apropiar una obra al Padre que es la Creación, otra obra al Hijo, que es la Redención y otra el Espíritu Santo qué es la justificación, siendo así que todas las obras proceden de las tres personas a la vez, de un solo Dios.
San Juan XV —26— "Cuando viniere el Paráclito Consolador —dice Jesús— que yo os mandaré desde mi Padre, el Espíritu de Verdad, que procede del Padre, El prestará testimonio de mi..." Aquí Jesús indica de paso que el Consolador procede del Padre y del Hijo, como creemos nosotros y negaban los cismáticos griegos (“Filioque").
"Id y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. . ." El "nombre" está en singular y los tres apelativos son un plural; y no dice "en los nombres". San Agustín dice: "Fíjate en el "nombre" y fíjate en el "somos'. "Estos dos textos principales bastan para probar la divinidad del Espíritu Santo".
"Et in Spiritum Sanctum dominum et vivificantem, qui ex Patre Filióque procedit. . ."(Y en el Espíritu Santo, señor y vivificador, “que procede del Padre y del Hijo" —Credo de Nicea). Esta palabra "y el Hijo" (Filioque) sirvió para separar de la Iglesia millones y millones de fieles. El "que" es una preposición copulativa, que se pone detrás de las palabras en lugar de ponerlas entremedio de ellas.
Primero Focio, obispo usurpador de Constantinopla, noble y erudito, pero ambicioso, pérfido y cruel; y después de su muerte Miguel Cerulario, separaron de Roma toda la Iglesia de Oriente inventando una iglesia independiente que se llamó "la religión ortodoxa". Digo que se llamó porque ya no existe, los bolcheviques la han disuelto. El pretexto fue que Roma había caído en herejía, diciendo que el Papa enseñaba que el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo y no del Padre solo; y la prueba era que en España habían añadido el "Filioque" (y del Hijo) que no estaba antes. Por esa palabrita negaban la obediencia a la Santa Sede. Pero eso es un pretexto. No sabemos nada de la realidad de Dios; repetimos lo que hemos leído en los Evangelios.
La verdadera causa no era esa palabrita o pedacito de palabra, la verdadera razón era la rivalidad mortal que existía entre Roma y Constantinopla, las dos capitales del Imperio. Roma había sido la Capital y estaba arruinada por los bárbaros, pero seguía siendo la capital de la religión.
Entraron otras herejías y también aberraciones morales en la Iglesia griega, después rusa. Hubo un gran escritor 

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