lunes, 6 de febrero de 2012

debo reconocer mi falta de capacidad cuando se trata de hacer o realizar ejercicios de imaginación, me he vuelto cada día más torpe, quisiera recordar con mayor precisión.

Hoy, sin embargo dejaré todo preparado, tengo la mejor versión de una historia que me parece formidable y lo mejor es que en esta ocasión no la robé.

amo la serie Naturaleza Muerta Reciclada quisiera poder justificar el abandono, por desgracia, no puedo, los espacios son, cada vez más breves, estoy tratando de recordar cómo fue que lo conocí, por aquella época leíamos juntos a Juan Gelman, aquello parecía tan absurdo, suspirábamos por un jardín botánico, las modas, entonces, aún, era bello respirar, hubo una especie de reconocimiento de la materia, un descubrimiento, de atavismos, nosotros, apenas si nos dábamos cuenta. Por aquella época también apareció Queremos Tanto a Glenda, aunque nunca supimos, bien a bien, de qué se trataba, luego acordamos (varios años después) que aquello era un pequeño ensayo de estética. Nunca supe quién de nosotros nunca tuvo razón, en general, recuerdo pocas imágenes, eran los tiempos de la experimentación, de las dudas, de aquel primer instinto que todo lo sometía, que todo lo abarcaba, más como una pasión que con pretensiones de saber de técnica. Era desde luego, algo más puro. no sé si mejor, pero vastante razonable.

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